En la mitología Asclepio o Asclepios, Esculapio para los romanos, fue el dios de la Medicina y la curación, venerado en Grecia en varios santuarios. El más
importante era el de Epidauro en el Peloponeso donde se desarrolló una verdadera
escuela de medicina. Se dice que la familia de Hipócrates descendía de este dios. Sus atributos
se representan con serpientes enrolladas en un bastón, piñas,
coronas de laurel, una cabra o un perro. El más común es el de la serpiente,
animal que, según los antiguos, vivía tanto sobre la tierra como en su
interior. Asclepio tenía el don de la curación y conocía muy bien la vegetación
y en particular las plantas
medicinales.
Según nota de Bernard Simonay
en su novela "El Templo de Horus", este dios surge como recuerdo y
veneración al sabio egipcio Imhotep, que vivió 2.000
años antes.
En dicho estado se casó con
Ischis. Apolo sintiéndose agraviado por la infidelidad mató a Ischis, y
Artemisa, hermana de Apolo, mató a Coronis. Antes de que Coronis ardiera en la
pira funeraria, Apolo saco de su vientre a Asclepio y se lo entregó al centauro
Quirón, quien educó al niño y le enseñó todo lo referente a las artes
curativas, especialmente lo relativo a plantas medicinales.
Asclepio alcanzó tal habilidad
que podía devolver la vida a los muertos. Zeus, temeroso de que el más allá
quedase despoblado, lo mató con un rayo. Asclepio fue llevado a los cielos,
convertido en deidad.
Los miembros de la familia de
Asclepio también ejercían funciones médicas, así, su mujer, Epíone, calmaba el dolor,
su hija Higea era el símbolo de la prevención, su hija Panacea era el símbolo
del tratamiento, su hijo Telesforo era el símbolo de la convalecencia y sus
hijos Macaón y Podalirio eran dioses protectores de los cirujanos y los
médicos.
En la Grecia clásica convivían
la medicina religiosa y la secular. La medicina en los templos de Asclepio
venía de una larga tradición mítica. Como ejemplo de deidades sanadoras podemos
citar a Melampo, que curó a las mujeres locas de Argos. Para ello utilizó
eléboro negro con propiedades de narcosis, diuresis y catarsis. Anfiarao, sucesor
de Melampo fue venerado como un héroe sanador y poseía un oráculo en el que se
practicaba la incubatio. Trofonio ejercía sus poderes sanadores en cuevas
mediante serpientes y Orfeo utilizaba la música y la poesía para influir en el
alma.
Casi todos los dioses,
semidioses y héroes tenían algún poder o influencia sobre la salud, de este
modo, Hera, diosa del hogar, era la patrona de las parturientas. Atenea, diosa
de la sabiduría, era la patrona de la vista. Quirón era el patrón de la salud y
fue maestro de Apuleyo, Melampo, Aquiles y Asclepio. De todas ellas la
principal deidad sanadora fue Apolo.
Los templos de la salud
aparecen alrededor del siglo VI a. C. El culto a Asclepio tuvo una rápida
extensión llegando incluso hasta Egipto, donde fue identificado con Imhotep y
Serapis dioses de la medicina egipcia. Los santuarios más importantes fueron el
de Epidauro, el de Tricca para algunos autores el Asclepion más antiguo
conocido, Lebén y Cos. En el año 295 a. C. aparece en Roma el primer templo
dedicado a Esculapio nombre romano de Asclepio. La fama de estos templos fue
tal que durante el cristianismo, al principio, fue compartido el culto a Cristo
con el culto a Asclepio. Cada templo era un conglomerado de edificios e
instalaciones cuyo tamaño y opulencia dependía de la su riqueza e importancia.
La estructura predominante era:
Un templo principal, donde se
encontraba la estatua del dios.
Un tholos, donde se encontraba un
estanque o manantial.
El abaton, sala en la que dormían los
enfermos para que se produjese la curación.
Además podían tener teatro,
estadio, gimnasio y posadas.
A los templos podían acudir
tanto ricos como pobres. Fueron como una especie de santuarios o balnearios
medicinales. En la península Ibérica se han encontrado restos de antiguos templos
de Asclepio en Ampurias siglo IV a.C. en la Almoina siglo II a.C.
