El TRABUCO es un arma de fuego de avancarga,
de grueso calibre, con un cañón corto y usualmente acampanado.
Es un predecesor de la escopeta,
adaptado para servicio militar y defensivo. El
término dragón designa un trabuco recortado al tamaño
de una pistola. Fue utilizado en el siglo XVIII.
Durante la Edad Media existió un arma
de asedio, también llamada trabuco o, más frecuentemente, fundíbulo o
trabuquete, es una clase de catapulta que no tiene nada que ver con
el arma de fuego. Consistía básicamente en una enorme palanca que basculaba
sobre un punto muy cercano a uno de sus extremos, del que pendía un enorme
peso, que, al ser liberado, arrojaba el proyectil alojado en una honda
suspendida del otro extremo. Al funcionar con un movimiento suave y progresivo,
su estructura no sufría golpes, como le sucedía, por ejemplo, a la catapulta.
Del
Italiano buco, y éste del latín, se refiere al ‘hueco’ o ‘boca’. Trabuco sería una derivación de ‘por la boca’, o ‘a
través del hueco’, expresión que hace referencia tanto a su condición de arma
de avancarga como a su boca acampanada.
El trabuco
era una escopeta primitiva, siendo usado en roles similares. Aunque en varios
relatos de ficción se menciona que el trabuco era cargado con chatarra menuda o
grava, esto dañaría el cañón del arma; era habitualmente cargado con
perdigones.
Los cañones
podían estar hechos de bronce o acero, pero su acampanamiento no era para
incrementar la dispersión de los perdigones sino para facilitar la carga del
arma.
La boca
acampanada es la característica definitoria de los trabucos, diferenciándolos
de las carabinas de grueso calibre; la distinción entre el trabuco y el mosquetón es menos clara, ya que los mosquetones también podían
cargarse con perdigones y algunos tenían la boca acampanada.
Los
trabucos eran típicamente muy cortos, con cañones de una longitud menor a 60 cm.
2 pies, en una época en que el cañón de un mosquete medía más de 90 cm 3 pies.
Una fuente
que describe armas, de inicios hasta mediados del siglo XVII, indica que la
longitud del cañón de un dragón con llave de rueda es de unos 28 cm 11
pulgadas, en comparación con los 41 cm 16 pulgadas de longitud de un trabuco.
Usada en el siglo XVIII,
se carga por la boca del cañón y se dispara mediante una llave de
chispa. Esta arma es la predecesora de la escopeta.
Generalmente se cargaba con una
sola bala de plomo, pero también podía utilizarse con más de un proyectil;
es decir, con balas de menor tamaño perdigones. Esta arma no era muy precisa
por naturaleza, y, aunque tuvo usos militares, se utilizaba, generalmente, para
disparar a blancos múltiples en vez de a un solo objetivo en concreto.
Durante el combate el arma era
muy imprecisa, y rara vez acertaba en el blanco seleccionado, impactando en
otros objetivos o en ninguno.
Es por esto que esta arma era más
útil en los abordajes, durante las batallas navales, donde el combate era a
corta distancia. En inglés, trabuco llegó a significar "persona tonta o
torpe".
Para cargar el trabuco se
procedía de la siguiente forma:
Se introducía pólvora negra dentro del cañón, por
la boca de éste.
Luego se la compactaba, presionándola contra el
fondo del cañón.
Se introducía la estopa por la boca del cañón para
aprisionar la pólvora.
Después se colocaba la bala o munición,
dentro del propio cañón.
Por último, había que poner pólvora fina en la
cazoleta, que comunicaba el mecanismo de disparo con la carga propulsora a
través del oído.
De esta forma ya estaba listo para ser disparado.
Al hacerlo, se esperaba que las chispas producidas por el pedernal prendiesen
la pólvora, lo que muchas veces no sucedía debido al humedecimiento de la
pólvora.
Una vez disparado, se reiniciaba el procedimiento
de carga.
Como todas las armas de avancarga,
el trabuco era muy lento de recargar debido a que se necesitaba compactar dos
veces.
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