Siddhartha Gautama Lumbini,
siglo V-IV a. C. también llamado Sakyamuni, el ‘sabio del clan sakia’ y Buda, fue un importante religioso nepalí,
fundador del budismo.
En idioma sánscrito, el término buddha significa ‘Despierto, iluminado, inteligente’.
Es una figura religiosa sagrada para dos de las
religiones con mayor número de adeptos, el budismo fue fundador de la religión
budista y primer «gran iluminado» y el hinduismo que lo considera un avatar del
dios Visnú.
Aunque existen muchas leyendas, se concuerda en que fue
un líder religioso conocido como Siddhartha Gautama. Vivió en una época de
cambio cultural en que se atacaban los procedimientos religiosos tradicionales
de la India. Fue uno de los reformadores que dio un impulso renovador en el
ámbito religioso dhármico que se propagó más allá de las fronteras de la India
y terminó transformándose en una de las grandes religiones del mundo, el budismo.
Se pueden considerar cinco fases en la evolución de las
biografías y hagiografías de Buda. La incorporación de fragmentos biográficos
en los nikaya, es decir, en las cinco colecciones de textos que constituyen el
Suttapitaka del canon pali: Dighanikaya, Majjhimanikaya, Samyuttanikaya, Anguttaranikaya
y Khuddakanikaya. Las biografías parciales o completas incluidas en los códigos
monásticos de conducta vinaya. Las hagiografías independientes, aunque
incompletas, compuestas por diferentes escuelas a principios de nuestra era, en
las que incluye el Mahavastu y el Lalitavistara. Las vidas completas, desde el descenso del
paraíso Tusita hasta los funerales de Sakyamuni, escritas por contemporáneos
del rey Kaniska, entre las que destaca el Buddhacarita de Asvaghoa, conservado
en sánscrito y tibetano. A ésta hay que añadir otras dos que sólo se conservan
en chino, una compuesta por Sangharaksa en Gandhara y otra de autor desconocido.
Y por último las compilaciones cingalesas, que transmitieron los textos pali
que contenían los fragmentos más antiguos de la vida del maestro. El Mahavagga
del Suttanipata contiene algunos sutta que relatan el encuentro con Bimbisara,
la batalla con Mara y la profecía de Asita. Lamotte se inclina a ver estos
fragmentos como adaptaciones pali de fuentes del norte, probablemente de las
vidas escritas en sánscrito. En esta fase se incluye en Nidanakatha, que sirve
de introducción a las jataka pali y el comentario al Buddhavamsa de
Buddhadatta, que recoge los hechos de los veinte primeros años de ministerio de
Sakyamuni.
Siddhartha nació en el seno de una familia noble del clan
de los sakia. El nombre Gautama indica que pertenecía al gautamá-gotra, el
linaje del mítico sabio Gótama. Su lugar de nacimiento fue en Lumbiní, el reino
de Kapilavatthu, una aldea del Terai en el actual Nepal que está a los pies de
los montes Himalaya.
Según la tradición oral, Suddhodana, el padre de Siddhartha,
era el rey que gobernaba el clan sakia. Por este motivo Buda también es
conocido como Sakya Muni, sakya-muni, el ‘Sabio de los shakia’.
Su madre Maia Deví era una de las esposas del rey.
Siddharta fue el nombre escogido para el recién nacido, que significa ‘la meta
perfecta’ o ‘la meta de los perfectos’. La reina Maia, madre de Siddharta,
murió justo al nacer su hijo, que fue educado por su tía Payapati
Según la tradición oral, poco después de su nacimiento
fue visitado por el brahmán Asita, un asceta de gran reputación por su
sabiduría y por sus dotes para interpretar presagios. El sabio brahmán
profetizó que Siddharta llegaría a ser un gran gobernante o un gran maestro
religioso, lo que consternó a Suddhodana, que quería que su hijo siguiera sus
mismos pasos y que un día le sucediera en el trono. Por ello su padre lo
protegió de la dureza de la vida, fuera de palacio, para evitar que el hijo desarrollara
su tendencia hacia lo espiritual. Pensó que el mejor modo de evitarle la
tendencia a la religiosidad consistía en impedirle toda experiencia con el lado
amargo de la vida, de modo que creó en torno de él una vida llena de placeres y
con el menor contacto posible con el sufrimiento de la realidad.
Dice la leyenda que Maia fue fecundada por un pequeño y
bello elefante provisto de seis colmillos que hirió delicadamente su regazo sin
causarle dolor. Al nacer, el pequeño Siddharta habría aparecido ante su madre
sobre un loto mientras una suave lluvia de pétalos caía sobre ambos, y dijo:
«Triunfaré sobre el nacimiento y la muerte y venceré a todos los demonios que
hostigan al humano».
Según otra versión, Maia soñó una noche que un pequeño
elefante con seis cuernos y cabeza de color rojo rubí bajaba del cielo y
entraba en su vientre por el lado derecho. Ocho sacerdotes le explicaron a su
esposo que el niño sería santo y alcanzaría la sabiduría perfecta. Más tarde
ella salió al jardín con sus sirvientas y caminó bajo un árbol sala, el
cual se inclinó. La reina se colgó de una rama y miró a los cielos. En ese
momento Siddharta surgió de su lado.
Dice también la leyenda, que cuando Gautama nació
recobraron la vista los ciegos, los sordomudos
hablaron y una música celestial llenó el mundo.
