EXCÁLIBUR es el nombre más aceptado de la espada legendaria del Rey Arturo, a la que se le han atribuido diferentes
propiedades extraordinarias a lo largo de las numerosas versiones del mito y
las historias subsiguientes.
Según Michelle R. la fuente más
antigua que habla de la espada empuñada por el primer Rey de los britanos es el
libro Historia de los reyes de Britania, de Geoffrey de Monmouth, escrito hacia 1130.
Autores como Christopher Hibbert
o Warren,
entre otros, no dudan en atribuirle la
paternidad a Geoffrey. Ambos autores indican la importancia de dichas armas en
la Baja Edad
Media, donde cada gran héroe portaba la suya, como es el caso de Roldán con la Durandarte,
que ni él mismo pudo romper, o la Tizona del Cid Campeador.
Existen varias teorías respecto al
origen de su nombre. Una de las más aceptadas es que proviene del latín Ex
Calce Liberatus, lo que podría traducirse como Liberada
de la piedra. Aun así, en muchos escritos ha sido llamada de diferentes
formas y es posible que su nombre actual derive de uno de estos: Caliburn, que probablemente deriva de la palabra latina Chalybs:
acero; en la antigua narración galesa «Culhwch and Olwen» se la nombra como
"Caledfwlch", que deriva del gaélico antiguo caladbolg:
"espada centelleante". Se acepta que el nombre se lo dio el poeta anglo-normando Wace.
Existen diversas historias de cómo
Arturo se hace poseedor de la mítica espada. Geoffrey de Monmouth sólo dice que
la misma fue «forjada en Avalon»,
sin dar más detalles.
La primera versión sobre la obtención
de Excalibur es la que relata Geoffrey de Monmouth en Historia Regium
Britanniae: Al morir el Rey Uther
Pendragon, Merlín forjó en la isla de Avalón la isla de las hadas,
una espada Excálibur y la clavó en una piedra que estaba al lado de una capilla
de Londres.
En "El Ciclo de la Vulgata",
se cuenta que Arturo había roto su espada (la de la piedra) durante un combate
contra Sir Pellinore. Merlín,
lo llevó a un lago del cual surgió una bella joven, la Dama del Lago.
Esta Dama del Lago era una bruja poderosa que podía caminar sobre las aguas y
tenía un castillo en el fondo de aquel lago. La Dama tenía en su poder a
Excálibur, una espada mágica. Merlín le pidió dicha espada para su pupilo y
ella se la entregó. La espada estaba guardada en una vaina que hizo que el Rey
no perdiese sangre cuando la llevaba a las batallas. Merlín le advirtió a
Arturo que tuviese cuidado, porque un día llegaría una mujer digna de su
confianza y le arrebataría la vaina de Excálibur para siempre.
La leyenda más difundida nos cuenta
que Arturo la obtuvo después de sacarla de una roca donde se encontraba
incrustada, por un acto de magia realizado por Merlín,
a quien se le atribuiría su forja, y ésta es la versión francesa de R.Moron, en
su obra llamada “Merlin”.
Pero Sir Thomas
Malory, escritor inglés, establece que la espada de la Roca no era
Excálibur, ya que Arturo rompe su primera espada en una batalla contra el rey
Pellinore. En “El Ciclo de la Vulgata”, se cuenta que una ninfa del lago
llamada “Dama del Lago” le entrega la verdadera “Excálibur”, representando
entonces la segunda espada de Arturo. En la leyenda galesa, Excálibur recibe el
nombre de “Caledfwlch”, así aparece el romance del guerrero de Arthur, donde
Llenlleawg, un caballero irlandés es quien roba el famoso caldero mágico y mata
al rey Diwnarch.
El nombre “Excálibur”, significa
“Cortar el Acero”, que era una de sus tantas propiedades mágicas, así como
también se decía que la vaina de Excálibur poseía la capacidad de protección
sobre quien la portara evitando que sea dañado o herido.
En el libro "La última
legión", escrito por Valerio Massimo Manfredi, se relata cómo el último
emperador romano de Occidente, Rómulo Augusto, un niño de 13 años en compañía
de un grupo de hombres y una mujer que se encuentran por causas del destino,
escapan de Italia perseguidos por un fiero general bárbaro llamado Wulfila.
Estando encerrados en la cárcel de Capri, Rómulo junto a su tutor Ambrosino quien
resulta ser un druida celta llamado Myrdin Emreis encuentran la espada con la
que Julio César conquistó la isla Britana, una espada hecha en oriente por los
calibanes. Ambrosino fiel a una vieja leyenda celta, lleva al niño junto a un
grupo de hombres a Britannia, a donde prometió volver con un ejército para
proteger al país de las invasiones provenientes del norte.
Cuando al final de la historia llegan
a Britania, se enfrentan, en nombre de la extinta "XII Legión del
Dragón", contra Wulfila en una batalla en la cual mueren varios
acompañantes del emperador, Demetrio, Orosio, Batiato y Vatreno, el niño
asesina a Wulfila con la espada de Julio César y así se termina la batalla
conocida como "mons Badonicus". Relata la historia que al ver tantas
muertes por su causa, Rómulo arroja la espada a un lago, quedando así
incrustada en una piedra. Se narra también cómo Rómulo Augusto, hijo del Dragón
por la legión fue llamado en Britania como Pendragón, y a su tutor Myrdin, a
quien luego la gente le deformó el nombre en Merlín. Pendragón y una muchacha
Ygraine Hija de Kustennin, o Constantinus en Roma tuvieron un hijo llamado
Artus.
La historia más aceptada es aquella en
que Arturo, moribundo, ordena a uno de sus caballeros que arroje su espada al
estanque en el que habita Nimue, la Dama del Lago.
Este caballero, que primero desobedece y luego acepta la orden de muy mala
gana, es llamado Griflet, Bedivere, Lanzarote o Perceval,
de acuerdo al relato.
Cuando el caballero lanza la espada al
estanque, una mano vestida de seda blanca Nimue surge de la superficie del
agua, toma la espada y luego desaparece en las profundidades. Este relato sobre
el retorno de Excálibur al lago podría estar basado en las costumbres de
algunos pueblos celtas de lanzar a los lagos algunas pertenencias de los
grandes guerreros que acababan de morir como ofrenda a sus dioses.
Se dice también que la espada descansa
junto con el Rey en Avalón aguardando el día de su regreso.
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