CABARET es una palabra de origen francés cuyo significado original era taberna,
pero que pasó a utilizarse internacionalmente para denominar a las salas de espectáculos,
generalmente nocturnos, que suelen
combinar música, danza y canción, pero que pueden incluir también la actuación de
humoristas, ilusionistas, mimos y muchas otras artes
escénicas.
Se distinguen de otros locales de
espectáculos, entre otras cosas, porque tienen un bar, cuando son pequeños,
y un bar y un restaurante,
cuando son grandes. A diferencia de lo que sucede en el teatro, los asistentes
pueden beber y conversar con otros espectadores durante las actuaciones.
El público de los cabarets aplaude,
con frecuencia, espectáculos atrevidos, tanto políticos como sexuales.
Fue en los cabarets donde aparecieron los primeros travestís en un escenario y también donde se presentaron las
primeras pantomimas de homosexuales y lesbianas.
Una de las más famosas fue, seguramente, la pantomima lésbica pantomime
lesbienne Rêve d'Égypte Sueño
de Egipto, protagonizada por la actriz y pin-up Colette, que luego
llegaría a ser una novelista famosa, y por la Marquesa de Morny, arqueóloga.
El espectáculo se presentó en el Moulin Rouge en 1907. Estaba previsto
hacer 10 representaciones, pero sólo pudo hacerse la primera, porque la Policía amenazó con cerrar el local.
En los cabarets se dieron a conocer
muchos cantautores, como Georges
Brassens, Aristide
Bruant o Serge
Gainsbourg, y también cantantes como Juliette Gréco o Edith Piaf.
El café-concert, nacido con la Revolución francesa, se
popularizó en la segunda mitad del siglo XIX. Uno de los más conocidos fue inmortalizado por Pierre-Auguste Renoir en
su famosa obra Baile en el Moulin de la Galette. Eran lugares donde la gente iba exclusivamente a
divertirse; pero los creadores de los primeros cabarets querían algo más
intelectual y más inconformista, locales que fueran adecuados para los
cantautores o donde, por ejemplo, se pudiera bailar el cancán, baile creado a mediados del siglo XIX y
que a muchas personas les parecía escandaloso.
Le Chat Noir Caveau Artistique, bodega artística,
fundado en el barrio bohemio de Montmartre de París en 1881, fue el primer
cabaret famoso. Entre sus
clientes habituales había muchos escritores, pero la
mayoría eran pintores y
estudiantes de Bellas Artes.
Solían actuar cantautores, como Aristide Bruant, y también se presentaban
espectáculos de teatro de
sombras.
En 1889 en el barrio rojo parisino de Pigalle fue construido el Moulin Rouge Bal
du Moulin Rouge, Baile del Molino Rojo, donde lo más
característico eran las bailarinas de cancán. Solían tener nombres artísticos extravagantes,
como Grille d'Égout reja
de alcantarilla, La Goulue la glotona o La
Sauterelle la saltamontes.
El primer escándalo notable en el Moulin
Rouge fue en 1893, cuatro
años después de su inauguración, por un desfile de Quat'zarts carnaval,
organizado por los estudiantes de Bellas Artes. Henri Guillaume, como director
del desfile, y Sarah Brown y Manon, acusadas de haberse mostrado en público
"Dans un état de nudité extrème" en un estado de extrema desnudez fueron condenados
con una multa de 100 francos, "Avec sursis" que sólo tenían que pagar
en caso de reincidencia, porque el juez reconoció "Le caractère
artistique et désinteressé" el carácter artístico y desinteresado del desfile.
El Folies
Bergère, en París, fue inaugurado como music hall en 1869 y tenía un bar, pero empezó a
presentar espectáculos de cabaret en los años 1890.
Para poder hacer la competencia al Moulin Rouge, contrató a dos grandes
estrellas de la época: Loïe Fuller y Cléo de Mérode.
Els Quatre
Gats, 1897, y El Molino,
en 1899, ambos en Barcelona, fueron los
primeros en España.
A finales del siglo XIX, el Père
Frédé, cantante, guitarrista y violonchelista, comenzó a actuar
regularmente en el Lapin Agile,
en el barrio parisino de Montmartre, y el local se consolidó.
En 1901 se creó el primer cabaret alemán conocido, el Überbrettl.
En los años 1910 la compañía del teatro parisino Bataclan hizo una gira por Sudamérica,
su éxito en Buenos Aires fue tan notable que en lunfardo las bailarinas de revista empezaron
a ser llamadas bataclanas. El Armenonville, inaugurado en 1910, fue
el primer cabaret famoso de Buenos Aires, Argentina. En 1916, el Cabaret
Voltaire, en Zúrich, Suiza, fue fundado por los dadaístas.
El Cotton Club de Nueva York fue creado por el gánster Owney Madden en los años 1920.
En 1887, el
escritor español Azorín, por ejemplo, utilizó la palabra «cabaret» para referirse a
un lugar público de reunión literaria o artística. Pero el significado de la palabra fue
evolucionando y, en el siglo XXI, muchas personas, en español, sólo la utilizan
para referirse a locales nocturnos que presentan espectáculos de revista o
de variedades,
seguramente porque el Moulin Rouge o
el Folies Bergère fueron
mucho más famosos que Le Chat Noir, Els Quatre Gats o
el Cabaret Voltaire, y
por la popularidad de la película Cabaret de Bob Fosse. Sin embargo, en otros idiomas la evolución fue
diferente. Así, por ejemplo, en alemán, kabarett se
utiliza principalmente para los que son de tipo literario o político —el Kabarettist alemán es un actor humorista cuyos
temas giran en torno al acontecer político y cultural, con énfasis en lo irónico y lo satírico—, y en italiano, cabarettista es
un sinónimo de actor humorista.
Los primeros espectáculos de cabaret
no tenían prácticamente ninguna semejanza con el music hall,
ya que consistían, principalmente, en actuaciones de bailarinas de can-can,
cantautores y travestís y también mujeres disfrazadas de varones, espectáculos
que no formaban parte del repertorio habitual del music hall. Además, el cancán
había sido prohibido por la censura en el Reino Unido época victoriana. Pero a lo largo del siglo XX, los cabarets
fueron ofreciendo espectáculos cada vez más variados, por lo que muchos
artistas de music hall también fueron artistas de cabaret y viceversa.
De todos modos, hay países, como el
Reino Unido, en los que el público prefería los espectáculos de music
hall, o Estados
Unidos donde prefería
los de burlesque. En España, tuvo
más éxito la revista que
el cabaret.
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