Según cuenta la mitología,
Asclepio era hijo de Apolo y de la mortal Coronis o Corónide. Antes de convertirse en
dios fue un héroe de Tesalia la región más grande de la antigua
Grecia, limítrofe con la antigua Macedonia, Epiro y el mar Egeo al este. Existen varias versiones
sobre el lugar y las circunstancias de su nacimiento. La más conocida es la que
ha llegado a través de las narraciones del poeta griego Píndaro siglo
VI a. C. donde narra los amores de Apolo con Corónide,
hija del rey de Tesalia llamado Flegias. La unión de los
amantes tuvo lugar en las orillas de la laguna Beobea, cerca de Lacerea, en Grecia. Apolo bajo la forma de
un cisne dejó embarazada a Corónide y regresó a Delfos, dejándola bajo la
vigilancia de un cuervo blanco o corneja. En este tiempo
Corónide tuvo relaciones con el mortal Isquis, hijo de Élato gobernador
de la región del monte Cilene y conquistador de la Fócida, antigua región del
centro de Grecia. La corneja voló hasta Apolo y le advirtió de los amoríos de
Corónide. Apolo maldijo al animal condenándolo a llevar en adelante el color
negro en lugar del blanco y mató a Corónide y antes de que la pira funeraria la
incinerase, sacó de su vientre la criatura, que sería el futuro dios Asclepio.
En otras versiones se dice que Apolo pidió a su hermana Artemisa la ejecución de esta muerte.
Otra versión de los hechos
cuenta que el rey Flegias de Tesalia viajó al Peloponeso en compañía de su
hija, para comprobar las riquezas que se guardaban en aquella región y planear
su robo. Durante el viaje, Apolo sedujo a Corónide, que dio a luz en secreto al
pie de una montaña llamada Mirtio, en tierras de Epidauro. Corónide
dejó abandonado al niño que fue alimentado por una de las cabras del rebaño del
pastor Arestanas y cuidado por su perro. Cuando
Arestanas se enteró quedó admirado al ver la aureola que rodeaba al niño y
pensando que era cosa de dioses no se atrevió a tocarlo y dejó que el destino se ocupara de su suerte.
Apolo confió el pequeño al centauro Quirón en el monte Pelión (lugar donde vivían los centauros y que envuelve el
gran golfo de Volos, al sureste de Tesalia). El centauro lo instruyó en las
artes de la medicina y de la caza. Intervinieron en su educación Apolo y Atenea. Esta última le entregó dos redomas llenas de sangre de la Gorgona. En una la sangre estaba envenenada y en la otra tenía
propiedades para resucitar a los muertos. El joven Asclepio se mostró siempre
muy habilidoso y dispuesto y llegó a dominar el arte de la resurrección. Devolvió la vida a un gran número de personas
importantes entre las que se encuentra Hipólito hijo de Teseo el
héroe del Ática cuyas
principales hazañas tuvieron lugar en el Peloponeso. Practicó la medicina con
gran éxito por lo que le levantaron santuarios en diversos puntos de Grecia.
El poder de resucitar a los muertos fue
el motivo que indujo al dios Zeus para
terminar con la vida de Asclepio. El dios Zeus no estaba muy conforme con la
resurrección de los mortales pues temía que se complicase el orden del mundo.
Cuando Asclepio resucitó a Hipólito en Trecén Grecia, Zeus se enfadó muchísimo y mató a Asclepio con un
rayo. Hipólito era hijo de Teseo y de una amazona.
Teseo se casó después con Fedra, que
odiaba a Hipólito y que incitó a su marido a que le diese muerte, dejando así
el campo libre a sus futuros hijos que podrían heredar el reino. Pero Asclepio
lo resucitó y Artemisa se lo llevó a Hipólito al santuario de Aricia en Italia. Apolo por su parte se irritó por la muerte de su hijo y en
venganza mató a los cíclopes que habían fabricado el rayo asesino. Asclepio
ascendió a los cielos y se convirtió en la constelación de
Serpentario u Ofiuco.
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