El ZAFIRO es una de las cuatro gemas más importantes del mundo y de las más
hermosas junto al rubí, el diamante y la esmeralda. Se encuentra
comúnmente en yacimientos ricos de rutilo, bauxita y hematita. La composición
química es una mezcla de óxidos de aluminio, hierro y titanio, el cual le da su
color característico azul. Su fórmula química
es Al2O3. Le corresponde la dureza 9 en la escala de
Mohs.
El zafiro o ultralita -sinónimo
poco usado- pertenece a la misma familia de minerales que el rubí, es decir corindón,
siendo la única diferencia una convención de nombre. Se llama rubí a los corindones rojos y zafiro a todos los demás colores de corindón,
incluyendo los rosados.
Los zafiros se encuentran en estado
natural en una amplia gama de colores, desde el transparente, pasando por
diferentes tonos de rojo, amarillo, azul y sus combinaciones. Los mayores
productores están en África y actualmente se han encontrado
yacimientos en Sudamérica.
También se hallan asociados con los rubíes en Siam y Sri Lanka,
y también se encuentran en Cachemira India, y en un área muy
extensa en Queensland Central Australia.
La Antártida es rica en este mineral pero, debido a
su delicado equilibrio ecológico, se ha limitado la explotación. Su uso se
restringe a la joyería y aplicaciones láser.
Los zafiros sintéticos, coloreados con
pequeñísimas cantidades de cromo y titanio, vienen
fabricándose desde el año 1902 por el proceso Verneuil. Desde 1940 se empezaron a fabricar en los Estados
Unidos, consiguiendo un gran éxito con los zafiros y rubíes estrellados, obtenidos introduciendo
titanio.
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