miércoles, 12 de febrero de 2014

PALACIO DEL QUIRINAL



El PALACIO DEL QUIRINAL se encuentra en lo alto de la colina homónima que se encuentra en Roma. Es la residencia oficial del Presidente de la República Italiana y es uno de los símbolos del Estado italiano. Tiene más de 1,200 habitaciones.
En 1583 el Papa Gregorio XIII comenzó la construcción de una residencia vacacional, en un área considerada más sana que la Colina Vaticana y el Laterano, encargándose la obra al arquitecto Ottaviano Mascarino. Los trabajos terminaron en 1585, y ese mismo año la muerte del Papa impidió a Mascarino realizar un segundo proyecto que preveía la ampliación del palacete para transformarlo en un gran palacio con alas porticadas paralelas y un gran patio en su interior. El edificio construido por Mascarino aún se puede reconocer en la fachada norte del patio de Honor, caracterizada por ser una fachada a doble logia y superada por la torre panorámica hoy conocida como Torre de los vientos o Torrino, sucesivamente elevada con la construcción del campanario bajo un supuesto proyecto de Carlo Maderno y Francesco Borromini.
El edificio de Ottaviano Mascarino fue construido sobre un terreno perteneciente entonces a la familia Carafa alquilado a Luigi d'Este, al cual parece que el Papa querría dejar el palacete. Por tanto el Papa Sixto V en 1587 hace adquirir el terreno a la Cámara Apostólica y sólo después interviene para ampliar el palacio sirviéndose del trabajo de Domenico Fontana, utilizado por él en todas las grandes obras arquitectónicas y urbanísticas de su pontificado. Éste se empeñó en un rediseño completo de la zona, con la construcción del eje de las calles Pia y Felice y el consiguiente cruce de las Quattro Fontane (Las cuatro fuentes) y con la definición de la otra residencia "privada" del Pontífice en Termini.
El Papa Pablo V encargó la finalización de las obras sobre la zona principal del palacio y los trabajos de ampliación a Flaminio Ponzio quien realizó el ala sobre el jardín, la sala de reuniones, hoy Salón de las Fiestas y la Capilla de la Anunciación, decorada entre 1609 y 1612 por Guido Reni con la colaboración de Giovanni Lanfranco, Francesco Albani, Antonio Carracci y Tommaso Campana, salas que rematarían el palacio con dos sobreelevaciones todavía hoy visible. Con la muerte de Ponzio en 1613, los trabajos de ampliación prosiguieron bajo la dirección de Carlo Maderno, autor del ala que da a la calle del Quirinal, dónde realizó la Capilla Paolina, los apartamentos papales y la Sala Real, actualmente llamada de los Coraceros. La altura de la Capilla y del Salón de los Coraceros obligó a construir una segunda elevación, bastante visible incluso en la fachada del palacio. El Salón de los Coraceros fue decorado con pinturas al fresco, obra de Agostino Tassi, autor del proyecto y responsable de los trabajos en la pared sur, mientras las otras tres paredes fueron encargadas a Carlo Saraceni y Giovanni Lanfranco; de un modo menos notorio también contribuyeron a estos trabajos Lo Spadarino, Fra Paolo Novelli y según Roberto Longhi (historiador del arte): Marcantonio Bassetti, Pasquale Ottino y Alessandro Tucchi, llamado El Orbetto. El Papa Urbano VIII adquirió muchos terrenos que ampliaron la propiedad hacia el este beneficiando, sobre todo, al jardín que casi duplicó su superficie. El mismo Papa procedió después a elevar un muro que rodeó el nuevo perímetro de todo el complejo del Quirinal. Algunas partes supervivientes de este muro son todavía visibles en la calle de los jardines.
Gian Lorenzo Bernini, bajo el papado de Alejandro VII, proyectó la construcción de la Manica Lunga, Manga larga, realizando el primer diseño entre 1657 y 1659; el edificio fue continuado entre 1722 y 1724 por Alessandro Speechi bajo el papado de Inocencio XIII y lo terminó Ferdinando Fuga entre 1730 y 1732 en el papado de Clemente XII. Al concluir la Manica Lunga, Ferdinando Fuga modificó el palacete del Conde de Cantalmaggio transformándolo en el Palacete del Secretario de los Sellos, hoy conocido como Palacete de Fuga.

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