Los primeros 29 años de la vida del príncipe Siddharta
Gautama Buddha, transcurrieron completamente ajenos a toda actividad
espiritual, siempre vivió con su familia. Los detalles de la infancia y
juventud de Siddharta narran una vida rodeada de enorme lujo y comodidad.
Recibió la mejor educación y formación posibles en su tiempo.
Siddharta comenzó a sentir curiosidad por conocer cómo
eran las cosas en el mundo exterior y pidió permiso a su padre para satisfacer
su deseo. Suddhodana accedió, pero preparó la salida de su hijo ordenando que
despejaran las calles de toda visión que pudiera herir la sobreprotegida
conciencia del príncipe. No obstante, sus cuidadosos arreglos fracasaron pues
Siddharta, aclamado por la multitud a su paso por las calles, no pudo dejar de
percibir el dolor bajo sus formas más agudas, por primera vez se percató de la
vejez, enfermedad y muerte.
La historia de Barlaam y Josafat nos cuenta que el
descubrimiento de la vejez, la enfermedad y la muerte fue traumático para
Siddharta. Se dio cuenta de que también él estaba sujeto al mismo sufrimiento y
su ánimo se tornó sombrío, pues se preguntaba cómo alguien podía vivir en paz y
felicidad si esto era lo que le deparaba la vida. En una nueva salida al
exterior, el príncipe vio a un anacoreta, un monje
mendicante, del cual se sintió impresionado por su carácter apacible. Decidió
adoptar, también él, la vida de los monjes que vivían en extremo ascetismo, pasando antes unos años como
mendigo.
Siddharta vivió como un príncipe hasta los 29 años; luego
abandonó su hogar, dejando atrás a su esposa Yasodhara y a su hijo. Partió con
la cabeza rapada y ataviado con un vestido amarillo de itinerante, sin dinero
ni bienes de ninguna clase, en busca de la iluminación. Más tarde descubrió que
todo extremo es malo
En su camino, Siddharta aprendió de la mano de cuatro
diferentes maestros. Con ellos aprendió diferentes técnicas de meditación y
logró altos estados de conciencia. En esencia, las distintas ideas que examinó
Siddharta intentaban redefinir la unión del individuo, Atman con un absoluto Brahman
para así lograr la liberación. Pero a pesar de sus grandes logros con estas
prácticas, no encontró en ellas satisfacción para sus preguntas. Entonces, en
un intento por doblegar totalmente al mundo sensorial, Siddharta probó a
someterse a austeridades tan extremas que casi ocasionaron su muerte, pero aun
así tampoco encontró solución a su problema. Por esto decidió investigarlo de
una manera nueva y diferente.
Aprendió dos cosas de suma importancia: primero, que el
ascetismo extremo no conducía a la liberación total, sino que era preciso algo
más; y segundo, que, alcanzado cierto punto, ningún maestro era capaz de
enseñar nada más. Siddhartha partió decidido a no seguir buscando fuentes
externas de sabiduría, sino a encontrarlas dentro de sí mismo.
Una versión mítica de esta etapa de su vida nos dice que
Siddharta, en sus extremas prácticas de ascetismo, después de algunos días sin
comer ni beber agua, pocos minutos antes de su muerte, escuchó a un maestro que
estaba enseñándole a una niña a tocar el sitar. Dicho maestro le dijo que si la
cuerda estaba muy floja no sonaría, pero si la cuerda del sitar se encontraba
muy tensa se rompería: la cuerda debía estar en su justa tensión para que
pudiera dar música y armonía. En ese momento Siddharta comprendió el camino del
medio: tanto el ascetismo extremo como la vida de placeres del palacio eran dos
extremos, y la verdad se hallaría en la justa medida entre el placer exacerbado
y el ascetismo extremo.
Al final de su periplo Siddharta caminó a un lugar
llamado Bodhgaya, en el estado indio Bihar,
hasta sentarse bajo la sombra de un árbol llamado bo o bodhi,
considerado el árbol de la sabiduría.
Una noche de luna llena decidió no levantarse hasta que
hallara la respuesta al sufrimiento. Pasó varias semanas debajo de este árbol.
Como empezó una terrible tormenta, de debajo de las raíces del árbol surgió Muchilinda,
el rey de los nagas o serpientes, se enroscó alrededor de Gautama y lo cubrió
con su caperuza. Finalmente Gautama tomó conciencia de que ya se había liberado
definitivamente. Comprendió las Cuatro Nobles Verdades. Ya no pesaba sobre él
la ilusión del falso yo: su verdadero ser estaba más allá de las dualidades del
aferramiento y la repulsión; había trascendido el espacio y el tiempo, la vida
y la muerte. Comprendió que nunca más volvería a renacer, que había roto el
eterno girar de la rueda del samsara.
Esto es el nirvana.
Contando para entonces 35 años, según la leyenda,
Siddharta despertó de sus meditaciones como un Buda ‘despierto’, ‘iluminado’ y
siguió sentado bajo el árbol bodhi
durante cierto tiempo, disfrutando de la dicha de la renunciación, de la
liberación. Después empezó a enseñar sobre el nirvana a quien le oyera; fundando lo que se conoce en Oriente
como Buddha-Dharma, la enseñanza del buda; en occidente se conoce más
comúnmente como el budismo.
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