Un hormiguero es un refugio donde habitan las hormigas.
Los hormigueros generalmente están formados por un conjunto de túneles,
entradas y montículos comúnmente de tierra o arcilla
sobre la colonia subterránea, que forma parte de la misma y son construidos
progresivamente por las hormigas, con la misma tierra que extraen del suelo. Hay cámaras de
cría, para almacenaje de comida o de acoplamiento. La colonia se construye y
mantiene por legiones de hormigas obreras. La comida se introduce en el
hormiguero llevada por las obreras tras recogerla del entorno circundante y se
le puede seguir el rastro de hormiguero en hormiguero mediante el uso de isótopos
estables.
Las colonias de hormigas son eusociales,
y son similares a las de otros himenópteros
sociales, aunque varios de éstos grupos desarrollaran una socialidad
independiente por evolución convergente. Los huevos son puestos por una o varias «Reinas».
Las reinas son diferentes a las demás castas, y son las más grandes entre todas
las hormigas, sobre todo su abdomen y tórax que están mucho más desarrollados. Sus
única tarea es poner huevos para incrementar el número de individuos de la
colonia. La mayor parte de los huevos puestos por las reinas se desarrollan
para producir hembras estériles sin alas, llamadas «Obreras». En la mayor parte
de especies de hormigas, periódicamente enjambres de nuevas reinas aladas y
machos también alados abandonan el hormiguero para aparearse. Los machos
mueren poco después del vuelo nupcial, mientras que las hembras que se
han apareado y han sobrevivido buscan un lugar adecuado para empezar una nueva
colonia; allí se arrancan las alas y empiezan a poner los huevos y a cuidarlos.
Las hembras almacenan el esperma que obtienen durante su vuelo nupcial para
fertilizar de manera selectiva los futuros huevos.
Se pueden construir hormigueros artificiales como objeto
de investigación o como simple afición. A estas construcciones se les llama
hormigueros, terrarios o granjas de hormigas y formicarium. Generalmente se construyen muy estrechos y con
paredes de cristal o plástico transparente para poder ver a las hormigas en su
interior.
Lo más habitual es que las hormigas se muestren agresivas
con los miembros de otras colonias y formen colonias simples. Sin embargo, en
algunas especies las obreras se mezclan con las de otros hormigueros. Un grupo
de colonias donde las hormigas no se exponen a la agresión mutua es conocido
como una supercolonia. Las poblaciones de las supercolonias no necesariamente
se encuentran en un área contigua.
Hasta el año 2000, la supercolonia de hormigas más grande
conocida estaba en la costa de Ishikari en la isla de Hokkaido,
Japón.
Se estimó que la colonia contenía 306 millones de hormigas obreras y un millón
de hormigas reinas viviendo en 45.000 hormigueros interconectados por pasos
subterráneos sobre un área de 2,7 km².
En el 2000, una enorme supercolonia de hormigas argentinas fue encontrada en Europa del
Sur, informe publicado en 2002. De 33 poblaciones de hormigas
estudiadas en una extensión de 6,000 kilómetros a lo largo del Mediterráneo y las costas Atlánticas del sur de Europa, desde el norte de
Italia
hasta la costa Atlántica de España y Portugal, pasando por el sur de Francia,
30 pertenecían a una supercolonia con millones de hormigueros y mil millones de
obreras, entremezcladas con tres poblaciones de otra supercolonia.
Los investigadores afirman que este caso de unicolonialismo no puede ser
explicado por la pérdida de su diversidad genética debido al cuello de botella genético de las hormigas
importadas.
Otra supercolonia, de aproximadamente 100 kilómetros de
longitud, fue encontrada en Melbourne, Australia, en 2004
Un hormiguero, en su forma más simple, es un montón de
tierra, arena, hojas, o arcilla o una mezcla de estos y otros materiales que
acumulan en las entradas de estas viviendas subterráneas cuando las excavan.
Una colonia es construida y mantenida por legiones de hormigas obreras, que
llevan trozos diminutos de estos materiales en sus mandíbulas y los depositan cerca de la
salida de la colonia.
Muchas especies de hormigas construyen hormigueros
complejos, pero otras son nómadas y no construyen estructuras permanentes. Las
hormigas pueden construir colonias subterráneas o construirlas en árboles.
Estos nidos pueden encontrarse bajo tierra, bajo piedras o troncos, en el
interior de troncos, tallos
huecos o incluso bellotas.
Las hormigas
legionarias de América del Sur y las hormigas viajeras de África,
género Dorylus no construyen hormigueros
permanentes sino que van alternando el nomadismo con etapas en que las obreras
forman un nido temporal creando una estructura utilizando los propios cuerpos
de las hormigas obreras vivas sujetándose unas a otras para proteger a la
reina y a las larvas, y que deshacen posteriormente cuando las hormigas
continúan con su viaje.
Las obreras de la hormiga verde construyen nidos en los árboles uniendo hojas;
primero las sujetan por medio de «Puentes» de obreras y después hacen que las
larvas produzcan seda mientras las mueven por los bordes de las hojas. Se han
observado métodos de construcción similares en algunas especies de Polyrhachis.
Las hormigas eligen cuidadosamente el lugar donde
construir la colonia; Temnothorax
albipennis evita los lugares con hormigas muertas, puesto que esto puede
indicar la presencia de parásitos o enfermedades. Abandonan rápidamente las
colonias ya establecidas a la primera señal de amenaza.
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