Mostrando entradas con la etiqueta FILOSOFIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta FILOSOFIA. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de febrero de 2016

FEALDAD



La FEALDAD es el alejamiento del canon de belleza que es el conjunto de aquellas características que una sociedad considera convencionalmente como bonito, atractivo o deseable, sea en una persona u objeto. Usualmente indica hacia algo que provoca repulsión o terror. El término sin embargo, es usado con mayor frecuencia en referencia a la apariencia humana. El concepto opuesto a la fealdad es la belleza.
Algunas personas afirman que la fealdad es sólo cuestión de estética subjetiva, asegurando que una persona puede percibir como bello algo que alguna otra persona perciba como feo. No obstante, el punto de vista predominante en el mundo científico es que la fealdad humana es parte de la selección sexual y un indicador de una salud física y una herencia genética pobre o débil. Una persona podría considerarse fea cuando la proyección de su apariencia no es armónica en sus rasgos visuales; sino más bien presenta una proyección disruptiva de sus rasgos frente en una primera impresión visual o bien; si es comparada frente a una persona que se considera bella donde la diferencia y atractivo es demasiado notable.
Son muchos los exponentes que han intentado definir los términos belleza y fealdad. Sin embargo, no cabe duda de que Humberto Eco es uno de los que más ha logrado acercarse a un real entendimiento de estos. Para él, la fealdad debe ser definida a través de la belleza. Sin embargo, ambos términos deben ser entendidos de acuerdo al momento histórico e incluso a las tendencias del momento. Es decir, lo que hoy es considerado feo, pudo haber sido considerado bello hace unos años; y de igual forma, lo que en el pasado pudo ser considerado feo hoy puede ser una gran obra de arte. A partir de esta consideración, se llegan a descubrir términos como kitsch, que en este contexto, es básicamente el arte que se considera una copia vulgar y fuera de moda de un estilo existente. También, el camp, que basa toda su estética en las cosas de mal gusto, las excentricidades, y las cosas que son lo que no son, como las actuaciones exageradas o las afeminaciones.

Aunque usualmente se piensa en fealdad en términos de falta de belleza física, el concepto —como el de la belleza— también suele utilizarse para describir otros fenómenos, como la música, la literatura, etc. Una cultura que impone su ley mediante conquista o mediante influencia económica, militar o política, también hace prevalecer sus propios cánones de belleza como un medio de control y manipulación de las culturas sometidas, que, al margen de la sociedad dominante, quedan sujetas al rechazo de sus propios cánones culturales. Algo semejante ocurre, en el plano individual, cuando una persona se siente fuera de su contexto original —por ejemplo, al viajar al extranjero— y supone que las cosas que lo rodean, incluyendo la comida, el lenguaje y la moda, son necesariamente "más bellas" en su contexto familiar. Todos estos procesos han tenido mucha importancia en la conformación de los conceptos de belleza y fealdad en el mundo de habla hispana, en que se encuentran imbricados culturas y modos de pensar de varias formas.

lunes, 1 de junio de 2015

ESTOICO



El ESTOICISMO es uno de los movimientos filosóficos que, dentro del periodo helenístico, adquirió mayor importancia y difusión. Fundado por Zenón de Citio en el 301 a. C., adquirió gran difusión por todo el mundo grecorromano, gozando de especial popularidad entre las élites romanas. Su período de preeminencia va del siglo III a. C. hasta finales del siglo II d. C. Tras esto, dio signos de agotamiento que coincidieron con la descomposición social del alto Imperio romano y el auge del cristianismo.

El estoicismo fue fundado por Zenón de Citio aprox. 333-262 a. C. —a veces llamado Zenón el Estoico para distinguirlo de Zenón de Elea—, de origen chipriota y posiblemente de ascendencia mixta, griega y oriental. 

