ANAXIMANDRO fue un filósofo jonio considerado el primer científico,
al usar la experimentación como método demostrativo. Nació hacia
el año
610 a. C. en
la ciudad jonia de Mileto Asia Menor
y murió aproximadamente en el 546 a. C.
Discípulo y continuador de Tales,
compañero y maestro de Anaxímedes;
se le atribuye sólo un libro, que es sobre la naturaleza, pero su palabra llega
a la actualidad mediante comentarios doxográficos de otros autores. Se le
atribuye también un mapa terrestre, la medición de los solsticios
y equinoccios por medio de un gnomon, trabajos
para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que
la Tierra es cilíndrica y ocupa el centro del Universo.
La respuesta dada por Anaximandro a la
cuestión del arché puede considerarse un paso adelante
respecto a Tales del que Anaximandro probablemente fue discípulo. El arché es
ahora lo ápeiron de a: partícula
privativa; y peras: ‘límite, perímetro’, es decir,
lo indeterminado, lo ilimitado, que es precisamente, según hemos dicho, el
concepto de lo que vamos buscando. Lo que es principio de determinación de toda
realidad ha de ser indeterminado.
Precisamente ápeiron designa de manera abstracta esta
cualidad. Lo ápeiron es eterno, siempre activo y
semoviente. Esta sustancia, que Anaximandro concibe como algo material, es «lo
divino» que da origen a todo. De Anaximandro se conserva este texto, que es el
primero de la filosofía y el primer texto en prosa de la Historia: “El principio arché de todas las cosas es
lo indeterminado ápeiron.
Ahora
bien, allí mismo donde hay generación para las cosas, allí se produce también
la destrucción, según la necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y
la reparación de la injusticia, según el orden del tiempo”
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