La palabra PARAÍSO procede del griego, usado en la Septuaginta para
aludir al Jardín del Edén. El
término griego procede a su vez del persa, ‘cercado’, que es un compuesto de paer-, ‘alrededor’ un cognado del griego peri- y -dis, ‘crear’, ‘hacer’. Fuentes tan antiguas como Jenofonte en su Anábasis siglo
IV a. C. aluden al famoso jardín «paraíso» persa. Así, su significado
original hace referencia a un jardín extenso y bien arreglado, que se presenta
como un lugar bello y agradable, donde además de árboles y flores se ven
animales enjaulados o en libertad.
En la Persia Aqueménide y
posiblemente antes, en Mesopotamia el término no sólo se aplicaba a jardines «paisajísticos»
sino especialmente a tierras de caza real, la forma más primitiva de reserva salvaje.
En diversas culturas en contacto
con la naturaleza, el paraíso se describe como una tierra de caza eterna, y no
sólo en las de cazadores nómadas sino también en las esencialmente agrícolas por
ejemplo los Campos deIalu egipcios
o los Campos Elíseos griegos.
En la Biblia, el
paraíso designa originalmente al vergel donde Dios coloca a Adán tras
crearlo Génesis 2. En cambio Pablo de
Tarso en la Segunda carta a los corintios 12, 14 12:4, escrita hacia
el año 57 dice haber sido arrebatado por Dios y llevado a un Tercer Cielo.
En el Evangelio de Lucas Lucas 23:43, compuesto hacia el año 80
dice que Jesucristo le dijo al Buen Ladrón «verdaderamente
te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso».
Normalmente se entiende por
paraíso:
El lugar ideal en la tierra o utopía,
que fue una vez realizado en el jardín del Edén.
El cielo que en algunas religiones aguarda a
los que son buenos, se arrepienten o son elegidos.
Un tipo de jardín cercado,
llamado a veces jardín paraíso.
El tercer libro de La divina
comedia de Dante.
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