viernes, 28 de junio de 2013

MARCO POLO



Marco Polo nace en Venecia, el 15 de septiembre de 1254. Muere el  9 de enero de 1324 fue un mercader y viajero veneciano, célebre por sus viajes a Oriente de Asia narrados en El libro del millón, relato que dio a conocer en la Europa Medieval las tierras de Asia central y China. Marco nació y aprendió a comerciar mientras su padre y su tío, Niccolò y Maffeo, viajaban por Asia y, al parecer, conocieron a Kublai Kan. En 1269 ambos regresaron a Venecia y vieron por primera vez a Marco. Los tres se embarcaron en un épico viaje a Asia, en el que visitaron Armenia, Persia y Afganistán hasta llegar a China, recorriendo toda la Ruta de la Seda. En el viaje de regreso atravesaron el estrecho de Ormuz, desde donde llegaron a Venecia en 1295 tras un viaje de 24 años en el que habían recorrido más de 24 000 km y del que volvían cargados de riquezas.

A su regreso a Italia, Venecia estaba en guerra con su rival Génova y en el transcurso del conflicto Marco fue capturado en 1298 y encarcelado por los genoveses. Durante su período en la cárcel relató sus fabulosos viajes a su compañero de celda, el escritor Rustichello de Pisa, quien más tarde lo relato en el libro conocido en principio como Il milione. Liberado en 1299, Marco Polo se convirtió en un rico mercader y miembro del Gran Consejo de la República de Venecia. Murió en 1324 y fue enterrado en la iglesia de San Lorenzo de su ciudad. Los célebres viajes de este pionero veneciano inspiraron, entre otros, a Cristóbal Colón.

En la época de Marco Polo, el comercio en Europa seguía un sistema triangular, en el que los productos de lujo procedentes de Oriente seda, especias ocupaban un importante lugar. Estos, en la conocida como ruta de la seda atravesaban Asia Central y las tierras controladas por los sarracenos, siendo comprados por comerciantes italianos venecianos, genoveses, pisanos... que obtenían grandes beneficios al revenderlos luego por Europa.

Es por ello por lo que Venecia y otros puertos italianos ganaron en importancia y comenzaron una política comercial agresiva para explotar estas rutas comerciales.

Durante la Baja Edad Media, la República de Venecia comenzó a convertirse en una potencia mediterránea. Al control del interior y de la costa de Dalmacia, se unió una extensa actividad mercantil con Oriente, que le llevó a establecer consulados y colonias de comerciantes por todo el Mediterráneo Oriental. Apoyó a los cruzados como manera de contrarrestar al Islam y mantuvo un largo conflicto con Génova por el predominio comercial.

Durante la Cuarta Cruzada, por sugerencia veneciana, los cruzados saquearon Constantinopla, decapitando el Imperio bizantino y conquistando numerosos territorios. Aunque el subsiguiente Imperio latino fue pronto reconquistado por los griegos, Venecia siguió controlando varias islas y ciudades, y siendo una de las principales potencias mercantiles.

El Imperio mongol fue instituido por Genghis Khan en 1206. Este, tras largas luchas internas, unificó a las diversas tribus mongolas bajo su mando, involucrándolas en una expansión que les llevaría a conquistar China, Asia Central, Rusia y llegar hasta Irak, Siria y Anatolia.

A su muerte le sucedió su hijo Ogodei, quien continuó con esta expansión y consolidó la jerarquía del Gran Khan sobre los diversos reinos mongoles. En tiempos de Marco Polo este Gran Khan era Kublai Khan.

El mundo conocido por los europeos no iba mucho más allá del actual Oriente Medio. Las pocas noticias que se tenían de lo que estaba más allá eran generalmente confusas y muy mitificadas. Es de destacar la leyenda del Preste Juan, un mítico rey cristiano que se suponía existía rodeado de infieles en Asia Central. Los intercambios comerciales se encontraban casi siempre mediatizados por persas y árabes.

La expansión del Imperio mongol les llevó a las mismas puertas de Europa tras atravesar las estepas rusas y amenazar Polonia, aunque pronto se retiraron. Más al sur, sin embargo, los mongoles saquearon Bagdad Irak y sometieron a reinos musulmanes que se habían enfrentado en las cruzadas con los cristianos.

Es así como se despierta el interés por los mongoles en Europa. A la curiosidad por esos bárbaros, tenidos hasta entonces como seres casi mitológicos, se le suma en lo político la posibilidad de obtener un aliado contra el enemigo islámico, una forma más ventajosa de negociar con Oriente en lo económico, y un deseo evangelizador, dada la gran tolerancia religiosa de los mongoles. Antes de Marco Polo, varios misioneros, como Giovanni da Pian del Carpine, viajaron como embajadores a Oriente, aunque sin conseguir resultados concretos. Se hace referencia a los contactos entre romanos y el Imperio chino, pero este también estableció contacto con los romanos con anterioridad a la Ruta de la Seda. Uno de los primeros contactos que tuvo China con Roma fue cuando el emperador Ban Chao hizo una campaña contra los nómadas de Asia Central y envió a uno de sus colaboradores, Ga Yin, que viajó hacia occidente visitando los establecimientos comerciales romanos de la costa oriental del Mar Negro. Por tanto, el contacto entre Roma y China era recíproco, pese a que Roma tenía más información sobre China gracias a la multitud de viajes que se habían hecho hacia aquella zona.

