En la mitología griega, los CÍCLOPES, eran los miembros de una raza de gigantes con
un solo ojo en mitad de la frente. Había dos generaciones de CÍCLOPES.
Los CÍCLOPES de la primera generación eran hijos de Urano y Gea y conocidos artesanos y constructores.
Eran gigantes con
un solo ojo en mitad de la frente y un temperamento horrible. Según Hesíodo eran fuertes, testarudos, y de «Bruscas
emociones». Con el tiempo, sus nombres llegaron a ser sinónimo de fuerza y
poder, y se usaban para referirse a armas especialmente bien manufacturadas.
Fueron tres: Brontes, Estéropes y Arges aunque algunas fuentes cambian a Arges
por Acmónides o Piracmón. Había también otros cuatro
llamados Euríalo, Elatreo, Traquio y Halimedes, que presumiblemente eran hijos
de los tres primeros.
Urano temía su fuerza y los encerró en
el Tártaro. Más tarde Crono, otro hijo de Urano
y Gea, liberó a los CÍCLOPES, junto
con los Hecatónquiros y los Gigantes. Le ayudaron a derrocar
y castrar a Urano, pero Crono los volvió a encarcelar en Tártaro, donde
permanecieron, guardados por Campe, hasta que Zeus los liberó. Forjaron rayos para que
Zeus los usase como arma y le ayudaron en la guerra para derrocar a Crono y a
los otros Titanes Titanomaquia.
Los rayos que se convirtieron en el arma predilecta de Zeus fueron forjados por
los tres Cíclopes: Arges ponía el brillo, Brontes el trueno, y Estéropes el
relámpago.
Esta primera generación de CÍCLOPES también creó un tridente que producía terremotos para Poseidón,
el arco y las flechas de Artemisa, y el casco de
invisibilidad que Hades le dio a Perseo en su búsqueda para matar a Medusa. Ayudaron a Hefestos y se dice que construyeron el primer
altar, así como las murallas y fortificaciones de Tirinto y Micenas en el Peloponeso,
entre otras. Los ruidos que surgían del corazón de los volcanes se atribuían a sus operaciones.
Se cuenta posteriormente que fue Apolo quien mató a los CÍCLOPES, después de que Zeus matase a su hijo, Asclepio, con un rayo
forjado por ellos. Aunque puede suponerse que estos cíclopes eran inmortales,
por lo que quizá los cíclopes que Apolo mató fuesen sus hijos.
La segunda generación de CÍCLOPES fue una primitiva tribu de
enormes monstruos de un solo ojo descubierta por Odiseo en una remota isla en ocasiones
identificada con Hesperia. Se decía que
estaban estrechamente relacionados con los Gigantes y con una tribu fenicia los Phaiakai surgidos de las gotas de
sangre que cayeron sobre Gea la tierra, cuando Urano fue
castrado.
Sin embargo, el cíclope más conocido
de esta generación era un hijo de Poseidón y la ninfa Toosa llamado Polifemo, quien pierde el
ojo por culpa de Odiseo. Otro de los CÍCLOPES de la segunda generación fue Telemo, un vidente.
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