Se trasladó a Atenas en el 311 a. C. después de una vida agitada. Por aquel entonces Atenas era el centro cultural del mundo griego, donde se congregaban las principales escuelas de filosofía. Durante su estancia, tomó contacto con la filosofía socrática, en especial la de la escuela cínica, y la megárica. Según Diógenes Laercio, inicialmente se inclinó por el cinismo, siendo alguien especialmente cercano a Crates, pero pronto abandonó esta escuela al rechazar las numerosas «exageraciones» en que estos incurrían, porque no podían ofrecerle ningún programa de vida válido. Tras este abandono del cinismo, estudió con otros filósofos de las escuelas académicas, aristotélica y megárica pero, insatisfecho con ellas, acabó creando su propia escuela, en la que combinaba múltiples aspectos cínicos con los de otros filósofos como Heráclito. Desde la antigüedad, se estudió la posible influencia sobre Zenón de doctrinas semíticas tales como el judaísmo o las filosofías del oriente medio; el considerable parecido entre el estoicismo y el cristianismo en algunas doctrinas, sobre todo en la ética y en la cosmología, sugirieron a panegiristas cristianos como Quintiliano y Tertuliano que Zenón estaba familiarizado, por su origen semita, con el judaísmo.
El término estoicismo proviene del lugar en el que Zenón comenzó, en el año 301 a. C., a dar sus lecciones en la Stóa poikilé, que era el Pórtico pintado del ágora de Atenas. Pronto atrajo a numerosos seguidores quienes, tras la muerte de Zenón, continuarían y expandirían su filosofía. El estoicismo fue la última gran escuela de filosofía del mundo griego en ser fundada, y continuó existiendo hasta que en el año 529 d. C. el emperador Justiniano clausuró la Escuela de Atenas. La escuela cínica tuvo una clara influencia en la Stoa, esto es evidente desde los inicios de esta, pues las fuentes declaran que su fundador, Zenón de Citio, estudió directamente con un cínico; Crates. Estoicos tardíos, como Epicteto, identificaban al cínico Diógenes de Sínope como dechado de hombre sabio.
El corpus doctrinal del estoicismo se basó en las escrituras de Zenón, hoy en día perdidas; no obstante, se sabe que escribió numerosas obras entre cuyos títulos destacaban: De la vida conforme a la naturaleza; De los universales; Argumentos dialécticos y De las pasiones. Cuando Zenón muere en el 261 a. C. se hacen cargo de la escuela Cleantes y Crisipo. A decir de Laercio, a este último se le debe que el estoicismo perdurase: «Sin Crisipo no habría habido la Stóa». En efecto, Crisipo, que dirigirá la Stóades de el 232 a. C. hasta su muerte, acaecida en el 208 a. C., fijó el canon del estoicismo, perfeccionó las investigaciones lógicas y sistematizó las enseñanzas de Zenón. Desgraciadamente de su obra sólo han sobrevivido algunos escasos fragmentos y unas pocas referencias hechas por otros autores, resultando complicado discernir qué partes del ideario se deben a Zenón, a Crisipo y a Cleantes. En general, apenas si se han conservado algunos fragmentos de los textos estoicos más antiguos.
Con la muerte de Crisipo, se dio por concluida la primera fase del estoicismo, llamada Estoicismo antiguo. Esta primera etapa se caracterizó sobre todo por el establecimiento formal de la doctrina. Tras Crisipo, dirigieron la escuela Diógenes de Babilonia y Antípater de Tarso, comenzando la época denominada estoicismo medio. Durante la misma se da la expansión del estoicismo por todo el mundo mediterráneo, aprovechando el impulso del mundo helenístico y las redes comerciales surgidas con el auge de Roma. Sus principales figuras fueron Panecio de Rodas 185–109 a. C. y, sobre todo, Posidonio de Apamea. Quizá el hecho más destacado de este período fue la introducción del estoicismo entre las élites romanas. La sociedad aristocrática romana de los siglos II y I a. C. valoraba en mucho los tiempos de «nuestros padres», refiriéndose a los siglos anteriores en que la relevancia económica y militar de Roma todavía era escasa. Se idealizaba y exaltaba la sencillez y la sobriedad de la vida de aquellos tiempos y, como en todo el mundo griego, se miraba con desconfianza los lujos y las costumbres modernas, más sofisticadas, que se habían ido introduciendo conforme la República Romana ganaba preeminencia. La doctrina estoica, muy favorable a esos puntos de vista, fue introducida con éxito, y ganó adeptos tan conocidos como Catón el Viejo, Escipión el Africano y Catón el Joven; la notable fama de estos favoreció aún más al estoicismo, que pronto fue la escuela filosófica más admirada por los romanos.
