Un QUERUBÍN es un tipo de ángel del segundo de los nueve coros
angélicos. Son considerados como los guardianes de la gloria de Dios. Su nombre
significa «los próximos» o «los segundos». Se les suele representar con la
forma de un niño con alas, o solamente la cabeza del mismo.
Tienen una característica de
guardianes y al mismo tiempo de «carruaje». En Ezequiel 1:9 se dice de los
querubines que «sus alas se juntaban unas con otras», por lo que se da la imagen
de un grupo homogéneo, constituyendo una especie de «carroza celestial».
Su desplazamiento es veloz: «los seres
iban y volvían, como si fueran relámpagos» (Ez 1:14). De acuerdo con el Apocalipsis su velocidad es como la de un
relámpago.
La palabra querubín viene del hebreo querub,
que puede significar «toro» o «los próximos» o «segundos», en referencia al
coro angélico que es liderado por los serafines.
Con el transcurrir de los siglos la
imagen de los querubines se asimiló a la de un ángel niño. Querubín viene del hebreo kerubim con el mismo significado de «angelito». Ahora bien, en su etimología hebrea, karov significa «cercano». Debido a que en
la disposición de los coros de los ángeles, los querubines están cercanos a Dios, se los llamó krubím.
Existen discusiones por la grafía de la palabra que suena igual krubím y crubín,
pero en hebreo se escribe con otras letras.
Los querubines son seres que pueden
ser vistos solo por quienes son «elevados» a una dimensión superior, es decir,
a un estado en el que el cielo se abre para ellos.
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