viernes, 28 de junio de 2013

EL AMOR A LOS SESENTA AÑOS DE EDAD



A nuestra edad. después de medio siglo, el amor ya recordó su camino, dobló esquinas y optó por encrucijadas... ya erró, ya acertó, ya resbaló, ya se arrepintió e inevitablemente el tiempo se fue.
 
Se vivió el amor, se perdió el amor algunos por la mano de Dios, otros por el debilitamiento de la vida en pareja. Hoy nuestra mirada en la dirección del amor continúa más linda, pues el largo camino de los sentimientos ya ocurrió. Aprendimos a sumar, a dividir y multiplicar sin oportunidades de disminuir en el conocimiento del amor.
 
El amor maduro llega despacio y se aloja en nuestra vida, sin tiempo para cavar.
 
La caminata entre dos es más serena, existe la complicidad, el cariño es más espontaneo, no nos inhibimos frente al querer, la sintonía es completa y los recuerdos son depositados en el álbum de las nostalgias.
 
Enamorarse a nuestra edad es llevar la ternura en la mirada. El brillo es más intenso, el deseo de no equivocarse es más fuerte. La construcción de la caminata entre los dos es la suma del querer, el encuentro de dos almas aplaudidas por sus corazones.
 
Las actitudes menudas, los gestos y los detalles son los alimentos que sustentan el amor.
 
Vivir en pareja en nuestra edad, es la alegría de la compañía, de la caricia tierna, de los besos todavía calientes, de las miradas insinuantes cuando el deseo se manifiesta y la promesa en la mirada, de que cada nuevo amanecer sea el preludio de la vida.

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