Los estoicos antiguos dividieron la filosofía en tres partes: la lógica teoría del conocimiento y de la ciencia, la física ciencia sobre el mundo y sobre las cosas y la ética ciencia de la conducta. Todas ellas se refieren a aspectos de una misma realidad: el universo en su conjunto y el conocimiento sobre él. Este puede ser explicado y comprendido globalmente porque es una estructura organizada racionalmente de la que el hombre mismo es parte integrante, siendo la faceta más importante la ética.
De los escritos del período medio apenas se conservan, de nuevo, más que unos pocos textos fragmentados. Usualmente, se considera que tras la muerte de Catón el Joven y la resolución de las guerras civiles que condujeron al establecimiento del Imperio romano, surge la última etapa del estoicismo, el llamado Estoicismo nuevo o Estoicismo romano. Los filósofos de esta etapa han llegado a ser mucho más famosos y conocidos que los estoicos antiguos y sus obras se conservan en mayor número, y materializaron la implantación del estoicismo como la principal doctrina de las élites romanas. El estoicismo romano destaca por su vertiente eminentemente práctica, donde las consideraciones lógicas, metafísicas o físicas del estoicismo antiguo pasan a un segundo plano para desarrollar, sobre todo, la vertiente ética de la escuela. Los principales exponentes de esta etapa, y posiblemente los estoicos más famosos, fueron Lucio Anneo Séneca 4 a. C.–65 d. C., uno de los escritores romanos más conocidos y quizá el estoico mejor conocido, Epicteto 50–130 d. C., nacido esclavo, y el emperador Marco Aurelio 121–180 d. C. La obra de Séneca, Marco y Epicteto permite acercarse, de manera sencilla y didáctica, a los principales aspectos del estoicismo, si bien no introdujeron ningún elemento esencialmente original en la doctrina.
Tras la muerte de Marco Aurelio, se considera que el estoicismo entra en decadencia. Las sucesivas crisis políticas, económicas y militares que asuelan el Imperio romano durante el siglo III tienen como consecuencia una revalorización de la espiritualidad que el estoicismo no puede afrontar, surgiendo el neoplatonismo, que, a partir del 250 d. C., desplazará al estoicismo como principal doctrina de las élites. El giro cultural de esta época provoca que el plan de vida estoico pase a ser negativamente considerado; en esta época, esencialmente, el estoicismo ganará su fama de envarado y rígido. Igualmente, el auge del cristianismo afecta negativamente a todas las escuelas filosóficas helenísticas, al ser rechazadas muchas de sus enseñanzas por contrarias a la doctrina cristiana. Para el año 300, la única de estas capaz de objetar algo al cristianismo es el neoplatonismo, y el triunfo de aquél sentencia definitivamente al movimiento helenista en general, que formalmente concluye en el 529, cuando Justiniano cierra las escuelas filosóficas de Atenas el Liceo, la Academia, la Stoa.
No obstante, el estoicismo influirá en numerosas corrientes filosóficas posteriores, desde los primeros padres de la Iglesia hasta Descartes y Kant. Como se ha dicho, los primeros padres de la Iglesia admiraron la ética del estoicismo, que consideraban especialmente cercana a la suya propia; su calma, su serenidad, así como su posición frente a las adversidades hicieron que algunos cristianos como Tertuliano trataran a estoicos como Séneca en los términos de «saepe noster» «a menudo, uno de los nuestros», mientras que San Jerónimo lo incluyó en su catálogo de santos. Incluso se difundió la leyenda de que Séneca había sido bautizado antes de morir por San Pablo, con quien además habría mantenido correspondencia, y que Marco Aurelio habría igualmente mantenido correspondencia con el Papa y algunos cristianos romanos. Durante el Renacimiento, el estoicismo ganó difusión entre las corrientes humanistas y universitarias: la primera obra de Calvino fue una edición de De clementia de Séneca, y las referencias al estoicismo nuevo son constantes en Erasmo, Juan Luis Vives y Michel de Montaigne.
En esta época se revalorizó la actitud vital estoica; en la actualidad, se utiliza cotidianamente el término «estoicismo» para referirse a la actitud de tomarse las adversidades de la vida con fortaleza y aceptación.

