Pechina, en arquitectura,
es cada uno de los elementos estructurales y constructivos que resuelve el
encuentro entre la base circular de una cúpula
y un espacio inferior cuadrado o poligonal. También permite pasar de una cúpula elíptica
a una planta rectangular.
Las pechinas son triángulos esféricos, presentando una
superficie limitada por tres arcos de circunferencia. Su construcción
geométrica se obtiene seccionando un hemisferio con el prisma recto cuya traza
define un polígono regular inscrito en la circunferencia
base de dicho hemisferio, de la bóveda vaída resultante seccionamos por la base del casquete esférico tangente a los arcos
perimetrales. Los triángulos esféricos resultantes definen la base circular de
apoyo de la cúpula. Cuando el perímetro surge de la sección de una cúpula esferoide se generan arcos elípticos y una
base elíptica para el apoyo de una cúpula hemiesferoide. Un ejemplo de este
último caso lo hallamos en la cubrición del salón central de la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane.
Las pechinas transmiten el peso de la cúpula a pilares, pilastras
o muros,
mediante arcos o cúpulas semiesféricas que los vinculan
lateralmente.
Los primeros intentos de utilización de pechinas
fueron realizados por los romanos pero la verdadera
explotación de este recurso arquitectónico se realizó durante la época bizantina en el siglo VI.
El edificio más destacado que utiliza este tipo de soporte para su cúpula es la
iglesia de Santa Sofía en Constantinopla.
Posteriormente fueron utilizadas, sobre todo, durante el románico, Renacimiento, Barroco y en la arquitectura musulmana, especialmente en
la arquitectura otomana.
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