La JOTA
ARAGONESA es una
manifestación del folclore en Aragón de un género musical, la jota, presente en la mayor parte de la geografía española. El género, tal y como se conoce en la actualidad, se
conforma a finales del siglo XVIII o
principios del XIX.
La jota
aragonesa se expresa a través del baile, el canto y la interpretación
instrumental, compuesta por una rondalla en la que participan fundamentalmente
la guitarra, el laúd y
la bandurria.
A pesar de
la fama de que goza como género emblemático del folclore aragonés, la jota no
es más que una de las manifestaciones de su tradición musical popular.
Conviven
con ella otras formas: mazurcas, paloteados, villanos, boleros o valses por citar solo
algunos ejemplos, aunque la interpretación de la jota en Aragón tiene un
carácter peculiar y distintivo que ha hecho que sea conocida en el ámbito
internacional, hasta el punto de que compositores de música culta españoles y
foráneos se han servido de ella en sus obras.
Los
orígenes de la jota deben estar en bailes de tipo religioso, y comúnmente las
manifestaciones bailadas de este género preceden a las cantadas o tocadas.
Han sido
numerosos los autores que le otorgan una procedencia árabe, pues en Aragón se
da con mayor pujanza en los valles que habitaba la población morisca. Sin embargo, los estudios que Tomás Bretón realizó
en 1890 con motivo de la escritura de la zarzuela La Dolores establecían
grandes diferencias con la música islámica, sobre todo por su habitual modo mayor. Para él el origen sería italiano, pues la jota
se revela técnicamente similar a la música del Carnaval de Venecia.
A pesar de
todo, la mayoría de los estudios actuales muestran que hay muchas jotas en modo
menor e incluso existe la llamada «jota mora», y que su compás ternario de 6/8 es
habitual en la música popular española, siempre influida por la música andalusí. Martínez Torner, en este sentido, insiste en que
la jota está íntimamente emparentada con el fandango. Según Julio Caro Baroja «su
área en el estado anterior a su expansión por vías no estrictamente populares
es la misma que tiene la agricultura de tipo hortícola», y estas zonas
coinciden con las variedades de jota aragonesa sobre todo en los valles del
Ebro, Jalón y Jiloca, valenciana y murciana. Se trata de la geografía de los moriscos, lo que avala una posible influencia de su música en la jota.
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