domingo, 9 de junio de 2013

EL KRAK DE LOS CABALLEROS



El Crac de los Caballeros, Krac des Chevaliers en francés, fortaleza de los caballeros en una mezcla de árabe y francés es un castillo situado en la actual Siria que fue la sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en Siria durante la época de las cruzadas.

Según el arquitecto restaurador, D. Leopoldo Torres Balbás, con su doble recinto amurallado constituye el prototipo de la arquitectura militar del siglo XII y XIII, siendo su único paralelo la Alcazaba de Málaga que pertenece al periodo taifal español, siglo XI.

Fue incluido por la Unesco en el Patrimonio de la Humanidad, en el año 2006 junto con el Castillo de Saladino.

El castillo fue construido por los cruzados sobre un espolón del desierto sirio con el fin de proteger la ruta que unía la ciudad siria de Homs, bajo dominio musulmán con Tripolí Libano, capital del condado del mismo nombre, en la costa del Mediterráneo. La fortaleza original había sido construida por el emir de Alepo. Fue capturado por Raimundo IV de Tolosa en 1099 durante la Primera Cruzada, pero fue abandonado cuando los cruzados siguieron su ruta hacia Jerusalén. Fue recuperado por Tancredo, príncipe de Galilea en 1110. Raimundo II, conde de Trípoli, se lo cedió a los caballeros hospitalarios en 1142. Durante el siglo y medio siguiente, los caballeros construyeron una imponente fortaleza, la mayor de Tierra Santa, que resistió al menos doce asaltos por parte de los musulmanes.

El castillo se construyó en dos etapas. En la primera se levantaron los muros exteriores y un núcleo interior de pequeñas edificaciones cuadradas, de forma que para 1170 la fortaleza estaba terminada. En 1202 un terremoto afectó a parte de las fortificaciones, por lo que poco después se acometió una profunda reestructuración. Así surgió el núcleo actual de fortificaciones y las defensas exteriores: un muro externo de 30 m de anchura con siete torres de 8-10 m de anchura, creando una fortaleza concéntrica. Las laderas escarpadas del espolón se aprovecharon con fines tácticos.

Aunque el risco en el que estaba situada proporcionaba un emplazamiento ideal, una fortificación situada en este punto poseía dos puntos débiles: la puerta principal y el flanco sur, abierto a la llanura. Para proteger este expuesto lado, se levantó un muro de albañilería con tres grandes torres, precedido de un enorme parapeto de mampostería que en algunas zonas medía 25 metros de espesor.

El problema de la entrada se resolvió haciendo que el acceso a ella se construyera en zigzag por el declive escarpado, de manera que un posible invasor se expondría durante su asalto al fuego de los adversarios. Entre las puertas exterior e interior, un angosto pasillo entre muros y defensas colosales.

La posibilidad de rendir la fortaleza mediante asedio también resultaba inútil. La fortaleza poseía un almacén de 120 metros de largo y almacenes adicionales excavados en el acantilado bajo la fortaleza, donde se almacenaba agua y alimentos suficientes para mantener largo tiempo a una guarnición de 2.000 hombres. Se estima que podría haber resistido un asedio de cinco años.

Además del control de la ruta hacia el Mediterráneo, los caballeros hospitalarios ejercieron cierta influencia sobre el lago Homs al este, donde podrían haber controlado la industria pesquera y vigilado los ejércitos musulmanes reunidos en Siria.

En 1163, la fortaleza fue infructuosamente asediada por Nur al-Din. Después de esta victoria, los hospitalarios se convirtieron en una fuerza virtualmente independiente en la frontera del condado de Trípoli. Fue asediado, también infructuosamente por Saladino en 1188. Finalmente, fue el sultán de Egipto, Baibars, quien consiguió tomar la fortaleza el 8 de abril de 1271.

En aquel entonces la guarnición de hombres era escasa. Un año antes, la Octava Cruzada había fracasado y el envío de ayuda desde el oeste resultaba imposible. Durante varias semanas, las fuerzas de Baibars minaron la torre sudoeste del muro exterior hasta que se derrumbó. Sin embargo, cuando los atacantes penetraron en el recinto, se encontraron ante la segunda línea fortificaciones, también imponentes, que aún les cerraba el paso.

Baibars, no queriendo aceptar la derrota o la posibilidad de un largo cerco, recurrió a la astucia. Según los historiadores árabes, se valió de una paloma para enviar una carta falsa al castillo. El mensaje decía venir del gran maestre de la orden hospitalaria y ordenaba la rendición de la tropa, pues no era posible enviarles hasta allí socorro alguno. La orden fue obedecida y Baibars pudo capturar la fortaleza. Además, concedió caballerosamente a la guarnición un salvoconducto para que se trasladara hasta Trípoli.

Baibars refortificó la fortaleza y la usó como base en su campaña contra Trípoli. También convirtió la capilla en mezquita. Los mamelucos la utilizaron posteriormente en su ataque a San Juan de Acre en 1291.

 

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