lunes, 20 de octubre de 2014

ARQUETIPO



Un ARQUETIPO es el patrón ejemplar del cual otros objetos, ideas o conceptos se derivan. En la filosofía de Platón se expresan las formas sustanciales ejemplares eternos y perfectos de las cosas que existen eternamente en el pensamiento divino. También puede entenderse como una estructura funcional que subyace a la conducta de un individuo, grupo o sociedad en su conjunto, estableciendo una serie de automatismos a los que se responde de forma espontánea.

Un arquetipo es un modelo o ejemplo de ideas o conocimiento del cual se derivan otros tantos para modelar los pensamientos y actitudes propias de cada individuo, de cada conjunto, de cada sociedad, incluso de cada sistema.

Un sistema de palabras, de ideas, de ideales, o de pensamientos, sigue una conducta regular, envuelto en su propio paradigma; incluso se usan arquetipos para modelar su propio camino, para abrirse campo en un medio de ideas abstractas, poco entendibles o ininteligibles, solamente guiados por sus propios pensamientos y creencias.

En el libro Realidad del alma, Jung propone que en el mundo primitivo todos los hombres poseían una especie de alma colectiva, pero con el pasar de los años y la evolución, surgió un pensamiento y una conciencia individual que ayudó en gran parte con la formación del modo de pensar de cada cultura y de su tipo de actuar. Una persona está integrada por conductas regidas por arquetipos, junto con sus diferentes caminos y sus estadios. Existen tres caminos: Conocimiento, Poder y Amor.

Platón, el más fiel discípulo de Sócrates, cree como éste que "la ciencia consiste en lo universal" y aspira a ello por medio de la abstracción. Para el fundador del realismo exagerado "la mayor certeza se halla en la mayor abstracción". Al ejercitar ésta, distingue dos mundos: el de las cosas sensibles, rayano con el no ser, y el de lo inteligible, que es lo real mismo en sí, el tipo, la idea o el ejemplar, que reproducen las cosas sensibles por su participación de las ideas. Pero este mundo de las ideas requiere una jerarquía según Platón; éste, fijado por la dialéctica, sirve de base a toda clasificación y establece claridad y orden en la manera de tratar los asuntos.

Como efecto de la abstracción formalista y logicista, esta tesis dará eventualmente lugar a la noción de que las ideas más vacías o más abstractas se consideran las superiores y se colocan en el vértice de las clasificaciones. Se convierte así la abstracción en escala para ascender al cielo y se volatiliza la realidad, llegando a estimar que una idea está más cerca de la verdad cuanto más lejos se halla de los hechos. Esta interpretación, hecha explícita por primera vez por Christian Wolff, que estima que la metafísica sería la ciencia de lo posible, alcanza su consecuencia, con rigor inflexible, en la dialéctica hegeliana, que afirma que "el ser —la idea más abstracta— es la nada".

Ya la palabra, eidos, de donde procede nuestra "idea" revela el simbolismo, pues expresa la especie opuesta al individuo y aún separada de él. Para establecer la jerarquía del mundo inteligible, la imaginación se representa siempre fuera de la realidad el prototipo o arquetipo la idea primera entre las demás de igual orden, de cada especie. Resulta, por lo mismo, como dice Janet, que "todo arquetipo es siempre una abstracción".

