Marco Polo nace en Venecia,
el 15 de septiembre de 1254. Muere el 9 de enero
de 1324
fue un mercader
y viajero veneciano, célebre por sus viajes a Oriente de
Asia narrados en El libro del millón, relato que dio a
conocer en la Europa Medieval las tierras de Asia central
y China.
Marco nació y aprendió a comerciar mientras su padre y su tío, Niccolò y
Maffeo, viajaban por Asia y, al parecer, conocieron a Kublai Kan.
En 1269 ambos regresaron a Venecia y vieron por primera vez a Marco. Los tres se
embarcaron en un épico viaje a Asia, en el que visitaron Armenia,
Persia
y Afganistán
hasta llegar a China, recorriendo toda la Ruta de la
Seda. En el viaje de regreso atravesaron el estrecho de
Ormuz, desde donde llegaron a Venecia en 1295 tras un viaje de
24 años en el que habían recorrido más de 24 000 km y del que
volvían cargados de riquezas.
A su regreso a Italia, Venecia estaba en guerra con su
rival Génova y en el transcurso del conflicto Marco
fue capturado en 1298 y encarcelado por los genoveses. Durante su período en la
cárcel relató sus fabulosos viajes a su compañero de celda, el escritor Rustichello de Pisa, quien más tarde lo relato
en el libro conocido en principio como Il
milione. Liberado en 1299, Marco Polo se convirtió en un rico mercader y
miembro del Gran Consejo de la República de Venecia. Murió en 1324 y fue
enterrado en la iglesia de San Lorenzo de su ciudad. Los célebres viajes de
este pionero veneciano inspiraron, entre otros, a Cristóbal Colón.
En la época de Marco Polo, el comercio en Europa seguía
un sistema triangular, en el que los productos de lujo procedentes de Oriente seda, especias
ocupaban un importante lugar. Estos, en la conocida como ruta de la
seda atravesaban Asia Central y las tierras controladas por los sarracenos,
siendo comprados por comerciantes italianos venecianos, genoveses, pisanos... que obtenían
grandes beneficios al revenderlos luego por Europa.
Es por ello por lo que Venecia y otros puertos italianos
ganaron en importancia y comenzaron una política comercial agresiva para
explotar estas rutas comerciales.
Durante la Baja Edad
Media, la República de Venecia comenzó a convertirse
en una potencia mediterránea. Al control del interior
y de la costa de Dalmacia, se unió una extensa actividad mercantil con Oriente,
que le llevó a establecer consulados y colonias de comerciantes por todo el
Mediterráneo Oriental. Apoyó a los cruzados
como manera de contrarrestar al Islam y mantuvo un largo conflicto con Génova por el
predominio comercial.
Durante la Cuarta
Cruzada, por sugerencia veneciana, los cruzados saquearon Constantinopla,
decapitando el Imperio bizantino y conquistando numerosos
territorios. Aunque el subsiguiente Imperio
latino fue pronto reconquistado por los griegos, Venecia siguió
controlando varias islas y ciudades, y siendo una de las principales potencias
mercantiles.
El Imperio mongol fue instituido por Genghis Khan
en 1206.
Este, tras largas luchas internas, unificó a las diversas tribus mongolas
bajo su mando, involucrándolas en una expansión que les llevaría a conquistar China, Asia Central,
Rusia
y llegar hasta Irak,
Siria
y Anatolia.
A su muerte le sucedió su hijo Ogodei, quien
continuó con esta expansión y consolidó la jerarquía del Gran Khan
sobre los diversos reinos mongoles. En tiempos de Marco Polo este Gran Khan era
Kublai Khan.
El mundo conocido por los europeos no iba mucho más allá
del actual Oriente Medio. Las pocas noticias que se tenían
de lo que estaba más allá eran generalmente confusas y muy mitificadas. Es de
destacar la leyenda del Preste Juan, un mítico rey cristiano que se
suponía existía rodeado de infieles en Asia Central.
Los intercambios comerciales se encontraban casi siempre mediatizados por persas y árabes.
La expansión del Imperio mongol les llevó a las mismas
puertas de Europa tras atravesar las estepas rusas y amenazar Polonia,
aunque pronto se retiraron. Más al sur, sin embargo, los mongoles saquearon Bagdad Irak y
sometieron a reinos musulmanes que se habían enfrentado en las cruzadas
con los cristianos.
Es así como se despierta el interés por los mongoles en
Europa. A la curiosidad por esos bárbaros, tenidos hasta entonces como seres
casi mitológicos, se le suma en lo político la posibilidad de obtener un aliado
contra el enemigo islámico, una forma más ventajosa de negociar con Oriente en
lo económico, y un deseo evangelizador,
dada la gran tolerancia religiosa de los mongoles. Antes de Marco Polo, varios
misioneros, como Giovanni da Pian del Carpine, viajaron
como embajadores a Oriente, aunque sin conseguir resultados concretos. Se hace
referencia a los contactos entre romanos y el Imperio chino,
pero este también estableció contacto con los romanos con anterioridad a la
Ruta de la Seda. Uno de los primeros contactos que tuvo China con Roma fue
cuando el emperador Ban Chao hizo una campaña contra los
nómadas de Asia Central y envió a uno de sus colaboradores, Ga Yin, que viajó hacia occidente
visitando los establecimientos comerciales romanos de la costa oriental del Mar
Negro. Por tanto, el contacto entre Roma y China era recíproco, pese a que Roma
tenía más información sobre China gracias a la multitud de viajes que se habían
hecho hacia aquella zona.
