Pitágoras de Samos nace en 580 a. C.
muere en 495 a.C.
fue un filósofo
y matemático
griego considerado el primer
matemático puro. Contribuyó de manera significativa en el avance de la matemática helénica, la geometría
y la aritmética,
derivadas particularmente de las relaciones numéricas, y aplicadas por ejemplo
a la teoría de pesos y medidas, a la teoría de la música o a la astronomía. Es
el fundador de la Hermandad Pitagórica, una sociedad que, si bien era de
naturaleza predominantemente religiosa, se interesaba también en medicina,
cosmología, filosofía, ética y política, entre otras disciplinas. El
pitagorismo formuló principios que influyeron tanto en Platón
como en Aristóteles y, de manera más general, en el
posterior desarrollo de la matemática y en la filosofía
racional en Occidente.
No se conserva ningún escrito original de Pitágoras. Sus
discípulos -los pitagóricos- invariablemente justificaban sus
doctrinas citando la autoridad del maestro de forma indiscriminada, por lo que
resulta difícil distinguir entre los hallazgos de Pitágoras y los de sus
seguidores. Se le atribuye a Pitágoras la teoría de la significación funcional
de los números en el mundo objetivo y en la música; otros descubrimientos, como
la inconmensurabilidad del lado y la diagonal del
cuadrado o el teorema de Pitágoras para los triángulos
rectángulos, fueron probablemente desarrollados por la escuela pitagórica.
Los datos verificables sobre la vida de Pitágoras son
escasos dado que no existen textos de su autoría ni biografías firmadas por
contemporáneos.
Los primeros escritos detallados, que datan de entre 150
y 250 años después de su muerte, se basan en historias transmitidas de manera
oral y muestran grandes diferencias entre sí. Asimismo, muchos mitos y leyendas
se forjaron en torno a su persona, motivados probablemente por el mismo
Pitágoras, pero también debido a la naturaleza de la doctrina pitagórica y sus
seguidores: una confraternidad hermética, regida por símbolos místicos
y costumbres esotéricas.
En los siglos posteriores a su muerte, las anécdotas
sobre Pitágoras y sus hazañas se vigorizaron, alimentadas por esta falta de
información directa, pero también gracias a la influencia de la escuela
pitagórica misma. En el siglo I a.C., era común representarlo como un ser
sobrenatural. Algunos tratados incluso fueron escritos en su nombre y el de
otros pitagóricos,
y muchas fábulas e invenciones fueron recogidas y exageradas por algunos
filósofos neoplatónicos y neopitagóricos.
La más extensa, detallada e influyente obra sobre la vida
de Pitágoras y su pensamiento data del siglo III d.C., es decir, unos 800 años
después de su muerte. Diógenes Laercio entre 200-250 y Porfirio
entre 234-305 escribieron dos Vidas de
Pitágoras, y Jámblico 245-325 Sobre
la vida pitagórica. Estas biografías son, con algunas excepciones,
las únicas fuentes disponibles. Pertenecen a una época en que la figura de
Pitágoras era vista de modo distorsionado y se basan, a su vez, en fuentes
extraviadas, algunas de las cuales son de marcada tendencia neopitagórica y
deliberadamente orientadas a ensalzar a Pitágoras, presentándolo como el origen
de toda la verdad filosófica, cuyas ideas habrían sido plagiadas por Platón,
Aristóteles y todos los filósofos posteriores.
Diógenes es más objetivo, mientras que Porfirio y
Jámblico guardan poco rigor histórico. Jámblico cita como fuentes las obras de Nicómaco y de Apolonio de
Tiana, incluye algunos datos biográficos pero se centra más en el
estilo de vida de los pitagóricos. Aristóteles habría escrito un trabajo aparte,
pero no se conserva; sus discípulos Dicearco de Mesina, Aristóxeno
y Heráclides Pónticos son, así de tardíos como
resultan, las mejores fuentes en que se basan Porfirio y Jámblico.
Las referencias encontradas en los Diálogos de Platón, se hallan situadas
dentro de una estructura literaria que no pretende demasiada veracidad
histórica. Las que se encuentran en Aristóteles, aparentemente más fidedignas,
enmascaran una gran parte de reinterpretación. Ambos coinciden, sin embargo, en
destacar la enorme influencia que tuvo Pitágoras.
El padre de Pitágoras fue Mnesarco, un mercader de Tiro; y su madre, Pythais,
originaria de Samos,
en Jonia.
La mayoría de los historiadores concuerdan en que floreció hacia el 532 a.C.
en tiempos de Polícrates y de Tarquinio el Soberbio.
Pitágoras vivió los primeros años de su vida en Samos y
acompañó a su padre en muchos de sus viajes; era ciertamente instruido:
aprendió a tocar la lira, a escribir poesía y a recitar a Homero.
Es posible que su padre lo llevara a Tiro y que allí recibiera instrucción de caldeos
y hombres instruidos de Siria. Entre sus profesores, se menciona a tres
filósofos: Ferécides de Siros, a quien a menudo se
describe como el maestro de Pitágoras; Tales
y el pupilo de éste, Anaximandro. Según Jámblico,
en su Vida de Pitágoras, a la
edad de 18 o 20 años, Pitágoras visitó a Tales, en Mileto. Si bien Tales ya
debía ser un anciano en ese entonces, habría ejercido una fuerte impresión en
el joven Pitágoras, interesándolo por las matemáticas y la astronomía, y
aconsejándole visitar Egipto para interiorizarse más sobre estas
cuestiones. Anaximandro impartía las enseñanzas de Tales, lecturas a las cuales
asistió Pitágoras, y muchas de sus ideas sobre geometría y cosmología
influyeron en su propia visión.