Esta misma palabra arquetipo ha sido usada por los escolásticos, sobre todo por aquellos que se acercan algo al sentido platónico hábilmente combinado con la doctrina aristotélica por santo Tomás de Aquino, como la idea primordial, que ha presidido a la creación del mundo.

Después usó también la palabra arquetipo John Locke, en su Ensayo sobre el entendimiento humano, pero atribuyéndola significación distinta o la que le diera en un principio Platón. Para Locke los arquetipos son ideas, que no tienen semejanza con ninguna existencia real, ni con la nuestra ni con la de los objetos externos. Concibe el espíritu los arquetipos mediante la reunión arbitraria de los conceptos simplicísimos, sin que puedan ser por lo tanto copias de las cosas.

Después de Locke, el término deja de ser frecuente en filosofía; lo usa Goethe en el Fausto personificando las ideas en las Madres, que con sus antorchas iluminan la región de las sombras y van guiando al héroe del poema, símbolo de la luz de la inteligencia, que con su previsión nos guía en la vida.

miércoles, 27 de agosto de 2014

BOLCHEVIQUE



Los BOLCHEVIQUES eran un grupo político radicalizado dentro del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, dirigido por Vladímir Ilich Uliánov, también conocido como Vladímir Lenin, contrapuesto a los mencheviques, dirigidos por Yuli Mártov. El término se utiliza a menudo como sinónimo de comunista.

La división se produjo en el Segundo Congreso del partido, celebrado entre Bruselas y Londres en 1903. Las tesis propuestas por Lenin fueron:

La lucha por la dictadura del proletariado como instrumento necesario de la revolución para avanzar hacia el socialismo.
La alianza de la clase obrera con el campesinado para derribar la autocracia rusa, llevar a término los objetivos democráticos de la revolución y enfrentar las vacilaciones y traiciones de la burguesía.
La liquidación de los latifundios terratenientes y la entrega de la tierra a los campesinos.
El reconocimiento del derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas por Rusia.
La condición de pertenecer a una organización del partido para ser considerado miembro de él.
La necesidad de construir un partido para que el proletariado, en alianza con las clases oprimidas por el zarismo, tenga el poder político de Rusia, la organización interna se basó en el "centralismo democrático" que básicamente es por la ejecución de políticas del estado a partir de un poder único representante de la nueva clase dominante destinado a la lucha frontal contra los rezagos burgueses, y democrático porque ese poder es creación de los revolucionarios los cuales son las clases oprimidas bajo el régimen zarista, la mayoría del pueblo.

Debido a la diversidad de los temas debatidos, las votaciones fluctuaron en favor o en contra de las propuestas de Lenin. Fue aprobado un programa mínimo contra la autocracia y un programa máximo hacia el socialismo con los puntos de vista leninistas, excepto en lo que se refiere al tema de tierras, pues se exigía únicamente la devolución de las tierras arrebatadas por los terratenientes a los campesinos. En los temas organizativos fueron aprobadas las propuestas de Yuli Mártov; sin embargo, en la fase final del congreso, cuando iban a elegirse la dirección del partido, la correlación de fuerzas se invirtió de nuevo debido al retiro de algunos delegados, a quienes el congreso negó propuestas de su interés. Los motes de bolchevique "la mayoría" y menchevique, "la minoría", proviene del resultado de la elección del Comité Central y del Comité de Redacción del periódico Iskra, que sin embargo poco después del congreso quedó en manos de los mencheviques.

Tras la derrota de la Revolución de 1905, los bolcheviques mantuvieron su estrategia apostando por el establecimiento de una dictadura de obreros y campesinos; en lo que se refiere al programa agrario exigieron su entrega a los campesinos; en lo organizativo demandaron mantener las estructuras clandestinas del partido. Todo esto condujo a la escisión de los mencheviques miembros de la minoría en 1912. Los mencheviques pretendían que se desarrollase la fase burguesa, que más tarde daría lugar a la revolución. Los bolcheviques quedaron desconcertados porque sus principales jefes estaban en el exilio.

Según Octavio Paz "toda la polémica entre los bolcheviques y los mencheviques arranca de las distintas posiciones que unos y otros adoptaron frente a esta situación," la debilidad de la burguesía frente al Estado zarista y modernización rusa.

