Un arcoíris, es un fenómeno óptico
y meteorológico
que produce la aparición de un espectro de frecuencias de luz continuo en el cielo cuando los rayos del
sol atraviesan pequeñas
gotas de agua contenidas en la atmósfera terrestre. La forma es la suma de un
arco multicolor
con el rojo hacia la parte exterior y el violeta hacia la interior.
Menos frecuente es el arco
iris doble, el cual incluye un segundo arco más tenue con los colores
invertidos, es decir, el rojo hacia el interior y el violeta hacia el exterior.
De acuerdo con sir Isaac Newton, habría 7 colores fundamentales,
el rojo,
el naranja, el amarillo,
el verde,
el azul,
el añil
y el violeta, en el sistema RYB, 3 primarios, 3
secundarios y un terciario; en el RGB, 3 primarios, un secundario y 3 terciarios.
Hace más de tres siglos, Isaac Newton logró demostrar con
ayuda de un prisma que la luz blanca del Sol contiene colores
partiendo del rojo,
a su vez pasando por el naranja, amarillo,
por el verde,
por el azul
y añil
hasta llegar al violeta. Esta separación de la luz en los colores que la
conforman recibe el nombre de descomposición de la luz blanca.
El experimento de Newton no es difícil de reproducir,
pues no es necesario contar con instrumental científico especial para llevarlo
a cabo. Incluso hoy en día resulta ser uno de los más hermosos e instructivos
para los incipientes estudiantes de óptica
en educación básica, media y superior. Se puede lograr con un prisma, el cual,
al ser atravesado por un rayo de luz blanca del sol, hace que el rayo de luz
solar se refracte y salga por el lado opuesto descompuesto en los 7 colores ya
mencionados.
Pero muchos siglos antes de que naciera Newton la
naturaleza ya había descompuesto la luz del Sol una y otra vez ante los ojos de
nuestros antepasados. Algunas veces, después de una llovizna;
otras, tras una tormenta.
Lo cierto es que el arco iris fue durante mucho tiempo un fenómeno tan
asombroso como sobrecogedor. Tomado en ocasiones como portador de augurios, en
otras como inspiración de leyenda, y siempre como una obra de arte, nunca ha dejado de
parecer maravilloso al ser humano.
La teoría completa del arco iris fue, sin embargo,
anterior a Newton. Desarrollada primero por Antonius de Demini en
1611, fue
retomada y refinada luego por René
Descartes. Posteriormente, la teoría moderna fue propuesta en forma
inicial por Thomas Young y, más tarde elaborada en detalle
por Richard Potter y George Biddell Airy.
Cuando la luz solar incide sobre las gotas de lluvia, éstas
se encargan de producir tal efecto, pero en algunas mucho más que en otras. Los
rayos del Sol
involucrados con la formación del arco iris salen de las gotas de lluvia con un
ángulo
de aproximadamente 138 grados respecto de la dirección que llevaban antes de
entrar en ellas. Este es el "Ángulo del arco iris", descubierto por René
Descartes en el año de 1637. Como el ángulo de salida es de sólo 138 grados, la luz
no se refleja exactamente hacia su origen. Esto hace posible que el arco iris
sea visible para nosotros, que no solemos encontrarnos exactamente entre el Sol
y la lluvia. De manera que siempre, si nos colocamos de frente a un arco iris,
el Sol estará detrás de nosotros.
Para ser más precisos, es la luz amarilla la que es
dispersada a 138 grados de su trayectoria original. La luz de otros colores es
dispersada en ángulos algo distintos. La luz roja del arco iris se dispersa en
una dirección ligeramente menor que 138 grados, mientras que la luz violeta
sale de las gotas de lluvia en un ángulo un poco mayor.
Un rayo de luz solar, de los que "hacen" un
arco iris, cambia su dirección tres veces mientras se mueve a través de una
gota de lluvia: Primero entra en la gota, lo cual ocasiona que se refracte
ligeramente. Entonces se mueve hacia el extremo opuesto de la gota, y se
refleja en la cara interna de la misma. Finalmente, vuelve a refractarse cuando
sale de la gota de lluvia en forma de luz dispersa. La descomposición en
colores es posible porque el índice de refracción de la gota de agua es
ligeramente distinto para cada longitud de
onda, para cada color del arco iris.
La luz solar emerge de muchas gotas de lluvia a un
tiempo. El efecto combinado es un mosaico de pequeños destellos de luz
dispersados por muchas gotas de lluvia, distribuido como un arco en el cielo. Los diversos tamaños y formas
de las gotas afectan la intensidad de los colores del arco iris. Gotas pequeñas
hacen un arco iris pálido y de colores con tonalidades pastel; gotas grandes
producen colores muy vivos. Además, las gotas grandes son aplastadas por la
resistencia del aire
mientras caen. Esta distorsión ocasiona que el "Final" del arco iris
tenga colores más intensos. Quizás sea ésta la causa de la leyenda que sugiere
la existencia de una olla que contiene oro resplandeciente en el final del arco
iris.
