Una CONSTELACIÓN, en astronomía,
es una agrupación convencional de estrellas,
cuya posición en el cielo nocturno es aparentemente invariable. Pueblos, generalmente
de civilizaciones antiguas,
decidieron vincularlas mediante trazos imaginarios, creando así siluetas
virtuales sobre la esfera celeste. En la inmensidad del espacio,
en cambio, las estrellas de una constelación no necesariamente están localmente
asociadas; y pueden encontrarse a cientos de años luz unas
de otras. Además, dichos grupos son completamente arbitrarios, ya que distintas
culturas han ideado constelaciones diferentes, incluso vinculando las mismas
estrellas.
Algunas constelaciones fueron
ideadas hace muchos siglos por los pueblos que habitaban las regiones del Medio Oriente y
el Mediterráneo. Otras, las que están más al sur,
recibieron su nombre de los europeos en tiempos más recientes al explorar estos
lugares hasta entonces desconocidos por ellos, aunque los pueblos que habitaban
las regiones australes ya habían nombrado sus propias constelaciones de acuerdo
a sus creencias.
Se acostumbra a separar las
constelaciones en dos grupos, dependiendo el hemisferio celeste dónde se encuentren:
Constelaciones septentrionales,
las ubicadas al norte del ecuador
celeste
Constelaciones australes, al sur.
A partir de 1928, la Unión Astronómica Internacional UAI
decidió reagrupar oficialmente la esfera celeste en 88 constelaciones con
límites precisos, tal que todo punto en el cielo quedara dentro de los límites
de una figura.
Debido al tiempo transcurrido y a la
falta de registros históricos, es difícil conocer el origen preciso de las
constelaciones más antiguas del mundo occidental. Tal parece que Leo el león, Taurus el toro,
y Escorpio el escorpión,
existían desde antiguo en la cultura de Mesopotamia,
unos 4000 años antes de la era cristiana, aunque no recibían esos nombres
necesariamente.
Se cree que el interés de estos
antiguos pueblos por la disposición de las estrellas tuvo motivos fundamentalmente
prácticos, usualmente con propósitos agrícolas, de viaje y religiosos: como
ayuda para medir el tiempo y las estaciones y para servir de orientación a
navegantes y mercaderes cuando realizaban travesías durante la noche, ya fuese
por mar o por el desierto. Así, imaginando
figuras con las cuales relacionar los grupos de estrellas y creando leyendas e
historias de lo que representaban —ver mitología, astrología—
les sería más fácil y seguro recordar las rutas a seguir.
De las 88 constelaciones adoptadas por
la UAI, casi la mitad provienen de la imaginación de los astrónomos griegos. Homero menciona a Orión en
la Odisea obra que data del siglo IX a. C.
En el Antiguo
Egipto era conocido
como Sahu mil años antes. El Zodíaco,
dividido en doce constelaciones, surgió en Babilonia durante
el reinado de Nabucodonosor
II siglo
VI a. C., vinculado a las doce lunaciones anuales. Lo
adoptará la cultura griega, dándole a las constelaciones los actuales nombres.
La compilación exhaustiva de
constelaciones más antigua conocida se remonta a Claudio
Ptolomeo, quien en el siglo
II a. C. presentó
un catálogo de 1022 estrellas, agrupadas en 48 constelaciones, en su obra Almagesto; la obra
fue escrita en griego, con el título He
Megále Sintaxis: ‘el gran
tratado’. Dicho trabajo, que será la base de muchos resúmenes astronómicos
occidentales posteriores, hasta finales de la Edad Media,
sólo incluía las estrellas visibles desde Alejandría,
lugar desde donde Ptolomeo llevó a cabo sus observaciones.
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