miércoles, 3 de julio de 2013

FUENTE DE LA CIBELES



La Fuente de la Cibeles se encuentra en la ciudad española de Madrid, en la intersección de la calle de Alcalá que la cruza de oeste a este con el paseo de Recoletos al norte y el paseo del Prado al sur. Este lugar, uno de los más simbólicos de la capital, divide los límites de los distritos Centro, Retiro y Salamanca.

En el centro de la plaza, se sitúa la célebre fuente de Cibeles, esculpida en el año 1782, a partir de un diseño de Ventura Rodríguez. Cada una de las cuatro esquinas de la plaza está presidida por edificios emblemáticos, construidos entre finales del siglo XVIII y principios del XX.

El Palacio de Buenavista o Cuartel General del Ejército, que data de 1777, es el más antiguo de todos ellos. Se ubica en el ángulo noroccidental, enfrentado al Palacio de Linares o Casa de América, que se alza sobre el nororiental. Por su parte, el Palacio de Comunicaciones, sede de la Alcaldía de Madrid desde el año 2007, se extiende sobre el extremo sureste y el Banco de España sobre el suroeste.

En los años el Palacio de Cibeles y la fuente se han convertido en el monumento símbolo de la ciudad.

La plaza de Cibeles toma su denominación de la fuente homónima, dedicada a la diosa griega Cibeles, esposa del titán Crono y madre de Atis. El lugar se llamó inicialmente plaza de Madrid, pero, en el año 1900, el Ayuntamiento la bautizó como plaza de Castelar, nombre que finalmente fue sustituido por el actual.

El lugar que hoy ocupa la plaza de Cibeles formaba parte de un eje arbolado longitudinal que, en el Renacimiento, separaba el casco urbano madrileño de diferentes conjuntos monacales y palaciegos. Constaba de tres tramos principales, conocidos como el Prado de los Recoletos Agustinos actual paseo de Recoletos, el Prado de los Jerónimos que se corresponde con el paseo del Prado y el Prado de Atocha desaparecido.

La primera reforma de importancia de este eje se llevó a cabo a instancias de Felipe II, en el año 1570. En el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III, se emprendió una nueva remodelación. El proyecto, que recibió el nombre de Salón del Prado, fue ejecutado por los arquitectos Ventura Rodríguez y José de Hermosilla. Consistía en crear una gran zona ornamental de jardines y fuentes al este de Madrid, flanqueada en sus lados por diferentes recintos dedicados a la divulgación científica y cultural.

Fruto de esta iniciativa urbanística, fue la instalación en 1782 de la fuente de Cibeles junto al Palacio de Buenavista, en el paseo de Recoletos, mirando hacia la vecina fuente de Neptuno. En 1895, se tomó la decisión de trasladar este conjunto escultórico a la intersección del citado paseo con la calle de Alcalá, su actual ubicación. La confluencia de ambas vías fue aprovechada para crear alrededor de la fuente una rotonda de distribución del tráfico de carruajes, que dio origen a la plaza.

Cuatro años antes del traslado de la fuente había abierto oficialmente sus puertas el Banco de España, con lo que los ángulos occidentales de la plaza quedaron cerrados esta construcción se encuentra en la esquina suroeste, enfrentada al Palacio de Buenavista, en la noroeste.

En los primeros años del siglo XX, el contorno oriental quedó definitivamente articulado, con la inauguración en 1900 del Palacio de Linares, después de 23 años de proyectos y obras; y en 1917 del Palacio de Comunicaciones, el edificio de mayor altura del recinto y el que, junto con la fuente, mejor define a la plaza.

Con el desarrollo urbanístico de Madrid, la plaza de Cibeles se convirtió en centro neurálgico de la ciudad y, dada su ubicación entre dos de las principales arterias de la villa la calle de Alcalá y el eje Recoletos-Prado, en un importante nudo del tráfico rodado. Ha sido escenario de diferentes acontecimientos históricos y sociales, destacando, entre estos últimos, las celebraciones deportivas de los aficionados del Real Madrid.

La fuente de Cibeles fue diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez, dentro del proyecto del Salón del Prado. Su ejecución correspondió a los escultores Francisco Gutiérrez Arribas, quien se encargó de la figura de la diosa y del carro, y Roberto de Michel, autor de los leones. También colaboró en la obra el adornista Miguel Ximénez.

Desde su inauguración en 1782 hasta su traslado al centro de la plaza en 1895, la fuente cumplía una función de abastecimiento de agua a los ciudadanos. Con su nueva ubicación, perdió este uso y se convirtió en un elemento ornamental, que el Ayuntamiento de Madrid subrayó situando el monumento sobre cuatro peldaños e incorporando en la parte trasera del carro dos nuevas esculturas. Éstas representan a dos amorcillos, uno arrojando agua con un ánfora obra de Miguel Ángel Trilles y otro sosteniendo una caracola su autor es Antonio Parera.

A mediados del siglo XX, se realizaron diferentes mejoras en los juegos de agua. Se añadieron cascadas y dos surtidores verticales que alcanzan los 5 m de altura, así como un chorro curvado que lanza agua desde la figura de la diosa hasta el estanque.

Además de su interés artístico e histórico, la plaza de Cibeles presenta importantes valores paisajísticos. Su ubicación en una pequeña hondonada, sobre el cauce del desaparecido arroyo de Valnegral, entre sendas elevaciones del terreno en sus lados oriental y occidental, permite divisar diferentes perspectivas urbanas, que se encuentran entre las más características del skyline madrileño.

Lado occidental. En la parte oeste de la plaza desemboca el tramo inicial de la calle de Alcalá, notablemente ensanchada tras confluir en ella la Gran Vía. El edificio Metrópolis y las sedes del Círculo de Bellas Artes y del Instituto Cervantes son algunas de las construcciones que pueden contemplarse desde la plaza, gracias a la pendiente del terreno.

Lado oriental. Tras BUSCAR la plaza de Cibeles, la calle de Alcalá prosigue cuesta arriba en sentido este. Esta disposición del terreno facilita una panorámica de la Puerta de Alcalá, situada en la cercana plaza de la Independencia.

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