Un microorganismo, llamado microbio: Bio,
vida, Micro: ser vivo diminuto,
es un ser vivo
que solo puede visualizarse con el microscopio.
La ciencia que estudia los microorganismos es la microbiología.
Son organismos dotados de individualidad que presentan, a diferencia de las plantas
y los animales,
una organización biológica elemental. En su mayoría son unicelulares,
aunque en algunos casos se trate de organismos cenóticos compuestos por células
multinucleadas, o incluso multicelulares.
El concepto de microorganismo carece de cualquier
implicación taxonómica o filogenética
dado que engloba organismos unicelulares no relacionados entre sí, tanto procariotas
como las bacterias,
como eucariotas como los protozoos,
una parte de las algas
y los hongos,
e incluso entidades biológicas de tamaño ultramicroscópico, como los virus.
Los microbios tienen múltiples formas y tamaños. Si un
virus de tamaño promedio tuviera el tamaño de una pelota de tenis, una bacteria
sería del tamaño de media cancha de tenis y una célula eucariota sería como un
estadio entero de fútbol.
Muchos microorganismos son patógenos
y causan enfermedades a personas, animales y plantas, algunas de las cuales han
sido un azote para la humanidad desde tiempos inmemoriales. No
obstante, la inmensa mayoría de los microbios no son en absoluto perjudiciales
y bastantes juegan un papel clave en la biosfera
al descomponer la materia orgánica, mineralizarla y hacerla de nuevo asequible
a los productores, cerrando el ciclo de la
materia.
En los microbios están representados
cinco grupos de seres, virus, bacterias, protozoos, hongos y algas, cuyas
principales características se presentan en esta tabla.
Los virus son sistemas biológicos que presentan incluso tamaños
ultramicroscópicos, los mas pequeños y los de tamaños medianos solo se pueden
observar mediante microscopio electrónico, los cuales
pueden causan infecciones y solo se reproducen en células huésped. Los virus
fuera de células huésped están en forma inactiva. Los virus constan de una
cubierta protectora proteica o cápside que rodea el material genético. Su forma
puede ser espiral, esférica o como células pequeñas, de tamaño entre 10 y 300 nm. Al tener un tamaño
menor que las bacterias, pueden pasar filtros
que permiten la retención de las mismas.
Al contrario que las bacterias y los protozoos parásitos,
los virus contienen un solo tipo de ácido
nucleico, ARN
o ADN. No se pueden
reproducir por sí solos, sino que necesitan de la maquinaria metabólica
de la célula huésped para asegurar que su información genética pasa a la
siguiente generación.
Al contrario que las bacterias, los virus no están
presentes en el ser humano de manera natural, excepto como un elemento viral endógeno. Cuando las
personas quedan afectadas por un virus, estos generalmente se eliminan del
cuerpo humano mediante secreciones.
En las últimas décadas se han empezado a utilizar virus
en medicina, por ejemplo para la debilitación de bacterias, la creación de
antitoxinas, la utilización para librerías genómicas, como vectores en terapia
génica, para la destrucción de células tumorales
Las bacterias y las arqueas son microorganismos procariontes
de forma esférica cocos, de bastón recto, bacilos o
curvado, vibrios,
o espirareles, espirilos.
Pueden existir como organismos individuales, formando cadenas, pares, tétradas,
masas irregulares, etc. Las bacterias son una de las formas de vida más
abundantes en la tierra. Tienen una longitud entre 0,4 y 14 μm.
Consecuentemente solo se pueden ver mediante microscopio. Las bacterias se
reproducen mediante la multiplicación del ADN, y división en dos células
independientes; en circunstancias normales este proceso dura entre 30 y 60
minutos.
Cuando las condiciones del medio son desfavorables,
cuando cambia la temperatura o disminuye la cantidad de los nutrientes,
determinadas bacterias forman endosporas como mecanismo de defensa, caracterizadas por
presentar una capa protectora resistente al calor, a la desecación, a la radiación
y a la trituración mecánica y que protege la bacteria de manera muy eficiente.
De esta manera, pueden soportar temperaturas elevadas, periodos de sequía,
heladas, etc. Cuando las condiciones del medio mejoran, se desarrolla una nueva
bacteria que continúa el crecimiento y la multiplicación.
Las bacterias tienen un papel funcional ecológico
específico. Por ejemplo, algunas realizan la degradación de la materia
orgánica, otras integran su metabolismo con el de los seres humanos.
Si bien algunas bacterias son patógenas, causantes de
diversas enfermedades, una gran parte de ellas son inocuas o incluso buenas
para la salud.
Los protozoos
son microorganismos unicelulares eucarióticos
cuyo tamaño va de 10-50 μm hasta más de 1 milímetro, y pueden fácilmente ser vistos a
través de un microscopio. Son heterótrofos,
fagótrofos,
depredadores o detritívoros, a veces mixótrofos
parcialmente autótrofos, que viven en ambientes húmedos o directamente en
medios acuáticos, ya sean aguas saladas o aguas dulces. La reproducción puede
ser asexual por bipartición y también sexual por isogametos o
por conjugación intercambiando material genético. En este grupo encajan taxones
muy diversos con una relación de parentesco remota, que se encuadran en muchos filos distintos del reino Protista,
definiendo un grupo polifilático, sin valor en la clasificación de
acuerdo con los criterios actuales.
El reino
Fungi
incluye muchas especies macroscópicas que en absoluto encajan en la definición
de microorganismo, pero también forma microscópicas, como las levaduras,
que son campo de estudio de la microbiología. Además, numerosos hongos producen
enfermedades infecciosas en animales y
plantas y tienen un gran interés sanitario y agropecuario.
Algunos microorganismos son capaces de penetrar y
multiplicarse en otros seres vivos, a los que perjudican, originando una infección;
son los denominados microorganismos patógenos. Los problemas que causa una
infección dependen del tipo de patógeno, el modo en que se transfiere, dosis o
concentración de patógenos, persistencia de los microorganismos y la
resistencia del organismo infectado.
La dosis de infección significa el número de
microorganismos que entra en el cuerpo antes de que se produzca la infección o
enfermedad. Esta dosis es muy baja para los virus y protozoos parásitos. La
persistencia de los microorganismos depende del tiempo viable de los
microorganismos cuando no se encuentran en el huésped humano. Por ejemplo, las
bacterias son generalmente menos persistentes mientras los quistes de los
protozoos son los más persistentes.
Los jóvenes, personas mayores y enfermos de otras
patologías son los menos resistentes a las enfermedades y por lo tanto son más
frágiles. Cuando una persona es infectada, los patógenos se multiplican en el
huésped, y esto supone un riesgo de infección o enfermedad. No todas las
personas infectadas por patógenos enferman. Las personas que enferman pueden
contagiar y extender la enfermedad mediante las secreciones y mediante contacto
directo de alguna manera con la mucosa del infectado.
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