Una CHINAMPA es un método mesoamericano antiguo de agricultura y expansión territorial que, a través
de una especie de balsas cubiertas
con tierra, sirvieron para cultivar flores y verduras, así como para ampliar el
territorio en la superficie de lagos y lagunas del Valle de
México; haciendo a México-Tenochtitlán una ciudad flotante. Las
utilizaban para la agricultura y adueñarse de los otros terrenos.
Se trata de una balsa, de armazón
hecha con troncos y varas, en ocasiones de considerables dimensiones, sobre la
que se deposita tierra vegetal debidamente seleccionada con materias
biodegradables como pasto, hojarasca, cáscaras de diferentes frutas y
vegetales, etc. En la chinampa se sembraba un sauce para que sus raíces
crecieran desde el agua hasta la tierra firme en la ribera de lagunas y
arroyos, y luego de que el sauce crecía, sembraban diferentes cultivos los
cuales luego cosechaban.
Se trata de una técnica iniciada en
época de los toltecas, aunque su máximo
desarrollo se consiguió en el siglo XVI.
Hacia 1519, esta técnica, por
ejemplo, ocupaba casi todo el lago Xochimilco,
y su combinación con otras técnicas como la irrigación por canales y la construcción de bancales, permitió
sustentar una población muy densa
A inicios del Formativo Tardío se hizo
necesario introducir formas intensivas de producción de alimentos, en
particular relacionadas con la agricultura. De este modo, los agricultores
aprovecharon las márgenes de los pantanos y de las concentraciones de agua
formadas durante la estación húmeda con el fin de obtener suelos mejor
irrigados y más ricos, pudiendo conseguir en ocasiones tres cosechas anuales.
También, como ocurrió en Río Bec,
cultivaron jardines en torno a sus casas -cortijos-, donde plantaron otras
plantas que requerían mayor cuidado y que diversificaban su dieta. En la misma región
y en las montañas en torno al sitio de Caracol, fueron modificadas
numerosas colinas con el fin de contener terrazas agrícolas que aumentaran la producción, a la vez
que frenaran la erosión.
Sin embargo, el carácter
verdaderamente intensivo de la agricultura vino de la mano de los drenajes y de las modificaciones realizadas en
torno a las zonas acuáticas, dando lugar a un sistema que se ha denominado de
campos levantados, de gran similaridad a las chinampas del centro
de México.
Consisten éstos en concentraciones
artificiales de tierra, limitadas por canales de agua y situadas en márgenes de
ríos y pantanos. Con este sistema, se asegura una suficiente cantidad de tierra
fértil bien irrigada, de manera que no es necesario el barbecho en el trabajo
de los campos, obteniéndose una producción abundante para alimentar a los
ocupantes de los grandes núcleos urbanos. Los bajos de Belice, la
región de Río Bec, las márgenes del Candelaria y otros lugares tuvieron este
sistema intensivo en la agricultura.
En la zona lacustre de la delegación
Xochimilco y Tlahuac se encuentran los últimos relictos de agricultura de
Chinampas; un antiguo sistema de agricultura de humedal cuyo origen se remonta
a más de 900 años, cuando la sociedad Nahua florecía en la cuenca de México
(Rojas, 2004), y que ha sido nombrado como uno de los sistemas más sustentables
jamás logrados. La zona de Chinampas en el suelo de conservación se encuentra
principalmente ubicado en el área agrícola de tres poblados: Xochimilco, San
Gregorio Atlapulco y de forma escasa en San Luis Tlaxialtemalco, lugar donde la
agricultura de Invernaderos la ha sustituido.
En la actualidad la zona de Chinampas
y demás sistemas agrícolas asociados a suelo lacustre, han sido superados por
la urbanización convirtiéndose en una enorme isla de agricultura tradicional
urbana en medio de la Ciudad de México. En esta zona se continúa cultivando una
variedad de hortalizas y plantas de ornato, las actividades productivas se han
diversificado creando condiciones para el desarrollo de la economía local así
como provisión de bienes y servicios para la ciudad. El turismo, el ganado
estabulado, los cultivos de traspatio, la floricultura de Invernaderos y la
horticultura de Chinampas, son las principales actividades asociadas al suelo
de conservación. Los bienes producidos en estas localidades son vendidos en los
centros de distribución de alimentos, mercados locales o exportados a otros
estados de la República Mexicana, dada la férrea competencia que se vive en los
principales centros de abasto de la ciudad. Otra parte de la producción es
consumida en los hogares de los productores
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