Carlos I el
Grande,
llamado CARLOMAGNO, fue rey de los francos desde 768 hasta su
muerte, rey nominal de los lombardos 764–814 y emperador de Occidente 800–814.
Hijo del rey Pipino y de Bertrada de
Laon, sucedió a su padre y correinó con su hermano, Carlomán I.
Aunque las relaciones entre ambos se tornaron tensas, la repentina muerte de
Carlomán evitó que estallara la guerra. Reforzó las amistosas relaciones que su
padre había mantenido con el papado y se convirtió en su protector tras
derrotar a los lombardos en Italia. Combatió a los musulmanes que amenazaban sus posesiones en la Península Ibérica y trató de apoderarse del territorio,
aunque tuvo que batirse en retirada y a causa de un ataque de los vascones perdió a toda su retaguardia, así como
a Roldán, en el desfiladero de Roncesvalles. Luchó contra los pueblos eslavos. Tras una larga campaña logró someter a los sajones,
obligándolos a convertirse al cristianismo e integrándolos en su reino; de este
modo allanó el camino para el establecimiento del Sacro Imperio Romano Germánico bajo la dinastía
sajona.
Comúnmente
se ha asociado su reinado con el Renacimiento carolingio, un resurgimiento de la cultura y las artes
latinas a través del Imperio
carolingio, dirigido por la Iglesia
católica, que estableció una identidad europea común. Por medio de
sus conquistas en el extranjero y sus reformas internas, Carlomagno sentó las
bases de lo que sería Europa Occidental en la Edad
Media. Hoy día es considerado no sólo como el fundador de las
monarquías francesa y alemana, que le nombran como Carlos I, sino también como el padre de Europa.
Actualmente
es imposible conocer con certeza la fecha de su nacimiento. Las hipótesis más
factibles son las del 1 de abril de 747, el 15
de abril de ese mismo año o el 1 de abril de 748. Carlomagno nació
en Herstal, ciudad natal de
su padre, de donde eran oriundas las dinastías carolingia y merovingia, y
ubicada en las inmediaciones de la ciudad de Lieja Bélgica. Cuando tenía 7
años, fue a vivir con su padre a Jupille, por lo que en casi todos los libros de historia
dicha ciudad aparece como uno de sus posibles lugares de nacimiento. También se
han barajado como tal otras ciudades, entre ellas Ingelheim, Prüm, Düren y Aquisgrán.
Carlos,
como era tradición entre los monarcas y mayordomos del pasado, comenzó a
nombrar a sus hijos para que ocuparan los cargos de mayor importancia del reino
durante el primer periodo de paz por el que atravesó su gobierno 780 – 782. Habiendo sido
ungidos por el papado, hizo reyes a sus dos hijos más jóvenes 781: Carlomán, el mayor de
ellos, tomó la Corona Férrea y el nombre de «Pipino» al ser
nombrado rey de Italia; y el más joven, Luis, fue nombrado rey
de Aquitania. Carlos ordenó que ambos se criaran en el conocimiento de la
costumbres de sus reinos, al tiempo que les otorgaba a sus regentes cierto
control sobre dichos territorios. No obstante, aunque los dos jóvenes tuvieran
la esperanza de heredar el reino algún día, el poder estuvo siempre en manos de
su padre. Además, no toleró insubordinación alguna de parte de sus hijos: en 792 desterró a Pipino el
Jorobado a consecuencia de una revuelta de la que era partícipe.
En 813,
Carlomagno convocó a su corte a Ludovico Pío, rey de Aquitania y su único hijo
sobreviviente. Una vez allí, lo coronó con sus propias manos como coemperador
para luego enviarlo de regreso a Aquitania. A continuación, pasó el otoño de
cacería antes de volver a Aquisgrán el 1 de noviembre. En enero de 814,
enfermó de pleuritis Eginardo 59 y el 21 cayó en cama.
Murió el
veintiocho de enero, el séptimo día desde que cayó en cama, a las nueve de la
mañana, tras participar de la eucaristía, en su
septuagésimo segundo año de vida y el cuadragésimo séptimo de su reinado.
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