Al estallar la I Guerra Mundial los bolcheviques se alinearon con el sector internacionalista de la socialdemocracia el cual rechazaba la guerra, argumentando que esta era una lucha entre los burgueses imperialistas por obtener nuevos mercados, lo cual, según ellos, se opondría a los intereses del proletariado mundial. Se opusieron a la defensa de la patria sostenida por los llamados "defensistas" por ser esta en su concepto, una mentira que pretendía ocultar la lucha de clases existente entre los países en conflicto. Su llamado fue a rechazar la guerra que denominaban imperialista y convertirla en guerra civil revolucionaria. Los bolcheviques se dividieron entonces porque la mayoría de sus dirigentes se hicieron defensistas, mientras Mártov encabezó un grupo internacionalista que, sin embargo, siguió organizativamente separado de los bolcheviques y políticamente enfrentado por divergencias similares a las sostenidas desde 1903.

Tras el triunfo de la Revolución de febrero de 1917, los bolcheviques se opusieron al Gobierno provisional ruso de Alexander Kerensky y formaron el Sóviet de Petrogrado paralelo basado en los sóviets obreros y campesinos de las grandes ciudades, estos serían la organización base de la nueva sociedad socialista, dándose el caso de dos gobiernos simultáneos, el liderado por Kerensky apoyado por las fuerzas políticas mencheviques, liberales y social-revolucionarios y el bolchevique apoyado por los sóviets obreros y campesinos.

Los bolcheviques fueron partícipes de la fallida revuelta en julio de 1917 y en octubre del mismo año llevaron a cabo la llamada Revolución de Octubre que los llevó al poder de manera oficial.

El 25 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones para definir a los miembros de la Asamblea Constituyente Rusa con el fin de dotar al régimen de una constitución que consagrase los principios socialistas. En estas elecciones, los bolcheviques obtuvieron el 24% de los votos y 170 de los 707 escaños. La Asamblea, compuesta en su gran mayoría por opositores al gobierno bolchevique, no reconoció al gobierno como autoridad suprema y se negó a someterse a las decisiones de los sóviets. En la noche de ese día, Lenin invalidó los resultados de la elección y disolvió la asamblea, quedando de esta manera, todo el poder en manos de los bolcheviques. Ya en el gobierno, la facción bolchevique tomó el nombre de Partido Comunista de Rusia bolchevique y luego el de Partido Comunista de la Unión Soviética bolchevique. No fue hasta 1952 en que eliminaron la referencia "bolchevique" del nombre oficial del partido, que pasó a denominarse Partido Comunista de la Unión Soviética.

lunes, 25 de agosto de 2014

TAOÍSMO



El TAOÍSMO es un sistema filosófico y religioso chino basado primordialmente en el Tao Te King que la tradición atribuye al filósofo chino Lao Tsé. Sus enseñanzas parten del concepto de unidad absoluta y al mismo tiempo mutable denominado Tao, que conforma la realidad suprema y el principio cosmológico y ontológico de todas las cosas. Lleva más de cinco mil años ejerciendo su influencia en los pueblos del Lejano Oriente.
dàojiào en pinyin
literalmente ‘enseñanza del camino’

La palabra tao  o dao, dependiendo de la romanización que se use, suele traducirse por ‘vía’ o ‘camino’, aunque tiene innumerables matices en la filosofía y las religiones populares chinas. La transcripción en pinyin es dao, cuya pronunciación más aproximada es /tao/.

El taoísmo filosófico se desarrolló a partir de los escritos de Lao Tsé y Zhuangzi. Según la leyenda china, Lao Tsé vivió durante el siglo VI a. C. y tradicionalmente se fecha en ese siglo la redacción del Dàodéjing, aunque según algunas investigaciones actuales es bastante posterior.

La esencia de la filosofía taoísta se encuentra en el Daodejing, el libro de la vía y el poder, o del camino y la virtud. El taoísmo religioso se fundó en el siglo III a. C., pero no se convirtió en un movimiento religioso organizado hasta el siglo II d. C.

