El CÁNCER es una
enfermedad provocada por un grupo de células que se multiplican sin control y de
manera autónoma, invadiendo localmente y a distancia otros tejidos. En general, tiende a llevar a la muerte a la persona afectada, si no se trata
adecuadamente. Se conocen más de 200 tipos diferentes de cáncer, los más
comunes son los de piel, pulmón, de mama y colorrectal.
La malignidad del CÁNCER es variable, según la agresividad de sus células y demás
características biológicas de cada tipo tumoral. En general, el comportamiento
de las células cancerosas se caracteriza por carecer del control reproductivo
que requiere su función original, perdiendo sus características primitivas y
adquiriendo otras que no les corresponden, como la capacidad de invadir de forma
progresiva y por distintas vías órganos próximos, o incluso diseminándose a
distancia metástasis, con crecimiento y división más allá de los límites
normales del órgano al que pertenecían primitivamente, diseminándose por el
organismo fundamentalmente a través del sistema linfático o el sistema circulatorio, y ocasionando el
crecimiento de nuevos tumores en otras partes del cuerpo alejadas de
la localización original.
Las diferencias entre tumores benignos
y malignos consisten en que los primeros son de crecimiento lento, no se
propagan a otros tejidos y rara vez recidivan tras ser extirpados, mientras que los
segundos son de crecimiento rápido, se propagan a otros tejidos, recidivan con
frecuencia tras ser extirpados y provocan la muerte en un periodo variable de
tiempo, si no se realiza tratamiento. Los
tumores benignos pueden recurrir localmente en ciertos casos, pero no suelen
dar metástasis a distancia ni matar al portador, con algunas excepciones. Las
células normales al entrar en contacto con las células vecinas inhiben su
multiplicación, pero las células malignas no tienen este freno. La mayoría de
los cánceres forman tumores sólidos, pero algunos no, por ejemplo la leucemia
No hay comentarios:
Publicar un comentario