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jueves, 10 de julio de 2014

PANTEÍSMO



El PANTEÍSMO es una creencia o concepción del mundo y una doctrina filosófica según la cual el Universo, la naturaleza y Dios son equivalentes. La ley natural, la existencia y el universo la suma de todo lo que fue, es y será, se representa por medio del concepto teológico de "Dios". La palabra está compuesta del término griego pan, que significa todo, y theos, que significa Dios; así se forma una frase que afirma: todo es Dios y Dios es todo.

El panteísmo es la creencia de que el universo con todas sus extensiones celestes y criaturas y Dios son lo mismo, o sea, son uno. Es decir, Dios no es un criatura en particular ni una simple energía; sino que cada criatura es un aspecto o una manifestación de Dios, que es concebido como el actor divino que desempeña a la vez los innumerables papeles de humanos, animales, plantas, estrellas y fuerzas de la naturaleza. Algunos pensadores han considerado panteísta el trasfondo de los politeísmos La visión panteísta, si es admitida, aporta un nexo entre diferentes religiones, en especial las no creacionistas.

De manera general, el panteísmo puede ser considerado como una ideología filosófica o como una concepción del mundo. En el teísmo se enfrentan dos términos: "dios" y "mundo". El panteísmo procede a identificarlos. El resultado ha de ser un monismo, que puede adoptar diversas caracterizaciones.

El panteísmo puede mostrar algunas variantes. Por un lado puede considerar a la realidad divina, como la única realidad verdadera y a ella se reduce el mundo; en este caso el mundo es concebido como proceso, emanación, desarrollo o manifestación de Dios; declaradamente una "teofanía".

En otro sentido, la naturaleza puede ser concebida como la única realidad verdadera. A esa realidad se reduce Dios, que suele ser concebido entonces como la unidad del mundo, como una especie de principio orgánico de la naturaleza, o también, como autoconciencia del universo. Esta forma de panteísmo recibe la denominación de "Panteísmo Ateo" o "Panteísmo Naturalista".

En ambas formas, no hay ninguna realidad trascendente. Todo lo que existe es inmanente y la divinidad es entendida más bien como principio del mundo.

El panteísmo es una doctrina o un componente identificable en las doctrinas del filósofo griego Heráclito, en los fragmentos que de él se conservan. En el filósofo presocrático del devenir, lo divino se halla presente en la totalidad de las cosas y, al mismo tiempo, es idéntico al mundo y a los entes en su integridad. Esta concepción arrastra a parangonar lo divino con el Universo, transformándolo en el "fuego generador" que unifica todos los contrarios.

Ese dios-todo de Heráclito congrega en sí mismo la totalidad de las cosas y es, de igual manera, una realidad de carácter eterno. Su cosmología parece, también, referirse a la teoría de un mundo de movimiento cíclico, en virtud de la cual el todo se asemeja a un conjunto de fases alternadas: una suerte de ciclo destructivo y productivo, que más tarde ha de ser retomado y desarrollado por los estoicos.

Se ha hablado frecuentemente -y acaso de modo impropio- del panteísmo de Plotino. En realidad, para él la divinidad conserva para sí los dos caracteres, la inmanencia y la trascendencia. El dios plotiniano, penetrando todas las realidades se encuentra por encima de todas ellas. Así, el filósofo sostiene con claridad, de modo luminoso, que lo Uno, "en cuanto principio del todo, no es el todo". Una tal afirmación pareciera oponerse a las apreciaciones o interpretaciones inminentitas y panteístas, de su pensamiento.

La cosmovisión de Giordano Bruno bien puede ser entendida como un "panteísmo ateo", con ciertos rasgos específicos de "pan -psiquismo". En su obra De la causa, el principio y el Uno es donde se encuentran sus ideas fundamentales sobre la realidad natural.

Una forma o esquema general del universo es la denominada "alma del mundo", cuya preponderante facultad es un intelecto completo y universal, que todo lo llena y todo lo ilumina.

La materia constituye el segundo principio de la naturaleza, por la cual la totalidad de las cosas se hallan conformadas. Los aspectos de los entes pueden mudar, variar o divergir, pero es siempre la misma materia la que se sostiene y perdura por debajo de las exteriores transformaciones.