El objetivo fundamental de los taoístas es alcanzar la inmortalidad, si bien, a veces no se entiende esta literalmente, sino como longevidad en plenitud. De la misma manera, se decía que las personas que vivían en armonía con la naturaleza eran inmortales. Lao-Tse fue deificado como dios taoísta ―un inmortal―, encabezando un enorme panteón de héroes folclóricos, generales famosos y sabios, todos los cuales alcanzaron la inmortalidad. Sin embargo, la antigua forma del taoísmo era la de una corriente filosófica y no una religión, por lo que los antiguos pensadores interpretaban por «inmortalidad» el hecho de auto superación del propio ser en comunidad con el entorno, lo que implica buscar la superación y el progreso personal y colectivo, de acuerdo con la mutación constante que enseña el taoísmo.

Posteriormente, el taoísmo se mezcló con elementos del confucianismo, el budismo y la religión folclórica. La forma concreta de religión taoísta que fue llevada a Taiwán hace unos 300 años es típica de esta tradición. La característica más distintiva de la práctica actual es la adoración de los antepasados, junto con las deidades taoístas, lo que muestra el claro elemento tradicionalista del confucianismo y el culto religioso de las creencias míticas de Asia, las cuales ambas no eran válidas para los antiguos pensadores taoístas como Chuang Tsé.

El Taoísmo establece la existencia de tres fuerzas: una pasiva, otra activa y una tercera, conciliadora. Las dos primeras se oponen y complementan simultáneamente entre sí, es decir que son interdependientes de manera absoluta y funcionan como una unidad. Son el yin fuerza pasiva/sutil, femenina, húmeda... y el yang fuerza activa/concreta, masculina, seca.... La tercera fuerza es el tao, o fuerza superior que las contiene.

El significado más antiguo que existe sobre el tao dice: «Yi yin, yi yang, zhè wei tao», es decir, "un aspecto yin, un aspecto yang, eso es el tao".

Puede ejemplificarse esta concepción a partir del significado de las palabras: literalmente, yang significa ‘la ladera luminosa soleada de la montaña’, y yin ‘la ladera oscura sombría de la montaña’; entiéndase la idea de montaña como símbolo de unidad. Así, aunque representan dos fuerzas aparentemente opuestas, forman parte de una única naturaleza.

La igualdad entre las dos primeras fuerzas entraña la igualdad de sus manifestaciones consideradas en abstracto. Por ello el taoísta no considera superior la vida a la muerte, no otorga supremacía a la construcción sobre la destrucción, ni al placer sobre el sufrimiento, ni a lo positivo sobre lo negativo, ni a la afirmación sobre la negación.

Las cosas cotidianas e insignificantes tienen un significado mucho más profundo del que nosotros le damos.

El tao es algo que no puede ser alcanzado por ninguna forma de pensamiento humano.
Para este algo no existe nombre, dado que los nombres derivan de experiencias; finalmente, y por necesidad de ser descrito o expresado, se lo denominó tao, que significa ‘camino’ o ‘sendero recto o virtuoso’ que conduce a la meta.

Cuando Lao Tse habla del tao procura alejarlo de todo aquello que pueda dar una idea de algo concreto. Prefiere encuadrarlo en un plano distinto a todo lo que pertenece al mundo. Porque el tao es como el espacio vacío para que se manifieste el todo. «Existía antes del Cielo y de la Tierra», dice, y, efectivamente, no es posible decir de dónde proviene. Es madre de la creación y fuente de todos los seres.

El tao tampoco es temporal o limitado; al intentar observarlo, no se lo ve, no se lo oye ni se lo siente. Es la fuente primaria cósmica de la que proviene la creación. Es el principio de todos, la raíz del Cielo y de la Tierra la madre de todas las cosas. Pero si intentamos definirlo, mirarlo u oírlo, no sería posible: el tao regresa al no-ser, ahí donde es insondable, inalcanzable y eterno.

