La FIESTA
DE LA CANDELARIA o Fiesta en Honor a la Virgen de la
Candelaria, es una fiesta popular celebrada por los católicos,
en honor de la Virgen de la Candelaria, advocación mariana aparecida en Tenerife Islas
Canarias, al suroeste de España,
a principios del siglo X.
Tiene lugar el 2 de febrero,
Día de la Candelaria, y en algunos lugares Canarias, Campillos, Palencia... se
extiende durante variados días generalmente por ser la patrona del lugar.
Inicialmente la fiesta de la
Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del Encuentro,
posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI,
llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial. Aunque
según otros investigadores, esta fiesta tuvo su origen en la antigua Roma,
donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las Lupercales.
Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación de Jesús en el Templo,
asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas en las manos de los fieles.
Su fiesta se celebra, según el
calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo
al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39)
y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la
prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).
La fiesta es conocida y celebrada con
diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la
fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el
significado de la fiesta. Cristo la Luz
del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la
vela o las candelas, de donde se deriva el nombre de Candelaria.
Tras la aparición de la virgen en
Canarias y a su identificación iconográfica con este acontecimiento bíblico,
la fiesta empezó a celebrarse con un carácter mariano en el año 1497, cuando el
conquistador de Tenerife,
Alonso Fernández de Lugo celebró la primera Fiesta de Las
Candelas ya como Virgen María de La Candelaria,
coincidiendo con la Fiesta de la Purificación. Más tarde esta advocación mariana y su
fiesta sería llevada a varias naciones americanas de mano de los emigrantes
canarios.
En México,
el Día de la Candelaria se acostumbra que, quien obtuvo el niño oculto en la rosca de
reyes, haga una fiesta tradicionalmente basada en tamales y atole, ambos productos de
maíz. Esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los
habitantes llevan a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas a fin de
sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia, pues el 2 de febrero
coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario
azteca, cuando se celebraba a algunos dioses tlaloques,
según fray Bernardino de Sahagún.
En el centro de México se acostumbra
vestir al niño Dios del nacimiento navideño y llevarlo a oír misa, después de lo
cual, es colocado en un nicho donde permanecerá el resto del año.
La festividad en honor a la Virgen de
la Candelaria venerada en el pueblo de La Candelaria, Coyoacán se ve distinguida por el colorido de
sus andas que se remontan a la época prehispánica. Elaboradas con flores
naturales sostenidas por una estructura de madera, son su mayor vista de manera
folklórica.
Así mismo los habitantes de esta zona,
elaboran tapetes de aserrín pintado, lo que marca un alto talento
en el manejo de matea, acompañada de salvas de cohetes, castillos multicolores,
su tradicional atolada llamada así por la cantidad de atole de pinole, que es
obsequiado a toda la gente para mitigar el frío de la noche pueblos vecinos que
al igual que las comparsas en Europa, realizan caravanas con
imágenes religiosas de los pueblos circunvecinos.
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