martes, 13 de mayo de 2014

LOS CONQUISTADORES

LOS CONQUISTADORES es la denominación que suele definir a los generales que extendieron el dominio de los imperios a los que pertenecían. Algunos de los conquistadores más destacados de la historia universal han sido: Ciro II el Grande, Alejandro Magno, Julio César, Atila, Gengis Kahn, Tamerlán, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler.

También se suele utilizar la denominación genérica de conquistadores, sobre todo en los idiomas no españoles, para denominar a los exploradores y guerreros españoles que conquistaron gran parte de América durante el siglo XVI.

Ciro II el Grande 590 a. C. a 530 a. C. fue el fundador del Imperio Aqueménide. Sus conquistas se extendieron sobre Media, Lidia y Babilonia, desde el Mar Mediterráneo hasta la cordillera del Hindu Kush, creando así el mayor imperio conocido hasta ese momento. El imperio fundado por Ciro mantuvo su existencia durante más de doscientos años, hasta su conquista final por Alejandro Magno 332 a. C.
Alejandro III de Macedonia, transliterado como Megas Alexandros; Pella, 21 de julio de 356 a. C. - Babilonia, 13 de junio de 323 a. C., rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte. Es considerado uno de los líderes militares más importantes de la Historia, por su conquista del Imperio Aqueménide.

Tras la unificación de múltiples ciudades-estado de la antigua Grecia bajo el dominio de su padre, Filipo II de Macedonia tarea que el hijo tuvo que repetir dos veces a causa de la rebelión de los griegos del sur tras la muerte de Filipo, Alejandro conquistó el Imperio Aqueménide, incluyendo Anatolia, Siria, Anatolia, Fenicia, Judea, Gaza, Egipto, Bactriana y Mesopotamia, y amplió las fronteras de su propio imperio hasta la región de Panyab. Antes de su muerte, Alejandro había hecho planes para girar hacia el oeste y conquistar Europa. También quería continuar la marcha hacia el este para encontrar el fin del mundo, ya que su tutor durante su niñez, Aristóteles, le había contado historias sobre el lugar donde la Tierra acababa y empezaba el Gran Mar Exterior. Alejandro integró extranjeros en su ejército y administración, lo que ha sido definido por algunos académicos como una "política de fusión". Favoreció el matrimonio entre miembros de su ejército y extranjeras, y lo practicó él mismo. Tras doce años de campañas militares continuas, Alejandro murió, posiblemente de malaria, fiebre tifoidea o encefalitis vírica.
Con ello, su dinastía, encarnada en individuos incapaces o de corta edad, llegó a su fin, y su imperio fue repartido entre sus generales, los llamados diadocos sucesores, pero sus conquistas resultaron en siglos de dominio y colonización griegas sobre áreas lejanas, conocido como período helenístico, una combinación de las culturas griega y mesoriental.
Roma vivió su período de máximo crecimiento territorial bajo la República romana 509-27 a. C. Bajo dicho régimen, Roma se vio envuelta en una serie de guerras que hacia el 290 a. C. la habían hecho dueña de Italia. Con el fin de expandir su influencia y garantizarse el control sobre la rica isla de Sicilia y posteriormente el de Hispania, el primer gran conflicto internacional en el que se vio envuelta fue el de las tres Guerras Púnicas contra Cartago. El general más célebre de la primera guerra 264-241 a. C., desarrollada en Sicilia, fue del bando enemigo, el general cartaginés Amílcar Barca. Con su derrota, Roma ganó Sicilia y Cerdeña, y se convirtió en una gran potencia mediterránea.

En la Segunda Guerra Púnica 219-201 a. C. Roma se enfrentó a Cartago por el dominio de Hispania y del Mediterráneo. En el conflicto, el más célebre de los tres, se enfrentaron los dos generales del momento: el romano Publio Cornelio Escipión el Africano, considerado uno de los mejores generales de la edad antigua, destacado por su ingenio y perspicacia para engañar al enemigo y motivar a su tropa, y que fue el único general romano capaz de derrotar al audaz Aníbal. Escipión ganó para Roma toda la costa mediterránea de Hispania, y, mediante la Batalla de Zama, se hizo con el control efectivo del África mediterránea occidental. Tras esta guerra, Roma pasaría a ser la principal potencia mediterránea. En la Tercera Guerra Púnica 149-146 a. C. Cartago fue destruida por Publio Cornelio Escipión Emiliano, famoso por haber ganado el interior de la Península Ibérica a Roma al vencer las Guerras Celtíberas 182-133 a. C.

Afianzado su dominio occidental, Roma se centró en el mediterráneo oriental, donde destacaron Lucio Emilio Paulo Macedónico, que anexionó Macedonia 168 a. C. Mario y Sila, que se hicieron con Numidia en la Guerra de Jugurta 112 a. C.-105 a. C. y que afianzaron la presencia romana en Asia Menor Sila, en la Primera Guerra Mitridática, 88-85 a. C. y en el sur de la Galia Mario en la Guerra Cimbria, 101 a. C.

Pompeyo Magno 106-48 a. C. fue uno de los generales más destacados de la siguiente generación, ganándose el sobrenombre Magno a semejanza de Alejandro de Macedonia. Primeramente reconquistó la Hispania revelada de Quinto Sertorio 77-73 a. C. y, comandó junto a Lucio Licinio Lúculo las tropas en la Tercera Guerra Mitridática 75-65 a. C. partió hacia Asia Menor, donde conquistó el Reino del Ponto, Siria, Judea, y toda Asia Menor. También Marco Licinio Craso se destacó por entonces venciendo a Espartaco

Socio político y después enemigo de Pompeyo fue Julio César, sin duda el conquistador romano más célebre, y una de las personalidades históricas de mayor renombre. De gran inteligencia, sagacidad y con una gran capacidad de previsión, Julio César destacó por haber ganado la Guerra de las Galias 58-51 a. C. en la que se enfrentó y derrotó a centenares de tribus galas. En su informe de las mismas, De Bello Gallico, César relata la conquista mediante una serie de astutas estratagemas y unas pocas batallas que lo colocaron en el primer plano como uno de los militares de más éxito y economía de medios de la historia. También provocó, mediante su famoso cruce del Río Rubicón, la Segunda Guerra Civil de la República de Roma 49-45 a. C., en la que venció a los republicanos encabezados por Pompeyo, y estableció su dictadura personal sobre Roma, al tiempo que convertía a Egipto en un cliente romano.

Tras su asesinato 44 a. C., sus sucesores, Marco Antonio y Octavio Augusto, se enfrentaron entre sí en un conflicto del que salió vencedor el segundo, quien se hizo con el control definitivo del Estado romano y fue proclamado príncipe y emperador que en conflictos anteriores había sido fieles aliados de Roma, Roma controlaba todas las costas mediterráneas, y se adentraba hasta el Danubio y el Rin en el norte, y hasta el río Tigris en el este. Dentro del régimen imperial, destacarían por sus conquistas Claudio, que anexionó Britania y Mauritania (aunque no dirigió personalmente a las tropas, sino que se encargó de la logística y la estrategia general); Vespasiano, que participó en las campañas británicas de Claudio y aplastó una gran revuelta en Galilea.

Trajano 53-117, en 106 d. C. pacificó las regiones germánicas por los próximos 200 años; en 115 suprimió la gran revuelta judía en todo Oriente próximo, conquistó Dacia, Arabia Pétrea, Armenia, Mesopotamia, y Asiria, derrotando así al imperio parto, y llevó al imperio romano a su máxima extensión territorial.

Aureliano, que heredó un imperio fragmentado él sólo controlaba Italia y África occidental y lo reconquistó; Diocleciano, que aplastó a los germanos y reunificó el Imperio; Juliano el Apóstata, que derrotó a los germanos en la Galia, y luego invadió Germania, haciéndoles pagar tributo; Aecio, llamado «el último de los romanos» que derrotó a Atila en la Batalla de los Campos Cataláunicos 451 d. C. y recobró los territorios conquistados por aquél.

Atila 406-453 fue el último y más poderoso líder de los hunos. Gobernó el mayor imperio europeo de su tiempo desde el 434 hasta su muerte. Sus posesiones se extendían desde Europa Central hasta el Mar Negro, y desde el Danubio hasta el mar Báltico. Durante su reinado fue uno de los más acérrimos enemigos de los Imperios romanos Oriental y Occidental: invadió dos veces los Balcanes, estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma y llegó a sitiar Constantinopla en la segunda de las ocasiones. Marchó a través de Francia hasta llegar incluso a Orleans antes de que le obligaran a retroceder en la batalla de los Campos Cataláunicos Châlons-sur-Marne, y logró hacer huir al emperador Valentiniano III de su capital, Rávena, en el 452.

Su imperio murió con él y se convirtió en una figura legendaria de la historia de Europa. En gran parte de la Europa Occidental se le recuerda como el paradigma de la crueldad y la rapiña. Algunos historiadores, en cambio, lo han retratado como un rey grande y noble, y tres sagas escandinavas lo incluyen entre sus personajes principales.

Genghis Khan fue un conquistador mongol que, al mando de una confederación de pueblos nómadas con un ejército de arqueros a caballo, se caracterizó por conquistar un territorio que se extendía desde Europa Central hasta el sur de Asia, probablemente el más extenso de la Historia conquistado por un solo hombre. Entre los reinos conquistados se encontraban el de la Imperio Jin en el norte de China 1211-1216, el Imperio tanguta, el Kanato de Kara-Kitai y el Imperio corasmio. Gengis Kan significa en lengua mongol «el emperador de todos los hombres».

Túpac Yupanqui nació en el Cuzco, como hijo del inca Pachacútec y de su esposa la coya Anahuarque. Su nombre se traducía el Resplandeciente y desde temprano fue señalado por su padre Hatun Auqui o príncipe heredero. Tenía 16 años aproximadamente cuando su padre lo designó como correinante. Fue un guerrero nato y expandió las fronteras del Imperio reforzó las fortalezas en el Reino del Cuzco. Fue uno de los mayores conquistadores que haya producido la raza amerindia, aunque su propio hijo Huayna Cápac y posteriormente Atahualpa expandieron las fronteras imperiales más allá de sus dominios. En el siglo XV Túpac conquisto el reino Cañari Ecuador, llegando a los límites del reino de Quito, siendo otra de sus famosas conquistas, la del Imperio Chimú, integrando al Tahuantinsuyo toda la costa norte del Perú, conquisto casi toda Bolivia y las dos terceras partes de Chile, llegó al este hasta el país de los Mojos. Cruzó dos veces la línea ecuatorial y cuatro el Trópico de Capricornio.

Existe también cierta fábula acerca de una supuesta expedición a la Oceanía, que habría zarpado de Manta en procura de dos islas: Ninachumbi, la isla del Fuego, y Ahuachumbi, la isla Alejada, pero la arqueología no apoya tal elucubración. Murió en su palacio de Chinchero, luego de veintidós años de reinado. Sus vasallos lo llamaron Túpac Yaya, Padre de todos los Hombres, por ser el "Señor que tanto los amaba y tanto bien les hacía". También lo nominaron el Grande y el Justiciero.

En 1519 Hernán Cortés al mando de un ejército español-totonaca-tlaxcalteca guerreo al Imperio azteca derrotándolo en 1521. El hecho es conocido como la Conquista de México y dio lugar a la formación de un reino, el Virreinato de Nueva España.

En 1531, después de dos expediciones fallidas, Francisco Pizarro dio inicio a la Conquista del Perú, también afectada por entonces por una gran epidemia de viruela, que al igual que en México había diezmado el Inca y llevado al imperio a una guerra civil. Pizarro emboscó al Inca Atahualpa para luego asesinarlo y comenzar a tomar control del imperio, que nunca llegó a ser completo, pues durante toda la etapa de implantación de colonias continuarían los focos de resistencia, las zonas libres y las insurrecciones quechuas.

Simultáneamente con la conquista se produjo una notable reducción de la población indígena, llegando a desaparecer completamente en algunos casos. Distintos investigadores y sectores han planteado el fenómeno mientras la comunidad científica lo resuelve como un dilema historicista: genocidio o enfermedades traídas de Europa, o a una combinación sincrética de ambos factores.

A diferencia de otros países Europeos los conquistadores Españoles no tuvieron prejuicios para mezclarse con la población nativa. Una práctica habitual de los pueblos nativos por ejemplo, era ofrecer, tras una derrota militar, como signo de amistad y en señal de paz, a sus mujeres para "hacer generación", es decir, tener descendencia, inaugurar un nuevo linaje, con sus nuevos aliados.

Napoleón Bonaparte 1769-1821 fue emperador de Francia y Rey de Italia después de la Revolución francesa.

Es considerado un genio militar,[cita requerida] habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, aunque con derrotas igual de estrepitosas. Sus guerras de conquista se convirtieron en las mayores guerras conocidas hasta entonces en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos hasta entonces. Durante el periodo de poco más de una década, adquirió el control de casi todo el occidente y parte central de Europa por conquistas o alianzas y solo fue tras su derrota en la Batalla de las Naciones cerca de Leipzig en octubre de 1813 que se vio obligado a abdicar unos meses más tarde. Regresó a Francia en lo que es conocido como los "Cien Días" y fue decisivamente derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica, el 18 de junio de 1815.

Adolf Hitler (1889-1945), político alemán de origen austriaco, estableció un régimen nacionalsocialista en el que recibió el título de Reichskanzler canciller imperial y Führer caudillo, líder o guía. En esa condición apoyó el franquismo en España y el fascismo en Italia, y conquistó primero Austria y los Sudetes y luego Checoslovaquia, en 1938. Al año siguiente conquistó Polonia en 1939, desencadenando la Segunda Guerra Mundial, en cuyo transcurso conquistaría también Holanda, Bélgica, Francia , Crimea , Noruega , Dinamarca y países del este y ordenaría el Holocausto del pueblo judío. La expansión de sus conquistas fue frenada por la Unión Soviética en la Batalla de Stalingrado en 1942-1943. El ingreso de Estados Unidos a la guerra debido al ataque de Japón, lo llevó también a integrar el grupo de aliados contra Hitler. Terminó suicidándose pocas horas antes de que su refugio en Berlín cayera en manos soviéticas.

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