A veces, es posible ver también lo que se conoce como
arco iris secundario. El arco iris primario, que hemos dado en llamar
simplemente "Arco iris", es siempre un arco interior y más próximo al
observador que el arco iris secundario. Si la luz que incide sobre la gota de
agua realiza al menos dos refracciones y tres reflexiones internas podemos
deducir su trayectoria. El resultado es la formación de un arco iris secundario
de colores invertidos, más débil y que queda por encima del primario. Su
debilitamiento se debe a la luz que se refracta y sale al exterior en cada
reflexión interna. Los ángulos que forman los rayos incidente y refractado
hacia el ojo son mayores en el rayo secundario: 50 º para la luz roja y 54º
para la violeta. Vimos que en la formación del primario eran de 42º para la luz
roja respecto al observador. El orden de los colores en el arco secundario está
invertido debido a la doble reflexión interna. Teóricamente puede haber más de
tres reflexiones internas, que darían lugar a cuatro y cinco arcos iris. El
tercero y cuarto estarían entre el observador y el sol y quizás nunca se puedan
ver. El quinto se produce en la misma zona del primero y del segundo y no es
perceptible porque es muy tenue. Es posible, en un experimento de laboratorio,
demostrar que se pueden conseguir hasta 13 arcos iris visibles, aunque,
lógicamente su luminosidad se reduce considerablemente.
Es interesante señalar que ninguna luz emerge en la
región entre los arcos iris primario y secundario. Esto coincide con algunas
observaciones, que señalan que la región entre los dos arcos es muy oscura,
mientras que en la parte exterior del arco secundario y en la parte interior
del arco primario es visible una considerable cantidad de luz, lo cual se debe
al reflejo de la luz blanca concentrada justo antes de su refracción para
formar el arco iris. Esta zona oscura intermedia se debe a la intensidad de la
cortina de agua, que absorbe toda la luz posible hacia el interior de la misma,
por lo que el arco secundario es simplemente un reflejo del primario en
dirección hacia el observador y es conocida como "Banda de
Alejandro".
En algunas ocasiones, cuando los arcos iris primario y
secundario son muy brillantes, se puede observar un tercero dentro del primario
y un cuarto fuera del secundario. A estos arcos se les llama arcos supernumerarios y se
deben a efectos especiales de interferencia luminosa.
Alguien que ve un arco iris, en realidad no está viendo
cosa alguna que esté en un sitio fijo. El arco iris es sólo un fantasma,
una imagen.
Se cuenta que un pasajero de un pequeño avión le pidió una vez al piloto de la
aeronave que cruzara el centro del arco iris. El arco iris nunca fue creciendo
conforme el avión volaba hacia él. Luego de un rato, el arco iris se
desvaneció, pues el avión voló fuera del área donde la lluvia lo producía. Así,
este inocente pasajero se quedó con las ganas de volar a través del arco iris.
Cuando alguien mira un arco iris, lo que está viendo en
realidad es luz dispersada por ciertas gotas de lluvia. Otra persona que se
encuentre al lado del primer observador verá luz dispersada por otras gotas. De
manera que, aunque suene gracioso, puede decirse que cada quien ve su propio
arco iris, distinto hablando en un sentido estricto del que ven todos los
demás.
Si las condiciones atmosféricas y el sitio de observación
son perfectos, entonces la lluvia y el Sol trabajan juntos para crear un anillo de luz completo,
denominado arco iris circular como el que se vio el 06/08/2007 en la isla de
Langkawi, Malasia. En los arcos iris normales el rojo es el color exterior, y
el violeta el interior, pero en los circulares la variación es la contraria.
Respecto de las condiciones para ver un arco iris se
reducen a que el observador tiene que estar localizado entre el sol y una lluvia de gotas
esféricas, una lluvia uniforme. Es posible que el observador crea que la
lluvia no es uniforme donde él se encuentra, pero sí debe serlo desde donde
localizaría el arco iris. ¿Y cuándo son las gotas esféricas? Las gotas son
esféricas cuando caen a una velocidad uniforme, constante. Esto es posible en
condiciones de aceleración gravitatoria contando con las fuerzas viscosas de
oposición del aire. Cuando se cumple que la velocidad de las gotas es uniforme,
la gota adquiere un volumen máximo con la mínima superficie esfera. Sólo
en estas condiciones es posible la dispersión luminosa dentro de la gota y por
tanto el arco iris, aunque ligeras variaciones de la esfera puedan dar diversas
variaciones en un arco iris. Por lo tanto, la lluvia no debe ser torrencial, ni
estar afectada por el viento. Es por ello que no siempre se contempla el arco
iris cuando hay lluvia y sol.
Es importante notar la altura del Sol cuando uno observa un
arco iris, pues es algo que ayuda a determinar qué tanto alcanza uno a ver de
él: cuanto más bajo se encuentre el Sol, más alta será la cresta del arco iris y viceversa.
Alguien que pueda elevarse un poco sobre la superficie de la Tierra, se daría
cuenta de que ciertos arcos iris continúan por debajo del horizonte.
Quienes escalan montañas altas han logrado ver en ocasiones una buena parte de
arcos iris circulares completos. Pero ni siquiera las montañas poseen la
suficiente altura
como para poder llegar a observar un arco iris circular en su totalidad.
Los aviadores han informado algunas veces haber visto
genuinos arcos iris circulares completos, los cuales curiosamente han pasado
inadvertidos para los pasajeros de sus aeronaves. Esto puede deberse a que las
ventanas de los viajeros son muy estrechas y ofrecen un campo de visión muy
reducido, a diferencia del impresionante campo visual
que tiene el piloto.
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