Estatua de la Libertad, es uno de los monumentos
más famosos de Nueva York, de los Estados
Unidos y de todo el mundo. Se encuentra en la isla de la Libertad al sur de la isla de Manhattan,
junto a la desembocadura del río Hudson
y cerca de la isla Ellis. La Estatua
de la Libertad fue un regalo de los franceses
a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el
centenario de la Declaración
de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad
entre las dos naciones. Fue inaugurada el 28 de octubre de 1886 en presencia del
presidente estadounidense de la época, Grover
Cleveland. La estatua es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura
interna fue diseñada por el ingeniero Gustave
Eiffel.
El arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc se encargó de la
elección de los cobres
utilizados para la construcción de la estatua. El 15 de octubre de 1924, la estatua fue
declarada como monumento nacional de los Estados
Unidos y el 15 de octubre de 1965 se añadió la isla Ellis.
Desde 1984
es considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Estatua de la Libertad, además de ser un monumento
importante en la ciudad de Nueva York, se convirtió en un símbolo en Estados
Unidos y representa, en un plano más general, la libertad
y emancipación
con respecto a la opresión. Desde su inauguración en 1886, la estatua fue la
primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos
tras su travesía por el océano Atlántico. En términos arquitectónicos,
la estatua recuerda al famoso Coloso de
Rodas, una de las «Siete maravillas del mundo». Fue nominada
para las «Nuevas maravillas del mundo», donde
resultó finalista. El nombre asignado por la Unesco es «Monumento Nacional
Estatua de la Libertad». Desde el 10 de junio de 1933 se encarga de su
administración el Servicio de Parques Nacionales de los
Estados Unidos.
El jurista
y político francés, autor de Paris en
Amérique, Eduardo Laboulaye, tuvo la idea de que Francia
ofreciera un regalo a Estados Unidos como un obsequio para la
conmemoración del centenario de la independencia
estadounidense, como recuerdo de la larga amistad entre ambos países
y para garantizar la alianza franco-estadounidense. En una conversación con
Laboulaye, su amigo el joven escultor alsaciano
Frédéric Auguste Bartholdi le había dicho:
“Lucharé por la libertad, lo
pediré a los pueblos libres. Trataré de glorificar la República allí, hasta que
la reencuentre un día entre nosotros”
En esa época, Estados Unidos acababa de salir de la guerra civil que duró de 1861 a 1865 y el
país estaba en medio de la reconstrucción. Bartholdi
fue contratado para diseñar una estatua, que debería acabarse en 1876, fecha
del centenario de la independencia estadounidense. En 1870, Bartholdi talló el
primer esbozo en terracota y un modelo que no sirvió,
que actualmente se encuentra en el Musée
des Beaux-Arts de Lyon. Ese mismo año, Francia entró en guerra con Prusia y tuvo
que parar el proyecto. El 10 de mayo de 1871, Francia tuvo que ceder el
territorio de Alsacia-Lorena al Imperio Alemán. La opinión pública y el
gobierno francés se sintieron decepcionados por la simpatía de los Estados
Unidos hacia los alemanes, que contaban con un número importante de residentes
en suelo estadounidense. El proyecto volvió a ser parcialmente paralizado a
causa de los problemas políticos de la Tercera República, que todavía era considerada
por muchos como un arreglo «temporal» y que tenían la esperanza de un retorno
de la monarquía. La idea de ofrecer una representación de libertad en una
república hermana para Francia, al otro lado del Atlántico, desempeñó un papel
importante en la lucha por el mantenimiento de la república francesa.
En junio de 1871, Bartholdi viajó a Estados Unidos.
Durante el viaje, escogió la isla de Bedloe, llamada posteriormente la isla de la Libertad como ubicación de la
estatua y también trató de conseguir seguidores al otro lado del Atlántico. El
18 de julio de 1871, se reunió con el presidente de aquel
entonces Ulysses S. Grant, en Nueva York.
Existen diversas hipótesis de los historiadores sobre el
modelo que pudo haberse utilizado para determinar la cara de la estatua, aunque
ninguna de ellas es realmente definitiva hasta el momento.
Entre las posibles inspiraciones para la cara de la estatua se encuentra
Isabella Eugenie Boyer, viuda del inventor millonario Isaac Singer.
Según otras fuentes, Bartholdi se habría inspirado en el
rostro de su madre, Charlotte Bartholdi 1801-1891, y es la hipótesis más
considerada hasta el presente.
La revista National Geographic
apoyó esta posibilidad, indicando que el escultor nunca explicó ni desmintió
esta semejanza con su madre.