Fue creencia común en la Antigüedad que Pitágoras
emprendió extensivos viajes con el propósito de recolectar la información
científica asequible de su tiempo directamente de las fuentes.
Con este fin habría visitado no sólo Egipto, sino también Arabia, Fenicia,
Babilonia e incluso India. El paso de Pitágoras por Egipto puede ser visto como
más que probable; Polícrates había establecido una alianza y existían fuertes
lazos entre la isla de Samos y Egipto en ese momento. En 525 a.C. Cambises II,
rey de Persia, invadió Egipto. La alianza con Polícrates se rompió y, tras la Batalla de Pelusium, Cambises capturó
Heliópolis y Memphis. Según Jámblico, Pitágoras fue conducido a Babilonia como prisionero de guerra por los
seguidores de Cambises. Allí, se asociaría con los «Magies»,
instruyéndose en sus ritos sagrados y los «cultos mistéricos de los dioses», así
como las ciencias matemáticas cultivadas por los babilonios.
No está claro cómo obtiene su libertad, si bien las muertes de Polícrates y de
Cambises ambas acaecidas en 522 a.C. pueden haber sido factores determinantes
para que Pitágoras emigrara al Sur de Italia y se estableciera en la ciudad de Crotona.
No existe ninguna certeza acerca del tiempo que Pitágoras
pasó en Egipto o en el Este, ni de sus vicisitudes en Samos u otras ciudades
griegas antes de su llegada a Italia. Tampoco hay evidencia directa del tipo y
la cantidad de conocimientos que pudo haber adquirido, ni de cómo arribó a sus
visiones filosóficas definitivas. Algunos recuentos sugieren que visitó los
templos y participó en discusiones con los sacerdotes, iniciándose en los ritos
y creencias que luego impondría a la sociedad que fundó en Italia. Entre las
nuevas costumbres que Pitágoras adoptó, pueden mencionarse el secretismo,
el vegetarianismo,
el rehusar vestir ropas hechas de piel de animales y su empecinamiento en la
pureza. Sin embargo, es difícil determinar hasta qué punto Pitágoras es
tributario de los sacerdotes egipcios, o siquiera si les debe algo del todo;
estas características sólo exhiben lo que fácilmente podría haber sido
desarrollado por una mente griega expuesta a las influencias ordinarias de su
tiempo. Incluso las fuentes más antiguas apuntan a resultados similares al
intentar conectar las peculiaridades religiosas y ascéticas
de Pitágoras con los misterios órficos o de Creta,
o con el oráculo de Delfos. Porfirio señala que
Pitágoras aprendió geometría de los egipcios, pero dado el carácter meramente
práctico del cultivo de esta ciencia por los matemáticos egipcios, la
influencia directa a partir de las enseñanzas de Tales y de Anaximandro parece
más probable. De las visitas que realizara a varios lugares en Grecia, Delos,
Esparta, Fliunte, Creta, y otros con los que se le relaciona, Pitágoras
aparece comúnmente retratado en su carácter de religioso o de legislador.
Las razones por las que eligió Crotona como centro de sus
actividades son fuente de especulación. Según Diógenes, lo hizo para
escabullirse de la tiranía de Polícrates, aunque es más probable que fuera debido
al escaso éxito con que fueron acogidas sus enseñanzas en su ciudad natal,
además de que se le exigía que participase de los asuntos públicos y de
política. También se menciona la fama de esta ciudad en el cultivo de la
medicina como posible influencia.
En Crotona, fundó una escuela filosófica y religiosa que
rápidamente cobró notoriedad y atrajo numerosos seguidores. Pitágoras fue la
cabeza de esta sociedad dentro de un restringido círculo de adeptos conocidos
como matematikoi. Según algunos relatos, se casó con Téano,
de Crotona, y tuvieron una hija Damo y un hijo Telauges; otros dicen que fueron dos
hijas Damo y Myia; otros dan la noticia de que ya tenía
esposa e hija cuando llegó a Italia.
La evidencia sobre el lugar y el año de la muerte de
Pitágoras es incierta. En 508 a.C. la Sociedad Pitagórica de Crotona fue
violentamente atacada y Pitágoras escapó a Metaponto,
lugar donde terminaría sus días, algunos autores afirman que se dejó morir de
hambre. Jámblico refiere la siguiente versión de los hechos: Cilón, un
ciudadano noble de Crotona, líder por nacimiento, rico y poderoso, pero también
violento y tiránico, deseaba ansiosamente participar del modo de vida de los
pitagóricos. Se acercó a Pitágoras, para entonces un hombre mayor, pero fue
rechazado en virtud de los defectos de carácter antes mencionados. Cilón
decidió tomar venganza y juró perseguir a los pitagóricos hasta el último
hombre. Ésta es la versión mayoritariamente aceptada por los historiadores,
pero Jámblico la discute, arguyendo que el ataque de Cilón fue un asunto menor
y que Pitágoras regresó a Crotona. Ciertamente la Sociedad Pitagórica prosperó
por muchos años después de este acontecimiento y se propagó hacia otras
ciudades italianas.
Su tumba fue exhibida en Metaponto en tiempos de Cicerón.
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