El Coloso de Rodas era una gran estatua
del dios griego
Helios,
realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas Grecia en 292 a.C.
y destruida por un terremoto en 226 a.C.
Es considerada una de las Siete maravillas del mundo antiguo.
Todo lo que se conoce sobre esta estatua se debe a las
noticias que dejaron los escritores antiguos Plinio el
Viejo, Polibio
y Estrabón,
y a las crónicas bizantinas de Constantino VII Porfirogéneta, Miguel el
Sirio y Filón.
La estatua hecha con placas de bronce sobre un
armazón de hierro representaba al dios griego del sol, Helios. Según
Plinio el Viejo, medía unos 32 metros.
En el año 305 a.C.,
Rodas, que en las luchas de los diádocos
se había alineado con Ptolomeo I, fue invadida por un poderoso
ejército dirigido por Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono I Monóftalmos.
Para apoderarse de la ciudad, Demetrio mandó a construir
varias torres de asedio con el fin de asaltar las
murallas. La primera de estas torres fue montada en seis barcos. Este primer
intento no dio resultado porque los barcos naufragaron en una tormenta antes de
que la torre pudiera ser utilizada. Demetrio volvió a intentarlo con otra torre
aún mayor construida sobre la tierra. Este tipo de arma de asedio era
denominada helépolis. Sin embargo, los defensores rodios repelieron el
ataque inundando el terreno ante los muros para que la helépolis no pudiera ser desplazada.
En el año 304 a.C.
una flota enviada por Ptolomeo I, aliado de Rodas, hizo huir
precipitadamente a Demetrio, quien abandonó la mayor parte de su armamento de
asedio. A pesar de su fracaso frente a los muros de Rodas, Demetrio obtuvo el
sobrenombre de Poliorcetes,
"Conquistador de ciudades" por sus éxitos militares. Los rodios
vendieron por 300 talentos los equipos de asedio abandonados.
Para celebrar su victoria, los rodios decidieron que Cares de
Lindos nativo de la isla, y discípulo del célebre Lisipo, quien
había esculpido en Tarento una estatua de bronce de Zeus de unos
22 metros de altura construyera una estatua gigantesca al dios Helios,
protector de la ciudad. Le preguntaron al escultor cuánto costaría una estatua
de 50 pies, 15 metros de altura; cuando les respondió, le preguntaron
cuánto costaría una estatua del doble de altura. Él respondió que el doble, y
los rodios firmaron el contrato. Cares no tuvo presente que al doblar la
altura, necesitaría ocho veces más materiales. Esto lo llevó a la bancarrota y
el suicidio.
El coloso de Rodas fue terminado por Laques también de la
aldea rodiana de Lindos
en el 292 a.C.
66 años después de su construcción, en el año 226 a.C.
un terremoto derribó la colosal obra. Los habitantes de Rodas decidieron
dejarla acostada en el mismo lugar donde cayó por seguir el designio de un
oráculo que lo violó. Y así quedaron los restos de la estatua durante
novecientos años aproximadamente, hasta que en el año 654 d.C. los
musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una de sus incursiones.
Un judío de Edesa compró el bronce y dijo haber necesitado 900 camellos
para cargarlo.[
Durante muchos años se creyó que la estatua había sido
erigida con una pierna apoyada en cada parte del muelle de Rodas como aparece
en algunas imágenes. Sin embargo, no parece que haya sido realmente así por dos
razones: si hubiera sido erigida allí, se habría hundido por su propio peso. La
otra razón es que para su construcción tendrían que haber cerrado un muelle de
gran importancia militar durante varios años, siendo vulnerables a ataques por
mar. Otra hipótesis, publicada en un artículo de la arqueóloga alemana Úrsula
Vedder en 2008 sugiere que el Coloso no habría estado en el puerto, sino que
era parte de la Acrópolis de Rodas, sobre una colina ahora llamada monte Smith,
con vistas a la zona portuaria. Tradicionalmente se creía que el templo en la
cima del monte Smith estaba dedicado a Apolo, pero de acuerdo con Vedder,
habría sido un santuario de Helios. Según Vedder, los sobredimensionados
cimientos de piedra en el sitio del templo, cuya función no se conoce con
exactitud, habrían sido la base de soporte del Coloso.
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