Alarico I,
nacido en la isla de Peuce, en el delta del Danubio en el año 370
y fallecido en Cosenza en el año 410,
fue rey de los
visigodos 395–410
de la dinastía baltinga, hijo del
caudillo visigodo Rocesthes.
La fecha de su nacimiento se discute, dando los
estudiosos como fechas probables el 370 y el 375.
Su infancia transcurrió en el interior del Imperio romano, pues su pueblo había
conseguido un pacto con el emperador Teodosio I y estaban asentados como foederati en Mesia
desde el año 382, tras los acontecimientos que llevaron a la insurrección de
los godos y la derrota y muerte del emperador de Oriente, Valente, en la Batalla de
Adrianópolis en 378.
Acaudilló un ejército visigodo aliado de los romanos 387–395, y
se proclamó rey 395–410 coincidiendo con la muerte de Teodosio I y sin que
sus herederos, Arcadio y Honorio ciertamente se enteraran. Según
las crónicas de San Isidoro, "Los
godos,
rehusando el patrocinio de foedus romano, constituyen en asamblea a Alarico
en rey suyo, juzgando que era indigno ser súbdito del poder de Roma, de cuyas
leyes y compañía se habrían separado vencedores en la batalla" El rey Alarico
fue crucial en el proceso de descomposición del Imperio
romano de Occidente.
En el año 396 condujo las hordas visigodas a través de Macedonia,
Tracia, Fócida y Beocia, atacando y arrasando las ciudades griegas de Corinto, Esparta, Argos y Megara, amenazando al gobierno de Constantinopla, pero, atacado por Estilicón, se vio forzado a replegarse.
Estilicón tenía problemas con Arcadio y con la creciente influencia de su
favorito Rufino, que
acabaría asesinado. El joven emperador Arcadio encontraría una solución
pactando con los visigodos, y consigue asentar a Alarico y sus gentes en Iliria, zona que pertenecía por entonces al imperio
oriental, pero que se disputaba con la parte occidental por su proximidad a
Italia. Esto pasó el problema visigodo de la zona oriental del imperio a la
occidental, al alejar al peligroso Alarico de Constantinopla, y enervó a
Estilicón que acabó por desentenderse de cualquier problema oriental o de
Arcadio. En el año 400, envalentonado y descontento con sus nuevas tierras,
quizás ansioso de poder, Alarico marchó sobre Italia para ser detenido por
Estilicón, quien lo derrotó en Verona y el 6 de abril de 402 en la definitiva batalla de
Pollentia forzándolo a retirarse de Italia.
Es probable que Alarico y Estilicón tratasen una tregua o
alianza para hacer frente a los problemas que estaban destruyendo la parte
occidental del Imperio, vándalos y godos en el
norte de Italia, insurrección de las tropas de Britania y pronunciamientos de
militares que se proclamaban césares, y, además, suevos, vándalos y alanos cruzando el Rin
en 406. Lo cierto es que Estilicón cayó finalmente en desgracia, y el
emperador Honorio
acabará por mandar su ejecución en 408. Los visigodos de Alarico, aprovechando
la débil situación del Imperio de Occidente, fuerzan al emperador Honorio a
refugiarse en la inexpugnable ciudad de Rávena y marchan de nuevo sobre Italia,
llegando incluso a saquear la ciudad
de Roma en agosto del año 410 tras tres asedios e intentos
frustrados de llegar a un acuerdo con Honorio. Alarico reclamó al emperador
Honorio ser nombrado general de los ejércitos del Imperio magister militum, pretensión que no
vería jamás cumplida. Sin embargo, de Roma se llevó como botín a la hermanastra
del emperador, a la princesa Gala Placidia.
Aquel primer saqueo de la Roma clásica conmocionó al
mundo civilizado de aquel tiempo, como se desprende, por ejemplo, de la obra de
San Agustín, obispo de la ciudad de Hipona. Alarico empezó a soñar con el norte de África,
por lo que partió hacia la Reggiana con la intención de embarcar hacía el
«granero de Roma». Quizás una gran tormenta se lo impidió, lo cierto es que los
visigodos eran un pueblo aguerrido y endurecido, pero no destacaban
precisamente por sus conocimientos náuticos, así que el paso a África no
dependía de ellos. Además, la Fortuna
no le sonrió, y Alarico encontrará la muerte prematuramente en Cosenza a la edad de 35 años. Para su
enterramiento desviaron el curso del río Busento a su paso por Cosenza y
enterraron a Alarico y su tesoro en el lecho del río, devolviendo luego el río
a su curso normal y matando a los esclavos que realizaron la obra.
Alarico se casó con una hija de su tío y anterior rey de
los visigodos, Atanarico II, y
fue suegro del futuro rey Teodorico I y
padre de una hija que casó con Brond, rey de los anglosajones. Estos últimos fueron padres
de Friwin
de Morinie, bisabuelo de Cerdic de Wessex, fundador de la Casa Real
de Wessex en Inglaterra.
Aunque se habla de él como el primero de los reyes
visigodos, fue más bien un caudillo militar y nunca llegó a pisar la península Ibérica.
La línea de reyes godos empieza propiamente con su sucesor, primo y cuñado, Ataúlfo, que, casado con Gala Placidia en
414, encontró la muerte en la ciudad de Barcino en 415. Sin embargo, lo cierto es
que aunque el Reino visigodo
de Tolosa como estado federado de Roma 418–476 estaba asentado en
la Aquitania secunda, por lo que su política e intervenciones militares
quedaban lejos de Hispania, las intervenciones de Teodorico I 418–453 en
Hispania van a ser numerosas, ya sea como pueblo federado de Roma o por
iniciativa propia. A pesar de todo, sólo tras la derrota visigoda en la batalla de Vouillé
y el periodo llamado interregnum
visigodo 507–549, tendrá lugar el nacimiento del Reino visigodo
de Toledo.
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