Inicialmente denominada MELANCOLÍA, y frecuentemente confundida
con ella, la depresión del
latín depressus, abatimiento es uno de los trastornos psiquiátricos
más antiguos de los que se tiene constancia. A lo largo de la historia se
evidencia su presencia a través de los escritos y de las obras de arte, pero
también, mucho antes del nacimiento de la especialidad médica de la psiquiatría,
es conocida y catalogada por los principales tratados médicos de la Antigüedad.
El origen del término 'MELANCOLÍA' se encuentra, de hecho, en Hipócrates,
y se mantiene en el Renacimiento, especialmente en los años dorados de la
melancolía en la cultura europea, 1575-1630. Hay que esperar hasta el año 1725 para que el británico sir Richard Blackmore rebautice ese mal con el término
vigente de depresión. Hasta el
nacimiento de la psiquiatría científica, en pleno siglo XIX,
su origen y tratamientos, como el del resto de los trastornos mentales,
basculan entre la magia y una terapia ambientalista de carácter empírico dietas,
paseos, música...
Con el advenimiento de la biopsiquiatría y el despegue de la farmacología pasa a convertirse en una enfermedad más. De hecho el éxito de los modernos
antidepresivos ha reforzado el mito
del fármaco de la sociedad
occidental del siglo XX. La medicina oficial moderna considera cualquier
trastorno del humor que disminuya el rendimiento en el trabajo o límite la
actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea o no conocida,
como un trastorno digno de atención médica y susceptible de ser tratado
mediante farmacoterapia o psicoterapia.
La cultura
griega clásica explicaba
todas las enfermedades y los cambios de temperamento o "humor" a
partir de la influencia de cuatro líquidos corporales denominados
"humores": la sangre, la flema, la bilis negra y la bilis amarilla.
Según esta teoría de los cuatro humores propuesta por Hipócrates un exceso de sangre provocaba
comportamientos hiperactivos maníacos, en la terminología actual, mientras que
el exceso de bilis negra provocaba un comportamiento abatido, apático y un
manifiesto sentimiento de tristeza. El
término "bilis negra" o "MELANCOLÍA",
pasó a convertirse en sinónimo de tristeza.
Los romanos antiguos tenían en latín
su propia manera de llamar a la bilis negra, atra bilis bilis oscura, de la cual se deriva la
palabra española "atrabiliario", que significa de triste semblante;
pero el término médico mantuvo el originario griego.
Hipócrates explicaba no sólo el comportamiento
sino las propias salud y enfermedad mediante el equilibrio de estos humores en
el cuerpo. Denominaba crasis al equilibrio entre ellos y llamaba crisis a la expulsión de los humores mediante
procesos fisiológicos como el sudor, los vómitos, la expectoración, la orina, o las heces. El médico debía
averiguar cuál era el momento "crítico" aquel en el que se debía
producir la expulsión de los malos humores para facilitarlo mediante la
aplicación de los correspondientes tratamientos.
El origen del vocablo depresión se
encuentra en la expresión latina: de y premere empujar u oprimir hacia abajo. Su uso
se registra por primera vez en Inglaterra en el siglo XVII.
Richard Blackmore, médico de Guillermo III de Inglaterra y poeta, habla en 1725 de estar deprimido en profunda tristeza y
melancolía. Robert Whytt, 1764, relaciona depresión
mental con espíritu,
bajo hipocondría y
melancolía. En 1808 Hacia el siglo XIX el término
depresión va ganando terreno y se usa junto al de melancolía para designar a la
enfermedad, mientras este último término siguió conservando su uso popular y
literario.
Wilhem Griesinger empleó por primera vez el término estados
de depresión mental como
sinónimo de melancolía. Emil
Kraepelin la designa
como locura depresiva en una de sus clasificaciones, sin abandonar el término
melancolía para nombrar la enfermedad, y manteniendo depresión para referirse a
un estado de ánimo; afirmaba que las melancolías eran formas de depresión
mental, expresión que se le atribuye. Adolf Meyer propuso abandonar el término
melancolía y sustituirlo por el de depresión.
En esta batalla por la nomenclatura se
llegó a la redundancia de llamar MELANCOLÍA
a la depresión con síntomas leves. El término ciclotimia fue usado por Karl Ludwig Kahlbaum en 1863 para designar las variaciones de las
fases depresiva y maníaca, a modo de ciclos repetitivos y periódicos.
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