Ha sido usual en la época moderna considerar la filosofía de Baruch Spinoza como el más eminente y radical ejemplo de panteísmo, constituyendo de esa forma, el modelo de todos los panteísmos que le seguirán. Esto se debe principalmente a sus afirmaciones sobre el monismo de la sustancia y del estatuto modal de los individuos finitos, en especial el hombre: «Todo cuanto es, es en Dios, y sin Dios nada puede ser ni concebirse» El spinozismo, sin embargo, debe ser considerado más bien como un panenteísmo, porque para el filósofo holandés todo está en Dios y el Ser supremo no se confunde ni con el mundo ni con la totalidad de sus modos, al conservar Spinoza la distinción de orden escolástico entre natura naturans Dios como principio de ser y de su vida irreductible a todo viviente particular y la natura naturata, conjunto de modos infinitos y finitos.

Estando constituido Dios por una infinidad de atributos de los que sólo conocemos dos el pensamiento y la extensión, la metafísica spinoziana no puede interpretarse ni como un panteísmo materialista ni como un panteísmo espiritualista, dado que en ella se dice es tanto res extensa como res cogitans. El panteísmo de Spinoza ha sido objeto de numerosas críticas; una de las más destacadas es la de Schelling que, según algún estudioso del tema, considera que Spinoza "anula la libertad y la personalidad de Dios reduciéndolo a un mero objeto incapaz de relacionarse con el mundo".

Lo cierto es que Panteístas han surgido con frecuencia en la Historia del pensamiento filosófico y teológico, tal vez por el atractivo meta­físico que lo divino ejerce en el hombre. Entre los antiguos pensadores con resabios panteístas se pueden citar también al judío Filón de Alejandría 25 a C.- 50, y a Amonio Sacas 175-242.

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miércoles, 9 de julio de 2014

ESOTERISMO



ESOTERISMO es un término genérico usado para referirse al conjunto de conocimientos, doctrinas, enseñanzas, prácticas, ritos, técnicas o tradiciones de una corriente filosófica o religiosa, que son secretos, incomprensibles o de difícil acceso y que se transmiten únicamente a una minoría selecta denominada iniciados, por lo que no son conocidos por los profanos.

Por extensión, el esoterismo se refiere a toda doctrina que requiere un cierto grado de iniciación para estudiarla en su total profundidad. En contraste, el conocimiento exotérico es fácilmente accesible para el público común y es transmitido libremente.

Antoine Faivre, en su estudio sobre el esoterismo, Espiritualidad de los movimientos esotéricos modernos, señala que antes del siglo XIX no existía un término que pudiese clasificar y reunir en una sola palabra a las diversas corrientes y prácticas esotéricas. La expresión existía sólo como adjetivo: esotérico, «de dentro, interno» y posteriormente se acuñó el vocablo esoterismo para denotar la cualidad de esotérico

En la Antigüedad, algunas escuelas cultivaban, junto a una doctrina accesible a todos, otras doctrinas ocultas, reservadas a los iniciados. En algunas culturas el saber era custodiado celosamente por castas sacerdotales y algunos conocimientos fueron solamente patrimonio de círculos restringidos. El problema de su transmisión a través de la historia ha dado lugar a tradiciones parciales o fundadas en otros contextos desligados de sus fines primordiales.

La esotérica era una de las formas en que en la Grecia antigua se administraba la enseñanza, que sólo podía ser recibida en el interior de las escuelas, y que se oponía a la que se destinaba al público y era impartida al aire libre.

Los discípulos de Pitágoras se habrían dividido en exotéricos y esotéricos: los primeros eran simples aspirantes sin investiduras, los segundos estaban completamente iniciados en la doctrina real del maestro.

Para Platón y Aristóteles, los caracteres exotéricos o esotéricos se aplican sólo a las doctrinas. Habría existido en Platón una doble filosofía: una accesible a todos, expuesta en sus diálogos, y otra más técnica, reservada sólo a los iniciados. Aristóteles divide sus obras en esotéricas o acroamáticas, y exotéricas. Los comentadores admiten que esta distinción no se basa en las cuestiones ni en sus soluciones, sino en la forma y los procedimientos de exposición. En las obras exotéricas sólo se dan los argumentos más claros y para las esotéricas se reservan los más oscuros y decisivos.

Sería semejante, pues, a los actuales y metódicos estudios científicos de las academias con relación a las divulgaciones que de tales disciplinas pueden hacerse. La idea de una doctrina misteriosa reservada a los iniciados se observa en numerosas sociedades tales como el movimiento Rosacruz o la Francmasonería.

Según René Guénon, todas las religiones poseen un núcleo esotérico, que por su complejidad simbólica, permanece oculto para la mayoría de los creyentes, y el significado real de los rituales religiosos sería sólo comprendido por los iniciados.