Cronistas posteriores a Marco Polo rastrearon sus orígenes hasta la “isla
de Curzola” en el Mar Adriático actualmente Curzola,
en Croacia
donde incluso se sigue conservando una vieja casa en la que se dice que nació.
Sin embargo, la historiografía moderna tiene serias dudas de
este origen, pues el apellido Polo de origen veneciano aparece mencionado
varias veces en ciudades del norte de Italia. No obstante, hay quienes afirman
que su verdadero nombre y apellido eran Marc Pol, apellido que, efectivamente,
tuvo su primera aparición en Dalmacia. Esta última afirmación es dada con base en los
registros aparecidos en el anuario veneciano Chronicon Iustiniani
1358. El escudo familiar de los Pol contiene tres pájaros de agua, aves que
recibían el nombre de "Pol" en Dalmacia del Sur, mientras que en
Venecia se les llamaban "Pola", palabra de la cual se cree se
derivaron los apellidos "Polo" y "Pollo" en Italia.
En la familia Polo hubo otros exploradores además de Marco. Su padre
Nicolás o Niccolò en veneciano y su tío Mateo o Maffeo, también en
veneciano eran prósperos mercaderes dedicados al comercio con Oriente. Ambos
partieron hacia Asia
en 1255
y alcanzaron China en 1266,
llegando a Khanbaliq o Cambaluc Pekín.
Volvieron de China como enviados del Kublai Khan
con una carta para el Papa
en la que pedía que enviase a gente ilustrada que enseñase en su imperio, para
informar a los mongoles sobre su forma de vida.
Mateo y Nicolás Polo partieron en un segundo viaje, con
la respuesta del papa a Kublai Khan, en 1271. Esta vez Nicolás se
llevó a su hijo Marco, quien pronto se ganó el favor de Kublai Khan, haciéndole
su consejero. Poco después Marco pasó a ser emisario del Khan, quien le daría
diversos destinos a lo largo de los años. En sus diecisiete años de servicio al
Khan, Marco Polo, llegó a
conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos
de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos.
Cuando una embajada del rey de Persia le solicita a
Kublai Khan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo
regresar a Venecia.
A su regreso de China en 1295 escoltando a una princesa china llamada Kokacín, la
familia de Marco Polo se estableció en Venecia
donde se convirtió en una sensación y atrajo a multitud de oyentes, que a duras
penas creían sus historias sobre la lejana China.
En su lecho de muerte, su familia pidió a Marco que
confesase que había mentido en sus historias. Marco se negó, insistiendo:
«¡Solo he contado la mitad de lo que vi!».
Mientras la mayoría de los historiadores creen que Marco
Polo efectivamente llegó a China, recientemente algunos han propuesto que no llegó tan
lejos, y que simplemente contó la información que oía de otros. Estos
escépticos señalan que, entre otras omisiones, su relato falla al no mencionar
la escritura china, los palillos,
el té,
el vendado de pies ni la Gran Muralla.
Marco Polo solo estuvo en la región norte de China,
concretamente en el Palacio del Gran Khan. Durante la dinastía Ming, desde 1368
hasta 1644, fue cuando más se amplió la muralla, es decir, que en la época del
viaje de Marco Polo no estaba la edificación defensiva construida en su
totalidad, lo cual explica la ausencia de menciones a esta.
El té entra en contacto con los europeos por primera vez
en la India, cuando los portugueses llegan a ella en 1497, ya que en la India
el uso del té estaba muy extendido; es fácil deducir que antes no tuvo
importancia en las mesas europeas. Más todavía, debe tenerse presente que las
descripciones de Marco Polo se centran en miembros de la élite gobernante
mongola, la cual no consumía masivamente el té a diferencia de sus súbditos
chinos; por el contrario Marco Polo sí hace alusión a las bebidas preparadas a
base de leche, que son típicamente mongolas. Similar es la cuestión respecto a
la práctica de los pies vendados de las niñas, costumbre de la aristocracia
china pero no mongola. Se debe advertir además que las niñas sujetas a esta
práctica permanecían recluidas en sus casas y no a la vista de los extranjeros.
No reviste mucha trascendencia que no mencione la
escritura china, pues ya muchos europeos la conocían debido a que en ese tiempo
ya llegaban viajeros chinos a Europa.
Además, los archivos chinos de la época no le mencionan,
a pesar de que él afirmaba haber servido como emisario especial del Kublai Khan,
lo que resulta insólito dado el celo con el que se llevaban los archivos en
China en aquel tiempo; no obstante, otros estudios concluyen que Marco Polo sí
es mencionado en archivos chinos con el nombre de "Po-Lo".
Por otra parte, Marco describe otros aspectos de la vida
en el Lejano Oriente con mucho detalle: el papel moneda,
el Gran Canal, la estructura del ejército mongol,
los tigres y el sistema postal
imperial. También se refiere a Japón por su nombre chino, Zipang o Cipango.
Se considera normalmente esta como la primera mención del Japón
en la literatura occidental.
También se cree que Marco Polo describió un puente donde
sucedió el incidente del Puente Marco Polo,
una batalla que marcó el comienzo de la invasión japonesa del norte de China en
los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
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