El PERONÉ,
también llamado fíbula, es un hueso de la parte
inferior de la pierna, largo, par, asimétrico, formado por un cuerpo prismático
triangular, con tres caras, externa, interna y posterior; tres bordes, anterior
y laterales, y dos extremos, superior o
cabeza donde se destaca la apófisis estiloides y el maléolo lateral.
Se encuentra en la parte externa de la
pierna. Se articula por dentro con la tibia mediante una articulación diartrosis del tipo artrodias, formando junto con la tibia la pinza tibio peronea, y por abajo con el astrágalo, formando la articulación
"tibioperoneoastragalina".
La palabra
peroné se remonta a 1670 para describir un cierre o broche y se utilizó por
primera vez en inglés para definir al hueso más pequeño en la pierna. Se deriva
del latín = Fíbula, que también significa un cierre o broche. El hueso se llama
así porque se asemeja a un broche como un imperdible moderno.
El peroné
se osifica a partir de tres centros, uno para la parte central, y otros dos
para cada uno de los extremos. La osificación se inicia en el cuerpo de la
octava semana de vida fetal, y se extiende hacia las extremidades. Al nacer los
extremos son cartilaginosos. La osificación se inicia en el extremo inferior en
el segundo año, y en la parte superior sobre el cuarto año de vida. La epífisis inferior es la primera en osificarse y se une con el
cuerpo sobre el año veinte. La epífisis superior se une sobre el vigésimo
quinto año.
El
suficiente abastecimiento de sangre es importante para la planificación de
transferencia de tejido libre, por lo que el peroné es comúnmente utilizado
para reconstruir la mandíbula. El eje se abastece en su tercio medio por una
arteria nutricia grande de la arteria peronea. También se perfunde de su periostio que recibe muchas
ramas pequeñas de la arteria peronea. La cabeza proximal y la epífisis son abastecidas
por una rama de la arteria tibial anterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario