jueves, 15 de enero de 2015

ALCORNOQUE



ALCORNOQUE, es un árbol de porte medio, de hoja perenne, nativo de Europa y del norte de África. Muy extendido antropomórficamente por la explotación de su corteza de la que se obtiene el corcho. El alcornoque suele conocerse coloquialmente, especialmente los ejemplares jóvenes, como chaparro.
Sus hojas tienen de 4 a 7 cm de longitud, pueden ser lobuladas o aserradas, de color verde oscuro en el haz y más claras por el envés. Sus bellotas son de 2 a 3 cm de longitud.
Tiene una corteza gruesa y rugosa. Con el tiempo la corteza llega a tener un grosor considerable, y se puede recolectar de 9 Cádiz a 14 Sierra de Espadán años, según la calidad de estación en que se encuentre corcho, sobre todo por la cuantía y distribución anual de precipitaciones. El grosor óptimo de recolección lo marca el diámetro de los tapones, puesto que es el producto obtenido del corcho con mayor valor añadido. Un tapón estándar tiene 24 mm, por lo que un grosor óptimo de corcho sería de unos 30 mm. La recolección del corcho no daña en absoluto al árbol, ya que puede volver a producir una nueva capa, haciendo el recurso totalmente renovable. El árbol se cultiva extensamente en España, Portugal, Argelia, Marruecos, Francia, Italia y Túnez. Los alcornocales cubren una superficie de 2,5 millones de hectáreas en estos países. Portugal tiene el 50 % de la producción mundial, y en este país la tala está prohibida excepto por gestión forestal o para árboles viejos e improductivos.
Los chaparros viven entre 150 y 250 años. El corcho bornizo es el que se obtiene en la primera recolección, que se hace cuando el árbol alcanza los 30-50 años de edad. A partir de entonces se puede recolectar cada 9-14 años. La recolección del corcho es completamente manual.
La industria europea del corcho produce 340 000 toneladas de corcho al año, por un valor de 2,5 millones de euros a un valor promedio de 0,7 céntimos de euro por kilo de corcho, y da empleo a 30 000 personas con una excelente relación de un empleo creado por cada 83 euros de corcho. Los tapones para vino representan un 15 % del uso del corcho en peso, pero representa un 80 % del negocio.
El alcornoque es uno de los componentes del bosque mediterráneo y demanda climas de inviernos más suaves y húmedos que la encina, que en gran medida lo sucede conforme se va continentalizando el clima. Una de las razones es que la bellota del alcornoque se produce en los meses de septiembre migueleñas hasta enero, cuando las heladas son mucho más frecuentes.
El desarrollo del corcho parece ser fruto de la evolución de la especie para la protección contra el fuego, frecuente en este clima de veranos tan secos.
Su interés económico permite la conservación de extensas zonas de monte allí en los países donde habita, así como su desarrollo sostenible. La bellota es usada por una amplia variedad de animales para alimentarse, desde no migratorios hasta invernantes, como las grullas. En el Parque Nacional de Doñana, la zona de más alto valor ecológico, conocida como Las Pajareras, es una formación de gigantescos alcornoques dispersos en el límite del monte con la marisma. El alcornoque y su aprovechamiento sostenible también favorecen la conservación de sistemas adehesados de gran valor ecológico.
La extracción del corcho se realiza mediante el retiro de la corteza del alcornoque, donde se encuentra este material. Una vez extraída la corteza, el árbol queda "en descanso", y al cabo de algunos años la corteza se vuelve a extraer; esto se hace principalmente por dos motivos:
Porque la calidad de la corteza al año siguiente no es la misma en comparación a la extraída por "primera" vez.

Para evitar un eventual agotamiento de la producción del árbol.
 Una parte importante de la industria de corcho reside en España especialmente en Andalucía y en el sur de Extremadura, en donde se produce alrededor del 30 % de la producción mundial.
Entre los diversos usos del corcho, podemos destacar que se utiliza principalmente para sellar las botellas de bebidas alcohólicas como vinos, licores y cavas o champagne blancos, tintos, rosados, tranquilos, espumosos, etc., para lo cual se le realizan minuciosas pruebas de calidad. Luego, una vez seleccionadas las cargas aptas para su empleo, se remiten las que son deficientes y el material de corcho restante que no pudo ser utilizado debido al tipo de corte aplicado a la corteza a un centro de reciclaje, en donde se tritura todo y se forman planchas del denominado "aglomerado de corcho", mediante distintos procesos. El aglomerado resultante se utiliza en el revestimiento de cápsulas de satélites 5 a 6 mm de espesor, en el revestimiento de suelos existe una amplia gama de tarimas de corcho y paredes láminas o papel de corcho o fabricación de plantillas de calzado y ropa. El aglomerado de corcho posee diversas propiedades, como su resistencia al fuego, su absorción parcial de la humedad entre un 10 % y un 12 % y aislamiento térmico.
Otro uso importante de este material natural, y que cada vez tiene más auge, es el destinado a la construcción como material aislante acústico y térmico. También se utiliza corcho natural para sellar juntas de motores y a modo artesanal, ya sea para confeccionar artículos de decoración como bandejas, relojes, cuadros, marcos, maquetas, portales de belén y otros adornos similares.
La madera de alcornoque se ha utilizado tradicionalmente para hacer carbón vegetal, aunque no con tan buen resultado como la encina.
Sus frutos, las bellotas, son amargas y por lo tanto no son comúnmente utilizadas como comestibles, pero se utilizan para cebar animales, sobre todo a los cerdos ibéricos. Alimentando a los cerdos a base de, consecutivamente, bellota de melojo, quejigo, encina y alcornoque se consigue un recebo de varios meses que da una calidad excepcional al jamón resultante.

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