Cronistas posteriores a Marco Polo rastrearon sus orígenes hasta la “isla de Curzola” en el Mar Adriático actualmente Curzola, en Croacia donde incluso se sigue conservando una vieja casa en la que se dice que nació. Sin embargo, la historiografía moderna tiene serias dudas de este origen, pues el apellido Polo de origen veneciano aparece mencionado varias veces en ciudades del norte de Italia. No obstante, hay quienes afirman que su verdadero nombre y apellido eran Marc Pol, apellido que, efectivamente, tuvo su primera aparición en Dalmacia. Esta última afirmación es dada con base en los registros aparecidos en el anuario veneciano Chronicon Iustiniani 1358. El escudo familiar de los Pol contiene tres pájaros de agua, aves que recibían el nombre de "Pol" en Dalmacia del Sur, mientras que en Venecia se les llamaban "Pola", palabra de la cual se cree se derivaron los apellidos "Polo" y "Pollo" en Italia.

En la familia Polo hubo otros exploradores además de Marco. Su padre Nicolás o Niccolò en veneciano y su tío Mateo o Maffeo, también en veneciano eran prósperos mercaderes dedicados al comercio con Oriente. Ambos partieron hacia Asia en 1255 y alcanzaron China en 1266, llegando a Khanbaliq o Cambaluc Pekín. Volvieron de China como enviados del Kublai Khan con una carta para el Papa en la que pedía que enviase a gente ilustrada que enseñase en su imperio, para informar a los mongoles sobre su forma de vida.

Mateo y Nicolás Polo partieron en un segundo viaje, con la respuesta del papa a Kublai Khan, en 1271. Esta vez Nicolás se llevó a su hijo Marco, quien pronto se ganó el favor de Kublai Khan, haciéndole su consejero. Poco después Marco pasó a ser emisario del Khan, quien le daría diversos destinos a lo largo de los años. En sus diecisiete años de servicio al Khan, Marco Polo, llegó a conocer las vastas regiones de China y los numerosos logros de la civilización china, muchos de los cuales eran más avanzados que los contemporáneos europeos.

Cuando una embajada del rey de Persia le solicita a Kublai Khan una princesa para el rey, los Polo la acompañan, decidiendo regresar a Venecia.

A su regreso de China en 1295 escoltando a una princesa china llamada Kokacín, la familia de Marco Polo se estableció en Venecia donde se convirtió en una sensación y atrajo a multitud de oyentes, que a duras penas creían sus historias sobre la lejana China.

En su lecho de muerte, su familia pidió a Marco que confesase que había mentido en sus historias. Marco se negó, insistiendo: «¡Solo he contado la mitad de lo que vi!».

Mientras la mayoría de los historiadores creen que Marco Polo efectivamente llegó a China, recientemente algunos han propuesto que no llegó tan lejos, y que simplemente contó la información que oía de otros. Estos escépticos señalan que, entre otras omisiones, su relato falla al no mencionar la escritura china, los palillos, el , el vendado de pies ni la Gran Muralla.

Marco Polo solo estuvo en la región norte de China, concretamente en el Palacio del Gran Khan. Durante la dinastía Ming, desde 1368 hasta 1644, fue cuando más se amplió la muralla, es decir, que en la época del viaje de Marco Polo no estaba la edificación defensiva construida en su totalidad, lo cual explica la ausencia de menciones a esta.

El té entra en contacto con los europeos por primera vez en la India, cuando los portugueses llegan a ella en 1497, ya que en la India el uso del té estaba muy extendido; es fácil deducir que antes no tuvo importancia en las mesas europeas. Más todavía, debe tenerse presente que las descripciones de Marco Polo se centran en miembros de la élite gobernante mongola, la cual no consumía masivamente el té a diferencia de sus súbditos chinos; por el contrario Marco Polo sí hace alusión a las bebidas preparadas a base de leche, que son típicamente mongolas. Similar es la cuestión respecto a la práctica de los pies vendados de las niñas, costumbre de la aristocracia china pero no mongola. Se debe advertir además que las niñas sujetas a esta práctica permanecían recluidas en sus casas y no a la vista de los extranjeros.

No reviste mucha trascendencia que no mencione la escritura china, pues ya muchos europeos la conocían debido a que en ese tiempo ya llegaban viajeros chinos a Europa.

Además, los archivos chinos de la época no le mencionan, a pesar de que él afirmaba haber servido como emisario especial del Kublai Khan, lo que resulta insólito dado el celo con el que se llevaban los archivos en China en aquel tiempo; no obstante, otros estudios concluyen que Marco Polo sí es mencionado en archivos chinos con el nombre de "Po-Lo".

Por otra parte, Marco describe otros aspectos de la vida en el Lejano Oriente con mucho detalle: el papel moneda, el Gran Canal, la estructura del ejército mongol, los tigres y el sistema postal imperial. También se refiere a Japón por su nombre chino, Zipang o Cipango. Se considera normalmente esta como la primera mención del Japón en la literatura occidental.

También se cree que Marco Polo describió un puente donde sucedió el incidente del Puente Marco Polo, una batalla que marcó el comienzo de la invasión japonesa del norte de China en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.

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