domingo, 20 de abril de 2014

EL GÉNESIS



GÉNESIS, "nacimiento, creación, origen", en Génesis 2:4, "generación", que prefiere como título, "en el principio", siguiendo Génesis 1:1 es el primer libro de la  Torá "La Ley" o Pentateuco y también el primer libro del Tanaj, la biblia hebrea conocida por los cristianos como el Antiguo Testamento.

El libro del Génesis no menciona a ningún autor. Muchos estudios académicos están de acuerdo en que tiene varias fuentes, redactadas por varios religiosos, por ejemplo en la época del cautiverio en Babilonia, y que tiene muchos autores.

Durante la mayor parte del siglo XX, los estudios académicos sobre los orígenes del génesis estuvieron dominados por la hipótesis documentaria formulada por Julius Wellhausen a finales del siglo XIX. Esta hipótesis ve el Génesis como una compilación de fuentes inicialmente independientes: el texto J, llamado así por su uso del término YHWH, JHWH en alemán como el nombre de Dios; el texto E, llamado así porque usa Elohim como el nombre de Dios; y el texto P, o fuente sacerdotal, debido a su preocupación por el sacerdocio de Aarón y los levitas. Estos textos fueron compuestos de forma independiente entre 950 a. C. y 500 a. C. y sufrieron numerosos procesos de redacción, culminando en su forma actual alrededor de 450 a. C. Se han identificado varias fuentes adicionales que no se pueden atribuir a ninguno de los tres documentos originales, especialmente Génesis 14 la batalla de Abraham y los "Reyes de Oriente", y la "Bendición de Jacob".

La tradición de la autoría de Moisés del Pentateuco. Entre los estudiosos medievales se mantuvo incuestionada hasta la hipótesis de Wellhausen.

En la primera mitad del siglo XX, la ciencia de la arqueología bíblica, desarrollada por William F. Albright y sus seguidores, combinada con la aplicación de nuevos métodos de estudio como la crítica de fuentes y la historia de la tradición, desarrollada por Hermann Gunkel, Robert Alter y Martin Noth, parecen demostrar que las historias del Génesis están basadas en tradiciones orales del II milenio a. C. Así, a mediados del siglo XX parecía que la arqueología y el mundo académico habían reconciliado la hipótesis de Wellhausen con una versión modificada de la autoría de Moisés.

Este consenso fue roto en los años 70 con la publicación de dos libros: "La historicidad de las narraciones patriarcales" (1974) de Thomas L. Thompson y "Abraham en la historia y la tradición" 1975 de John Van Seter. En ellos se señalaba que la evidencia arqueológica que conectaba al autor del Génesis al II milenio a. C. podría apuntar igualmente al I milenio y que las tradiciones orales no eran tan fácilmente recuperables como Gunkel y otros habían afirmado. Un tercer trabajo, "La fabricación del Pentateuco" 1987 de R.N. Whybray analizaba las asunciones que subyacían en el trabajo de Wellhausen y las consideró ilógicas y poco convincentes, mientras que William G. Dever atacó las bases filosóficas de la arqueología bíblica de Albrightean, argumentando que no era ni deseable ni posible usar la Biblia para interpretar los registros arqueológicos.

Para muchos, los once primeros capítulos del Génesis merecen ser considerados aparte del resto, pues describen en una forma popular el origen y creación del mundo, el hombre y la vida en general. En la actualidad, la gran mayoría de los cristianos consideran los primeros capítulos del Génesis como escritos simbólicos, que no deben ser entendidos literalmente. Sin embargo, unos pocos creen que son históricamente correctos.

La historia de la creación del mundo comienza con una contradicción sustancial entre el primer capítulo y el segundo capítulo del Génesis. En el primer capítulo Dios crea primero a los animales, y entonces crea al hombre y a la mujer a su imagen, sin establecer ninguna prioridad entre ellos Génesis 1:25-26; pero en el segundo capítulo, en Génesis 2:4 aparece una nueva introducción a un relato distinto: Dios, esta vez llamado Iahveh, Jehová crea primero al primer hombre, Adán y lo ubica en el huerto del Edén; más adelante crea a los animales y por último crea a la primera mujer, Eva, de una costilla de Adán.

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