Otras versiones sostienen que Bartholdi habría querido reproducir el rostro de
una niña encaramada en una barricada sosteniendo una antorcha, al día siguiente
del golpe de estado de Napoleón III.
Tal vez simplemente realizó una síntesis de varias caras femeninas, con el fin
de dar una imagen neutra e impersonal de la Libertad.
Durante una visita a Egipto, Bartholdi tuvo que hacer un trabajo en el Canal de Suez.
Este proyecto se inició bajo la dirección del empresario y diplomático francés Ferdinand de Lesseps, que posteriormente
se convirtió en uno de sus mejores amigos. Bartholdi imaginó un gran faro, que se encontraría
en la entrada del canal, el cual señalaría las rutas. El faro fue ideado como
la imagen con apariencia clásica stola, sandalias,
expresión facial de la diosa Libertas de la mitología romana, divinidad de la libertad. Se
pretendía que la luz del faro brillara a través de una venda colocada alrededor
de la parte superior del faro, y surgió la idea de una antorcha mantenida en el
aire, hacia el cielo. Bartholdi presentó el proyecto al jedive
Ismail Pachá
en 1867 y nuevamente en 1869, pero el proyecto nunca fue aprobado.
Los dibujos del proyecto titulado «Egipto lleva la luz a Asia», se asemejan en gran
medida a la Estatua de la Libertad, aunque Bartholdi aseguró que el monumento
de Nueva York no era una reutilización, sino una obra original
Por mutuo acuerdo entre Francia y Estados Unidos, este
último llevaría a cabo la construcción de la base del monumento, mientras que
Francia se encargaría de la construcción de la estatua y de su posterior
ensamblaje una vez que las piezas se transportaran a suelo estadounidense. Sin
embargo, surgieron problemas financieros a ambos lados del Atlántico.
En Francia, la campaña para la promoción de la estatua
comenzó en otoño de 1875.
Fue la fundación en 1874 de la llamada Unión Franco-Estadounidense, la que se
hizo cargo de organizar la recaudación de fondos para la construcción del
monumento. Todos los medios de la época se utilizaron para ese propósito:
artículos en la prensa, espectáculos, banquetes, impuestos, loterías, etc.
Varias ciudades francesas,
el Consejo General, la cámara de comercio, el Gran Oriente de Francia y miles de
particulares hicieron donaciones para la construcción de la estatua. Hubo un
número total de 100.000 donadores.
Antes de que finalizara el año 1875, los fondos ascendían a un total de 400.000
francos, pero el presupuesto se incrementó
posteriormente hasta 1.000.000 de francos de la época.
No fue hasta 1880
que se recogieron el total de los fondos en Francia. Mientras tanto, en Estados
Unidos, se hicieron presentaciones teatrales, exposiciones de arte, subastas,
así como combates de boxeo
profesional para recaudar fondos para la construcción.
Mientras tanto, en Francia, Bartholdi buscó un ingeniero
para que se encargara del diseño de la estructura interna de la estatua, en cobre. Gustave Eiffel fue contratado para llevar
a cabo dicha labor, además de crear una torre interna que soportara la estatua
y diseñar un esqueleto secundario interno que permitiera que la «piel» de cobre
se mantuviera en posición vertical. Las piezas de cobre fueron construidas en
los talleres de la empresa «Gaget, Gauthier et Cie», en 1878. Las planchas de
cobre fueron una donación de Pierre-Eugene Secrétan. Los trabajos de precisión
se encargaron al ingeniero Maurice
Koechlin, hombre de confianza de Eiffel, con el que también había
trabajado en la construcción de la Torre Eiffel.
Bartholdi tenía la esperanza de que la estatua estaría
completada y montada para el 4 de julio de 1876, fecha del centenario
de la independencia
de Estados Unidos. Hubo una demora en el inicio de la construcción
y, a continuación, algunos problemas durante el período de construcción
retrasaron la obra: el yeso
de la mano se rompió en marzo de 1876.
Esta última, con parte del brazo, se expuso en septiembre de 1876 en la Exposición del Centenario
de Filadelfia.
Los visitantes pudieron subir una escalera que conducía al balcón situado en
torno a la antorcha pagando sólo 50 centavos. Fotografías, carteles y modelos
de la estatua fueron vendidos durante la exposición. El dinero recaudado se usó
para completar los trabajos. Dos años más tarde, en junio de 1878, la cabeza de la
estatua fue mostrada al público en los jardines del Campo de Marte con ocasión de la Exposición Universal de París,
donde los visitantes podían entrar en la cabeza y subir hasta la corona usando
una escalera de 43 metros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario