El teatro es la rama del arte escénico
relacionada con la actuación, que representa historias frente a una audiencia
usando una combinación de discurso, gestos,
escenografía,
música,
sonido y espectáculo. Es también el género literario que comprende las obras
concebidas para un escenario, ante un público. El Día del Teatro se
celebra el 27 de marzo.
En adición a la narrativa común, el estilo de diálogo, el
teatro también toma otras formas como la ópera,
el ballet,
la ópera china
y la pantomima.
La mayoría de los estudios consideran que los orígenes del teatro deben
buscarse en la evolución de los rituales mágicos relacionados con la caza, al
igual que las pinturas rupestres, o la recolección agrícola
que, tras la introducción de la música y la danza, se embocaron en auténticas
ceremonias dramáticas donde se rendía culto a los dioses y se expresaban los
principios espirituales de la comunidad. Este carácter de manifestación sagrada
resulta un factor común a la aparición del teatro en todas las civilizaciones.
El teatro africano, entre tradición
e historia, se está encauzando actualmente por nuevas vías. Todo predispone en África
al teatro. El sentido del ritmo y de la mímica,
la afición por la palabra y la verborrea son cualidades que todos los
africanos comparten en mayor o menor medida y que hacen de ellos actores
natos. La vida cotidiana de los africanos transcurre al ritmo de variadas
ceremonias, rituales o religiosas, concebidas y vividas generalmente como
verdaderos espectáculos. No obstante, aunque África ha conocido desde siempre
este tipo de ceremonias, cabe preguntarse si se trataba realmente de teatro; a
los ojos de muchos, estos espectáculos están demasiado cargados de significado
religioso para que puedan considerarse como tal. Otros estiman que los tipos de
teatro africanos guardan cierto parecido, como en otros tiempos la tragedia
griega, como un preteatro que nunca llegara totalmente a ser teatro si no se desacraliza. La fuerza y
las posibilidades de supervivencia del teatro negro residirán, por lo tanto, en
su capacidad para conservar su especificidad. En el África independiente está
tomando forma un nuevo teatro.
El teatro griego surge tras la evolución de las artes y
ceremonias griegas como la fiesta de la vendimia ofrecida a Dionisios, donde
los jóvenes iban danzando y cantando hacia el templo del dios, a ofrecerle las
mejores vides. Luego un joven que resaltó entre el grupo de jóvenes se
transformó en el Corifeo o maestro del coro, quien dirigió al grupo. Con el tiempo aparecieron el bardo y el rapsoda,
que eran recitadores.
En el curso del siglo
V a.C., durante la edad clásica de Grecia, se
establecieron los modelos tradicionales de la tragedia y la comedia, y los
dramaturgos Esquilo
y Sófocles
añadieron respectivamente un segundo y tercer actor a la acción, lo que dio a
ésta una complejidad que hacía necesaria la creación de mayores escenarios.
Para ello se erigieron grandes teatros de piedra, entre los que cabe citar el
aún conservado de Epidauro en el siglo V a. C., capaz de albergar unas
12.000 personas, y el de Dioniso, en Atenas, en el siglo IV A.C. Su construcción se realizaba
mediante el aprovechamiento de las faldas de una colina, donde se disponían en
forma semicircular las gradas que rodeaban la orquestra, espacio circular en el que se efectuaba la mayor
parte de la representación. Tras la orquestra
se levantaba una edificación llamada skené,
escena, destinada a que los actores cambiaran su vestimenta. Delante de ella se
levantaba una pared columnada, el proscenio, que podía sostener superficies
pintadas que evocaban el lugar de la acción. Estos decorados, junto con las
túnicas y máscaras empleadas por los actores y algunas máquinas rudimentarias,
constituían todo el aparato escénico.
Las representaciones del teatro griego se hacían al aire
libre, contaba con coro, dirigido por el Corifeo o maestro del coro que
cantaba el coro y danzaba en torno a un altar. En el teatro griego se
representaban dos tipos de obras: la tragedia, obra dramática de final
desgraciado que trataba de temas de leyendas heroicas y utilizaba,
oportunamente, a los dioses para su final, y la comedia satírica, que criticaba
humorísticamente a políticos y a las obras e incurrían en una mímica iniciada
por un coro de sátiros, y comedias que tenían por tema asuntos de la vida
cotidiana; todas estaban escritas en verso y utilizaban máscaras.
Los teatros romanos heredaron los rasgos fundamentales de
los griegos, si bien introdujeron ciertos elementos distintivos. Construidos
inicialmente en madera, sólo en el año 52 a. C. Pompeyo,
erigió en Roma
el primero en piedra. A diferencia de sus modelos helénicos, se levantaban
sobre el suelo plano y poseían varias plantas erigidas en mampostería. Con
objeto de mejorar la acústica, los arquitectos romanos redujeron la orquestra a
un semicírculo, y los espectáculos se presentaban sobre una plataforma, el pulpitum, levantada delante de la
antigua skene que constituye el
origen de los modernos escenarios. La frons
scaenae era una fachada monumental de varios pisos, que servía de fondo
de escenario. El graderío o cávea
se divide en 3 partes: Ima, media y suma, ubicándose la primera en la zona inferior donde se
sentaban los senadores y la clase dirigente; quedando asentados en la superior
las mujeres y los esclavos y en la media el pueblo llano. El conjunto podía
cubrirse con un velum. Roma
optó también por la comedia, ya que éstos tomaron el teatro como una manera de
divertirse o entretenerse.
En las culturas americanas prehispánicas el teatro llegó
a adquirir un notable desarrollo, particularmente entre los mayas, una de las obras
más representativas del teatro maya es el drama quiche Rabinal Achí
el teatro maya se hallaba parcialmente vinculado a los ciclos agrícolas y a la
épica de sus eventos históricos, y entre los aztecas
e Incas,
sociedades que en correspondencia con su estructura teocrática dieron a sus
actividades teatrales un matiz eminentemente guerrero y religioso.
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