Todas las cosas bajo el Cielo gozan de lo que es, lo que es surge de lo que no es y retorna al no-ser, con el que nunca deja de estar ligado.

El tao del no-ser es la fuerza que mueve todo lo que hay en el mundo de los fenómenos, la función, el efecto de todo lo que es: se basa en el no-ser.

El mundo de los seres puede ser nombrado con el nombre de no-ser y el mundo de los fenómenos con el nombre de ser. Las diferencias recaen en los nombres, pues el nombre de uno es ser y el del otro, no-ser, pero aunque los nombres son distintos, se trata de un solo hecho: el misterio desde cuyas profundidades surgen todos los prodigios.

Al encontrar el camino que conduce de la confusión del mundo hacia lo eterno, estamos en el camino del tao.

El taoísmo excluye el concepto de ley y lo sustituye por el de orden. Es decir, las cosas son de determinada manera debido a que su posición en un universo en permanente movimiento les confiere una naturaleza que las obliga a ese comportamiento. Así lo explica Dong Zhongshu, filósofo chino del siglo II a. C.

Tao es el nombre global que se da al orden natural. El objetivo del tao es enseñar al hombre a integrarse en la naturaleza, enseñarle afluir, a integrarse en sí mismo en concordancia y armonía. El tao no es un creador porque nada en el mundo se crea ni el mundo es creado. Enseñar a compenetrarse con esta naturaleza y armonía de tal modo que llegue a experimentar en su propio cuerpo sus ritmos vitales. Sintonizándose el cuerpo humano mediante una serie de ejercicios con estos ritmos, ganando así serenidad mental y energía física.

A principios del siglo IV a. C. los filósofos chinos escribían sobre el yin y el yang en términos relacionados con la naturaleza.

Observando de la perspectiva del tao, se ve cómo todas las cosas se elevan, se vuelven grandes y luego retornan a su raíz. Vivir y morir es simplemente entrar y salir. Las fuerzas de la mente no tienen poder sobre quien sigue el tao. El camino del no-ser lleva a la quietud y la observación, y conduce de lo múltiple al uno. Para poder recorrer ese camino hace falta preparación interna. Mediante la práctica espiritual, la perseverancia, el recogimiento y el silencio se llega a un estado de relajación que debe ser tan sereno que posibilita la contemplación del ser interior, el alma, y así se logra ver lo invisible, escuchar lo inaudible, sentir lo inalcanzable.

Una historia representativa del pensamiento taoísta sería la siguiente:

El caballo de un campesino se escapó. Ante la conmiseración de su vecino, el campesino le dijo: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y tuvo razón, porque al día siguiente el caballo regresó acompañado de caballos salvajes con los cuales había trabado amistad. El vecino reapareció, esta vez para felicitarlo por el regalo caído del cielo, pero el campesino repitió: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y otra vez tuvo razón, porque al día siguiente su hijo trató de montar uno de los caballos salvajes y se cayó, rompiéndose una pierna. El vecino volvió a mostrar su pesar, y recibió nuevamente la anterior pregunta: «¿Quién sabe si es bueno o malo?». Y el campesino tuvo razón una cuarta vez, porque al día siguiente aparecieron unos soldados para reclutar al hijo, pero lo eximieron por encontrarse herido.

Lejos de una amoralidad o de una moralina latitudinaria, el taoísmo preconiza la armonía, allí está el equilibrio, un absoluto sobre las relatividades.
Esta ética se refleja en el arte.

Al llegar el budismo a China, el contacto entre el budismo y el taoísmo produjo entre otros efectos la escuela religiosa y filosófica budista Chán sinización de la palabra sánscrita dhyana, que significa: meditación y, esta, al pasar a Japón originó el zen.

El taoísmo influyó en numerosas áreas del conocimiento como la medicina y ciertas escuelas de meditación, e incluso las artes marciales. Existe un paralelismo en ciertas concepciones del taoísmo con el Tantra, en especial la visión del mundo como un ecosistema, y la consideración de una vía de iluminación dentro del acto sexual.