El nombre de MALINALCO se compone de malinalli,
planta gramínea llamada "zacate del carbonero", con ellas se hacen
las sacas del carbón y las cuerdas o mecates con que las atan; de xóchitl:
"flor" y de co: "en", significa: "Donde se adora a
Malinalxóchitl, la flor del malinalli".
El nombre de Malinalco
refiere al tolnapohualli o calendario azteca y corresponde al duodécimo signo
de los 20 del mes, es decir malinalli, según los Anales de Quauhtinchan. Otro
jeroglífico, en el Códice Borgia, aparece el duodécimo día malimalli con la
bandera pámitl, que se refiere al sacrificio humano y a la muerte. Por su parte
el Códice Boturini, lo designa como Tira de la Peregrinación. En Matrícula de
Tributos Códice de Moctezuma, el topónimo de Malinalco se interpreta por un
cráneo humano rematado por seis estilizaciones de la planta malinalli
florecida, éste se utiliza oficialmente.
Es en la época del
"Posclásico temprano y el inicio del Tardío" cuando se registran los
primeros pobladores en este lugar. Antes de que fuera ocupado por un grupo
culhua encabezado por Cuauhtepexpetlatzin ya había estado poblado con gente de
raigambre matlazinca y tal vez por los ocuiltecos, se cree incluso que su habla
ya existía desde el año 600 d.C.
Durante la conquista
española Malinalco se rebeló así que Andrés de Tapia tuvo el encargo de
hacerlos rendir junto con la gente de Ocuilan después de la noche triste. La
tierra recién pacificada se organizó en encomiendas así que en Malinalco las
primeras fueron otorgadas a Cristóbal Rodríguez de Ávalos y a la Corona. Fue
Cristóbal Rodríguez quien influyó en la tarea evangelizadora y apoyó para la
edificación del convento.
Malinalco fue
evangelizado por franciscanos y dominicos, finalmente se le designa a los
agustinos en 1533.
Fue en Malinalco donde
tuvo su estancia Don José María Morelos y Pavón el 8 de enero de 1813; en esta
localidad firmó un documento donde se "ordena que se devuelva a México una
carta del cabildo eclesiástico en la que éste pedía donativos para ayudar en la
guerra peninsular contra los franceses".
Cumpliendo con los
requisitos fue ratificado su ayuntamiento por el gobernador Melchor Múzquiz,
según consta en la Memoria del 15 de febrero de 1826; de esta la fecha de
erección del municipio de Malinalco corresponde al 1º de enero.
Después de la guerra de
Reforma los jefes reaccionarios y gavillas siguieron peleando durante los
primeros meses de 1861; como refugio tenían las montañas de Ocuilan y
Malinalco.
Con la aplicación de las
leyes de Reforma los edificios, propiedades eclesiásticas y demás pasaron a
manos del estado por lo que en Malinalco los conventos agustinos continuaron
funcionando a la comunidad, pero su dueño era ahora el estado.
Durante la Revolución,
la proximidad de Malinalco con el estado de Morelos lo hizo partícipe de los
embates revolucionarios y se unió al bando zapatista.
Cuando las fuerzas de
Emiliano Zapata irrumpieron en la zona, el 10 de abril de 1912 la gente de
Malinalco se puso a las órdenes del general de división Genovevo de la O.
Durante el periodo de
Victoriano Huerta, Malinalco permaneció leal a las fuerzas zapatistas.
Bajo el Decreto número
128, siendo gobernador interino del estado, Antonio Zimbrón se aclara que
Chalma pertenece a la municipalidad de Malinalco y es eregido como pueblo.
Por la pertenencia de
sus pobladores, su infraestructura turística y hotelera, su impresionante zona
arqueológica y su convento del siglo XVI,
En cuanto a la época
prehispánica, el departamento de Monumentos: actualmente, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, comisiona a un arqueólogo, para que se encargue de los
trabajos de exploración del sitio, el 23 de marzo de 1936. Se mencionan tres
construcciones en el llamado "Cerro de los ídolos" además de los
monumentos de éste, se han localizado y estudiado otros 35 sitios de vestigios
arqueológicos en el municipio: Matlalac, Rincón de Techimalco, Rincón de San
Miguel, Cerro Orquemel, Santa María Malinalco o Rincón del Pozo, Tozquihua,
Cerro Ciriaco, Tlamantlán, Rincón del Cementerio, Potrerillo, Los Diablitos,
Escuela Miguel Hidalgo, La Soledad y demás.
De la época Colonial,
tenemos el convento e iglesia del Divino Salvador en Malinalco; la capilla de
Santa Mónica en la cabecera municipal; las capillas de San Nicolás Tolentino y
Jesús María en el hoy pueblo de San Nicolás; las capillas suman un total de
once; la hacienda de Jalmolonga, la más importante de la región del municipio
actual de Malinalco y la iglesia del "Señor de Chalma".
El Municipio de Malinalco cuenta con una población total de 25,624
habitantes de las cuales 13,039 son mujeres y 12,585 hombres. La principal
actividad económica de los habitantes es la siembra y cosecha de sus tierras.
El maíz es la materia base para los platillos
que ofrece Malinalco, además de ingredientes de su entorno como frutas y animales
como la rana y la iguana, "la trucha al estilo Malinalco" nieves de
diferentes sabores, en la zona sur se produce un excelente mezcal, y en el norte podemos encontrar productos como
el pulque.
La historia de Malinalco
es sumamente antigua y se remonta a épocas prehispánicas al haber sido poblado
por las culturas teotihuacana, tolteca, matlazintla y azteca. De estas dos
últimas culturas, aún perdura una importantísima Zona arqueológica, ubicado en
la cima del Cerro de los Ídolos al oeste del poblado. A este lugar acudían los
caballeros águila a realizar ritos esotéricos para su iniciación como guerreros
aztecas. En este sitio arqueológico podemos localizar varias edificaciones,
siendo la más sobresaliente, la "Casa de las Águilas y los Tigres",
una pirámide templo tallado directamente sobre la piedra de la ladera de la
montaña. Este espacio alrededor de cuya puerta se encuentra representada la
boca de una serpiente, simbolizaba para los guerreros prehispánicos las puertas
del Mictlán o inframundo, donde tras entrar y realizar toda una serie de
ceremonias y rituales mágicos, regresaban al mundo de los vivos convertidos en
los legendarios caballeros águilas de los ejércitos mexicas.
La riqueza arqueológica
de Malinalco es abundante y por algo se ha constituido en uno de los
yacimientos prehispánicos más relevantes del territorio mexiquense. Uno de los
factores que más han ayudado a la consolidación de Malinalco en el mapa
turístico mexicano, se refiere al fácil acceso que ofrece a los visitantes. La
infraestructura carretera y de servicios turísticos con las que cuenta
Malinalco y sus alrededores, hacen que sea muy sencillo visitar este mágico
rincón del Estado de México.
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