El deseo de una síntesis de todos los saberes de la humanidad, ha impulsado a algunas doctrinas sincréticas, como la sinarquía de Saint-Yves d'Alveydre y la teosofía de Helena P. Blavatsky, a intentar recuperar y unificar las tradiciones de todas las culturas y de todos los tiempos.

La ciencia moderna es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante observación, razonamiento y experimentación con base en un método científico. En la Antigüedad, sin embargo, la palabra Ciencia o 'Scientia' Conocimiento tenía una significación más amplia y se refería principalmente a un saber esotérico que decía ser un conocimiento más profundo y elevado de todas las cosas. Saber que, según algunos estudiosos, sería el producto de la mente trascendental o de una Intuición intelectual.

René Guénon en su obra La Crisis del Mundo Moderno hace una fuerte crítica a las ciencias modernas, las que al ignorar el saber esotérico habrían caído en una suerte de cáscara o exoterismo que se limita sólo al estudio de los fenómenos pero desconoce la Verdad Trascendente.

Aunque para las ciencias modernas el término 'esotérico' pudiera tener casi un carácter peyorativo, es importante destacar que muchas de ellas tuvieron su origen en el quehacer de las llamadas "ciencias tradicionales", como la Química lo tuvo en la Alquimia y la Astronomía en la Astrología.

Ouspensky hacia 1911 clasificó las manifestaciones súper normales en magia y misticismo, la primera la relacionó con la acción y la segunda con el sentimiento. Comparaba el método psicológico con el método esotérico en la adquisición de conocimiento, consideraba que la mente psicológica puede ver las limitaciones de la mente lógica al poder distinguir entre diferentes niveles de pensamiento y comprender el hecho de que las percepciones cambian según las facultades y propiedades del aparato perceptor; el método esotérico además siempre conecta las partes con el todo.

Para el Maestro tibetano Djwhal Khul el esoterismo es el entrenamiento para obtener la capacidad de actuar libremente en el mundo de significados, implica comprender la relación que existe entre fuerzas y energías. Fundamenta todo el saber esotérico en los rayos cósmicos descubiertos por R.A.Millikan. Plantea que en nuestro sistema solar sólo uno de estos grandes rayos está en actividad.

El interés despertado por las sociedades secretas y las tradiciones esotéricas desde finales del siglo XIX ha convertido al esoterismo, al menos en un nivel superficial, en un elemento característico de la cultura de masas [cita requerida].

La astrología, la geomancia, la magia o el tarot son ejemplos de elementos originalmente esotéricos que se han comercializado y se han incorporado a la vida cotidiana occidental. Con el calificativo de "supermercado de la nueva era" se han referido a ella ciertos núcleos sociales, como la comunidad científica y la Iglesia, que se han opuesto formalmente a todo lo relacionado con el esoterismo popular, ya que se ha convertido en una moda con los métodos propios de venta de una mercancía.

Se encuentra de todo: I Ching, velas, perfumes, inciensos e imágenes del Buda o de Cristo, libros de oraciones, mantras, decretos, mandalas, todo tipo de recetas vegetarianas y naturistas, pulseras, productos audiovisuales con mensajes y clases de sanación y liberación, libros, hipnosis, sicoterapias de todo tipo, ejercicios para conocer el karma y las vidas pasadas, contactos con los ángeles, sus órdenes y mensajes, todo tipo de objetos atractivamente decorativos y llamativos, entre otros artículos de consumo.



jueves, 5 de junio de 2014

NIRVANA



En la filosofía shramánica, NIRVANA es el estado de liberación tanto del sufrimiento dukkha como del ciclo de renacimientos.

Es un concepto importante en el hinduismo, jainismo y budismo y suele alcanzarse mediante diferentes prácticas y técnicas espirituales.

En el contexto religioso, este término pasa a aplicarse en las religiones surgidas en India como el hinduismo, budismo, jainismo, para así indicar un estado de cese de la actividad mental corriente y que significará una liberación espiritual, el estado de felicidad supremo. Dependiendo de cada contexto religioso, el nirvana tiene diferentes implicaciones. Las dos religiones más importantes respecto a su influencia en Occidente son la hinduista y la budista fundada por el Buda Gautama.

En todas estas religiones, la palabra nirvana tiene connotaciones de quietud y paz. La persona que experimenta el nirvana se compara con un fuego apagado cuando su provisión de combustible se ha extinguido. En todas ellas también este combustible sería la falsa idea del Yo, que causa y es causada por el deseo, la necesidad, la conciencia, el nacimiento, la muerte, la codicia, el odio, la confusión, la ignorancia. Entonces el nirvana no sería un sitio ni un estado, sino una verdad absoluta que debe ser experimentada.

