La VICUÑA es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia de
los camélidos
y del grupo de los camélidos sudamericanos que vive en el altiplano
andino, en el norte de Argentina,
el oeste de Bolivia,
el noreste de Chile, sectores de los Andes de Ecuador,
y en las alturas andinas del Perú,
país que posee la principal población de la especie.
La alpaca es una especie domesticada que deriva
de la vicuña, con aportes genéticos menores de llama.
Las vicuñas
son los camélidos más pequeños, pesan entre 40 y 50 kg y
tienen una longitud de 80 cm. Son silvestres. Su color es beige o
vicuña marrón claro rojizo en el lomo y blanco en la zona ventral y las patas, con
variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan. Las poblaciones
norteñas son más oscuras y tienen un mechón en la parte delantera de pelos
largos y blancos mechón pectoral. Las vicuñas tienen las patas largas y
delgadas, terminadas en almohadillas, aptas para caminar sobre varios tipos de
suelos, incluso los pedregosos. La fibra de su lana está entre las más finas
del mundo, midiendo 15 micrones de diámetro. El pelaje es denso, formado
por fibras delgadas que crecen muy juntas, con el objeto de proteger al animal
tanto del frío como de la lluvia y el viento. Si las fibras fueran más gruesas
y crecieran más distanciadas, dejarían pasar el aire frío y el agua de la
lluvia.
Son notables las adaptaciones de las
vicuñas del resto de los camélidos también a las condiciones de la Puna. Esto
es consecuencia del proceso de evolución de los animales en su medio y de la
coevolución de los camélidos y la estepa. Estas adaptaciones incluyen aspectos
que preservan al medio en que viven, como las almohadillas en que terminan sus
patas, que no erosionan demasiado el suelo del altiplano. Por su forma de
alimentarse se les ha denominado “pastoreadores de bajo impacto”, lo que
significa la posibilidad de rápida recuperación de las pasturas. A diferencia
de los camellos, las vicuñas son “bebedoras obligadas”, en todos los días, por
lo que generalmente viven cerca de los ríos o de lagunas.
Por otro lado, la vicuña forma parte
de un ecosistema en equilibrio dinámico en el que unos sirven de alimento a
otros. Los sistemas prepuneño, puneño y alto andinos comparten ciertas
características de flora y fauna con variaciones de densidad y presencia de
especies. Estos sistemas son típicamente estepas y pastizales que poseen pequeños
parches más verdes y ricos vegas o bofedales en las zonas húmedas y zonas sin
vegetación peladares y salares. Algunas de las especies más características
son: la tola, la yareta, el ichu y otros pastos.
Estos sistemas, de baja biomasa de
vegetales, sostienen varias especies de herbívoros entre los cuales se encuentran los
camélidos silvestres, vicuñas y guanacos.
Otras especies silvestres que pastorean en la Puna son los suris Rhea pennata garleppi y tarapacensis, las vizcachas,
las chinchillas los, cuyes, los armadillos,
etc. También estas estepas son el recurso base para la ganadería de camélidos
domésticos llamas y alpacas,
ovinos, caprinos, mulares y vacunos. Dentro de los predadores naturales se
encuentran los zorros, los pumas y las jaurías de perros asilvestrados.
Las vicuñas son territoriales y
su organización social se basa en grupos familiares y grupos de animales
solteros cuya distribución es muy variable siendo comunes las fusiones y
fisiones de los mismos. El número medio de animales por grupo familiar es de un
macho, tres a cuatro hembras y dos crías. La cantidad de vicuñas en las
familias es muy similar en distintas poblaciones, inclusive en distintos
países. Los machos defienden su territorio con peleas.
Al igual que los guanacos, la
organización social de las vicuñas está basada en grupos familiares y tropas de
solteros, pero a diferencia de aquellos, las vicuñas son más sedentarias, su
organización es más rígida y se mantiene todo el año.
Los grupos familiares están
formados por un macho, tres o cuatro hembras y, más o menos dos crías. Estas
familias ocupan territorios bastante fijos donde tienen revolcaderos en los que
empolvan su particular fibra generando así un colchón de aire que la vuelve más
aislante y evitando el afieltramiento o apelmazamiento de la fibra.
En los límites de los territorios
que ocupa cada familia hay varios bosteaderos acumulación de heces de vicuña,
que sumados a la presencia de un macho territorial son una señal que aleja a
los intrusos. Estas señales tienen distinto significado si se dan juntas macho
+ bosteadero que si aparecen separadas, veamos:
Si un macho soltero ve un
bosteadero solo, se acerca lo huele: no hay machos por ahí.
Si hay un macho pero no hay un
bosteadero en la zona, significa que éste no es su territorio.
Pero, si hay un macho y un
bosteadero juntos, los otros machos huyen.
La defensa de las hembras y del
territorio por parte de los machos se da tanto individualmente manteniéndose
alertas y patrullando su territorio, o a través de comportamientos agresivos
directos con peleas. Los bosteaderos son también una señal para la reproducción.
A través de ellos los machos
reconocen si en su territorio hay hembras en celo receptivas para
copular, ya que el orín de estas hembras tiene un olor muy particular. En estos
casos, luego de oler el bosteadero, los machos desarrollan un comportamiento
que, a ojos humanos, resulta muy gracioso: dirigen la cabeza hacia arriba, y
abren y cierran la boca varias veces. Esta conducta se denomina en inglés Reflejo de Flehmen, por el cual envían las feromonas al órgano de Jacobson.
Las hembras de vicuña que viven
en los territorios familiares se la pasan comiendo la mayor parte del tiempo.
Las madres quedan preñadas nuevamente la semana del parto, entonces mantienen
dos crías simultáneamente ya que por un lado tienen una cría gestándose en sus
panzas durante 11 meses y por el otro, la ya nacida, continúa amamantándose
durante casi 8 meses.
Estas hembras están todo el
tiempo transformando la energía del pasto en leche para las crías ya nacidas en
alimento y nutrientes, para las que están en gestación y para su propio
mantenimiento y actividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario