El YOYO es un juguete formado por un disco de madera, de
plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el
borde, alrededor de la cual se enrolla un cordón que, anudado a un dedo se hace
subir y bajar alternativamente. Se maneja el disco mediante sacudidas hacia
arriba y hacia abajo.
El Webster’s collegiate dictionary afirma que la palabra YOYO deriva de la palabra yóyo en idioma ilokano, del norte de Filipinas. Muchas otras
fuentes, incluido Extraordinary
origins of yesterdays things, de Panati, afirma que YOYO era
una palabra tagalog,
que supuestamente significaba ‘viene-viene’
Fue inventado en Grecia, donde se ha
encontrado la imagen de un joven jugando hacia el siglo V a. C.
Se han encontrado evidencias de la
existencia del YOYO entre 1386 y
1644 durante la dinastía Ming China. La versión china
consistía en dos discos de marfil con un cordón de seda arrollado alrededor de
su eje central
El juguete comenzó a ser famoso en
Europa hacia el año 1700, donde
fue adornado suntuosamente y pintado con dibujos geométricos, a fin de que su
rotación creara efectos hipnóticos.
Los soldados de Napoleón principios del siglo XIX lo usaban
como entretenimiento en su tiempo libre entre batalla y batalla.
Hay evidencia incoherente acerca de si
el yoyo se utilizó alguna vez como arma en Filipinas.
Lucky Meisenheimer, autor de Lucky's
collectors guide to 20th century yo-yos - History and values, afirma que
la idea de que el YOYO fuera un arma
es un concepto popular pero inventado.
El 20 de noviembre de 1866, James L.
Haven y Charles Hettrick, de Cincinnati
(Ohio) firmaron la
patente estadounidense, la primera otorgada a un filipino, sobre una
«construcción mejorada de un juguete, comúnmente llamado bandelore».
Sin embargo, el YOYO permaneció en relativa oscuridad hasta que en 1928 un
filipino-estadounidense llamado Pedro Flores abrió la fábrica YOYO Manufacturing Company en Santa Bárbara). La empresa comenzó
fabricando una docena de modelos del juguete. Pero un año después, en noviembre
de 1929, Flores tuvo que abrir dos fábricas más, en Los Ángeles y Hollywood.
Ocupaba a 600 trabajadores y producían 300 000 unidades diarias.
En 1930, el estadounidense Donald
Duncan compró las fábricas de Flores.
En los años sesenta aparecieron las
empresas de juguetes Plastimarx e Impala, que producían este juguete, así como
empresas multinacionales, como Flambeau Products Corporation (dueña de la marca
Duncan), así como la empresa Jack Russell, que promovía a la empresa Coca Cola en todo el mundo.
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