El nirvana es el estado transcendente libre de sufrimiento y de la existencia fenoménica individual; es la experiencia religiosa más identificada con el budismo. La palabra procede de un verbo que significa enfriarse o apagarse, como el final de una vela. La connotación es que sólo en el nirvana están extinguidas las llamas de la lujuria, el odio, la codicia y la ignorancia. En estado de nirvana se rompe el ciclo de la transmigración, que de otra manera sería eterno. Su naturaleza ha sido muy debatida por el pensamiento occidental, algunos de cuyos investigadores sostienen que implica una total aniquilación aunque otros lo interpretan como beatitud eterna. Ambos puntos de vista son problemáticos en ocasiones, ya que el nirvana es indescriptible y sólo puede conocerse desde su experiencia.

En el hinduismo se habla de la unión con el uno absoluto Brahmán, por tanto aunque el nirvana apunta a un mismo suceso de paz interior, no se debe considerar exactamente con las mismas consecuencias que en el budismo, ya que de hecho el budismo redefinió el concepto de nirvana según sus propios postulados. Cada una por tanto tiene su propio marco religioso.

El hinduismo utiliza el término nirvana en su contexto de mokṣa liberación del samsara o del ciclo de nacimientos y muertes repetidos, en el que el alma o ātmān se fundirá con la divinidad o lo absoluto. Esta liberación es por tanto una fusión del alma con la divinidad.

A su vez dentro del hinduismo este concepto de liberación es concebido de manera diferente por los distintos credos dárśanas hindúes.

Los vaishnavas, vishnuistas, o devotos del dios Visnú consideran que mokṣa no implica la fusión monista del alma dentro de Dios, sino la aceptación del alma para servirlo. Por eso en el vaishnavismo no se desea realmente abandonar la reencarnación, sino servir a Dios, aunque sea sufriendo en este mundo lejos de él.

Siddhartha Gautama se refería al nirvana de la siguiente manera: «Hay, monjes, una condición donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo, ni sol ni luna. A eso, monjes, yo lo denomino ni ir ni venir, ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni nacimiento ni efecto, ni cambio, ni detenimiento: ese es el fin del sufrimiento» 

Buda Gautama redefinió la consecución del nirvana presente en el hinduismo mediante un proceso de meditación en el que se analiza el cuerpo y la mente como carentes de una individualidad intrínseca. En ese proceso existe un vacío de individualidad śūnyatā de todo lo presente en el cuerpo y mente del sujeto. Esta falta de una individualidad es también común en todos los fenómenos del universo.

Al igual que en el hinduismo, la realización del nirvana budista implica la liberación definitiva del sufrimiento de la existencia o de los diferentes estados de reencarnación a los que todos los seres están sujetos. Pero en el budismo esta idea será llevada hasta sus últimas consecuencias. La diferencia en el contexto hinduista es que esto ocurre por la unión a un absoluto Brahmán a semejanza de lo que expone la mística de las religiones teístas occidentales.

La afirmación de que el budismo considera el nirvana como lo opuesto al samsara el mundo tal como lo vivimos ahora no es correcta desde el punto de vista de la doctrina budista, toda vez que dioses y hombres están sujetos al karma y Buda expresó la liberación final de dioses y hombres en medio del mundo de los fenómenos. Por lo tanto, se distanció de ese estado de absorción en la divinidad o unión a un absoluto como vía de liberación definitiva tal como estaba presente en el hinduismo.

Śūnyatā es por tanto la naturaleza final de la realidad según el budismo y que Buda aplicó a cualquier estado de conciencia y existencia concebibles. En el budismo también aparece la idea de parinirvāṇa o liberación definitiva tras la muerte. El budismo mahāyāna de Asia Oriental entiende el nirvana no como un objetivo externo sino como el encuentro con la naturaleza más profunda de uno mismo, que solo necesita ser reconocida. Se refieren a él como hermandad budista, condición intrínseca, y vacío

En el jainismo se refiere a la liberación de las ataduras del karma. Cuando un ser humano como un Tirthankara se libera de sus karmas finaliza su experiencia en el mundo logrando el nirvana. Técnicamente, el final del período de vida es llamado nirvana en tanto que ha acabado la existencia terrenal y ha alcanzado la liberación. El Moksa sería entonces la liberación que sigue al nirvana. Así tendríamos un primer paso, el nirvana, que realiza el Arhat y que solo después y mediante el Moksa pasa a convertirse en siddha, el liberado.

Los jainos celebran el Diwali como el día en que Mahavira logró su nirvana. El Kalpasutra narra detalladamente el nirvana de Mahavira.