Desde 1492, Michel Sittow trabajó para Isabel la Católica
como pintor de cámara junto a otros pintores procedentes de diversas partes de
Europa. Era conocido en la corte castellana como Melchior Alemán, aunque en las cartas intercambiadas con el
emperador Maximiliano I y la archiduquesa Margarita de Austria se le denomina Mychel Flamenco. Fue el pintor mejor pagado de la corte con un sueldo anual de 50.000
maravedís.
Michel Sittow
creó una tierna y penetrante imagen de Catalina. Nos muestra a la joven
princesa de diecinueve años con la cabeza levemente inclinada hacia abajo y la
mirada caída, como si estuviese perdida en sus pensamientos, a la vez que
esbozaba una tímida y disimulada sonrisa. Ya no era la niña que había pintado
con majestuosidad y delicadeza años atrás Juan de Flandes.
Su cara de
adolescente había pasado a ser la de una mujer de ojos claros, boca pequeña y
cejas bien perfiladas. Las facciones infantiles habían desaparecido. Su cuello
se había formado elegante y esbelto y sus mofletes habían engordado un poco. Su
pelo color dorado oscuro se cubría con una toca de terciopelo negro. El artista
dio a Catalina un doble halo del grosor de un trazo de lápiz.
Rodeaba su cuello una gruesa gargantilla de oro en la que se alternaban
rosas y letras K la inicial de su nombre en inglés, Katherine. También
colgaba de él un largo collar de oro. El escote cuadrado de su vestido de
terciopelo carmesí estaba decorado con pequeñas conchas de vieira doradas, un
sutil homenaje a Santiago, el santo más reverenciado de España, cuya capilla
visitó Catalina antes de zarpar rumbo a Inglaterra. En el centro estaba
incrustada una letra C dorada la inicial de su nombre en castellano,
Catalina.
Parece que este
retrato es la tabla que encontramos en el inventario de los bienes de Margarita
de Austria “Item, ung aultre tableau bien fait
apres la royenne d’Angleterre, a nuz chief, ayant une robbe de velours
cromoisy, une chaine d’or au col, y pendant une baguette”. La archiduquesa
tuvo pues en su posesión el retrato de Catalina de Aragón.
El historiador del arte Miguel Angel Zalama plantea la hipótesis que los cuadros de la princesa de Gales pudieron haber sido entregados por la propia Catalina en la visita que su hermana Juana y Felipe el Hermoso hicieron a Inglaterra en 1506, quizá con la intención de que se los diese a su padre y pudiese enviarlos a las cortes europeas para concretar un nuevo matrimonio. Se encuentra en la actualidad en el Kunsthistorisches Museum de Viena.
El historiador del arte Miguel Angel Zalama plantea la hipótesis que los cuadros de la princesa de Gales pudieron haber sido entregados por la propia Catalina en la visita que su hermana Juana y Felipe el Hermoso hicieron a Inglaterra en 1506, quizá con la intención de que se los diese a su padre y pudiese enviarlos a las cortes europeas para concretar un nuevo matrimonio. Se encuentra en la actualidad en el Kunsthistorisches Museum de Viena.
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