El SADISMO es una característica de la naturaleza humana, difícil de
identificar en otras especies, ampliamente documentada desde los orígenes de la
especie mediante hallazgos antropológicos
y obras históricas. Los actos de crueldad elaborada, excesiva o gratuita contra
animales, personas y colectivos constituyen una constante en el desarrollo de
la humanidad, frecuentemente justificados como exigencias de mantenimiento de
la disciplina,
del orden familiar, del orden social, del orden divino, de necesidades de
sometimiento, ejemplarización o retribución, y consecuencia de los actos de guerra.
Muchas sociedades han llegado
a transformar algunos de estos actos de crueldad en festejos colectivos, como
es el caso del circo romano o la tortura y ejecución públicas de los condenados.
La realización de algunos de
estos actos de crueldad constituye mandato divino en la mayoría de las religiones,
si bien en algunas ocasiones estas mismas religiones actuaban de limitadores de
los mismos.
Por lo común, tales actos de
crueldad se han considerado malignos cuando se realizan por razones
exclusivamente personales y privadas, al margen de estos mecanismos de
socialización o sacralización.
Por ello, resulta complejo
separar la crueldad y el sadismo de sus justificaciones sociales en tiempos
anteriores a la Edad Moderna,
y sólo nos han llegado noticias de sádicos históricos cuando el uso privado o el nivel y
grado de elaboración de la crueldad llamaron la atención de sus coetáneos. Este
es el caso de personajes como Calígula, Tiberio, Gilles de
Rais, Vlad Tepes, Murad IV, o Catalina la Grande. En general, la
crueldad es indistinguible del ejercicio del poder familiar o social hasta la
llegada del humanismo renacentista y la plasmación final de la
singularidad individual en las declaraciones de derechos de la Edad Moderna; por tanto, resulta
imposible hasta este momento diferenciar claramente el disfrute personal de la
crueldad de los ejercicios de crueldad colectiva. Y quienes comenzaron a
hacerlo, fueron rápidamente caracterizados como pervertidos o psicópatas.
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