jueves, 7 de enero de 2016

LOS TRACIOS



Los TRACIOS o tracianos eran un pueblo indoeuropeo cuyos miembros compartían un conjunto de creencias, un modo de vida y hablaban la misma lengua con variaciones y dialectos. Su civilización, aún mal conocida, se desarrolló desde el III milenio a. C. hasta el siglo III a. C. Su cultura, oral, hecha de leyendas y de mitos se diferencia de la de otros pueblos de esta época por la creencia en la inmortalidad el "orfismo tracio" relatado por Heródoto.
Los tracios se extendieron a lo largo de la historia por las siguientes regiones: Rumania, Moldavia, Bulgaria, noreste de Grecia, Yugoslavia, Turquía, Austria, Hungría, Alemania, Chequia, Eslovaquia, Polonia, Ucrania, el Volga  inferior y Tayikistán.
Vivían en un área muy extensa que comprendía la parte oriental de la península balcánica más o menos hasta el valle del Morava, las regiones contiguas al norte del Danubio entre los montes Cárpatos y el río Dniéster, y algunas estribaciones en Asia Menor. El territorio se extendía de un lado a otro de los Balcanes, y a la región de los getas al norte del Danubio hasta más allá del río Bug.
Las tribus del sur, vecinas de los griegos, determinaron que, más tarde, con el nombre de Tracia fuera llamada la región actualmente dividida entre Grecia, Bulgaria y Turquía. Otros nombres de antiguas regiones habitadas por los tracios eran: Moesia, Dacia, Escitia Menor, Bitinia, Misia, Panonia, y otras.
Tracio en un sentido étnico se refiere a varios pueblos antiguos que hablaban tracio de la rama de familia de lenguas indoeuropeas. Hay quien sostiene la autoctonía de los tracios y quien los considera llegados en oleadas sucesivas del norte durante la Edad del Bronce. En algunos nombres de poblaciones y en la mitología griega ha quedado el recuerdo preciso de cambios étnicos verificados en el sureste europeo y en las regiones adyacentes del Asia Anterior, donde el paso era facilitado por los estrechos.
En la Ilíada, los troyanos son llamados dárdanos, nombre de una tribu tracia que había ocupado el norte de Macedonia. Los tracios aparecen participando en la guerra de Troya.
Se pensaba que el nombre de la región micro asiática de Misia derivaba del de los tracios misios. También eran de etnia tracia los bitinios establecidos en las costas asiáticas del mar Negro Ponto Euxino y del mar de Mármara, donde dieron nombre a la Bitinia.
Respecto a las estructuras sociales, las costumbres y la vida espiritual de la Tracia primitiva, sólo nos podemos basar en algunos mitos griegos que podrían reflejar una concreta realidad histórica: la función sacerdotal que oficiaba el rey y el que fuera depositario y garante de los ritos ocultos transmitidos de padre a hijo. Se ha sugerido que los prototracios, desde la edad del bronce, desarrollaron durante siglos en los Balcanes una mezcla de la cultura de los inmigrantes indoeuropeos y los indígenas neolíticos.
Para el periodo comprendido entre finales del 2000 a. C. y el siglo VI a. C., nuestra principal fuente son las tumbas, de dolmen cubierto con un amasijo de piedras o con un túmulo de tierra. Esta última forma siguió usándose hasta época romana. Heródoto, que fue el primero en describir las costumbres de los tracios, ha detallado el rito funerario, mencionando la creencia en la vida ultraterrena, impropia de los griegos de la época clásica.
La civilización tracia evolucionó rápidamente debido a la expansión colonial griega y al avance persa en el sureste europeo. Respecto a las colonias helénicas del Mar Negro y de sus relaciones con los tracios, las más importantes de la costa búlgara son las milesias de Apolonia y Odeso, y la megarense de Mesembria, todas fundadas en el siglo VI a. C.
Contemporáneamente, el rey persa Darío cruzó el Bósforo con un enorme ejército y atravesó las tierras de los tracios para atacar por la espalda a los escitas de la actual Ucrania.
Su hijo y sucesor Jerjes, sometió a todas las tribus tracias hasta las montañas Ródope. Convertida en provincia del gran Imperio aqueménida, Tracia fue gobernada por sátrapas que llevaban una vida fastuosa, en residencias principescas bien amuralladas. La aristocracia de los tracios imitó sus costumbres y así se intensificaron las relaciones con las ciudades griegas de la región, donde se produjeron objetos suntuarios para el mercado tracio.
Según Heródoto, en el siglo V a. C., la presencia tracia era tan amenazadora, que los considera el segundo pueblo más numeroso y ramificado del mundo conocido, detrás de los indios, y que solo por su individualismo tribal no lograban unificarse en una gran potencia.
Razonamiento desmentido por la formación del reino de los odrisios, una tribu de los montes Ródope orientales, surgida después de que los persas derrotados abandonaran definitivamente Tracia. El reino odrisio tuvo una larga vida (formalmente hasta la constitución de la provincia romana), pero ya a finales del siglo V a. C. estaba dividido en dos partes y luego fue reduciéndose cada vez más.
Tracia, en el siglo IV a. C., se vio involucrada en la política expansionista de los soberanos macedonios: Filipo II anexionó primero el reino limítrofe de los tracios sapeos, luego el de los odrisios orientales y por último las ciudades griegas de la costa.
Nacen como colonias macedonias las ciudades de Plovdiv fundada con el nombre de Filípopolis y a la que los tracios llamaron Pulpudeva y de Stara Zagora Beroe Otros colonos macedonios se establecen en los asentamientos odrisios de Kabyley Drongilon.
Tracia se convirtió en una provincia macedonia que Alejandro Magno amplió llevando el confín al Danubio, aunque reconoció la autoridad local de los reyes rendidos.
Tras la muerte de Alejandro, Tracia se disgregó entre las tendencias separatistas de los diádocos y la resistencia de los distintos pueblos sometidos.
El gobernador Lísimaco asumió el título de rey en el 305 a. C., pero comprometido en los conflictos entre diádocos, no logró doblegar a los tracios, con los cuales estuvo en continua lucha.
En el 278, tres años después de morir Lisímaco, los celtas se dirigieron hacia los Balcanes y, tras la derrota de Delfos, giraron hacia Tracia, donde fundaron el reino de Tule, de ubicación incierta, en el Maritsa o en los montes Strandja. Aniquilan a la aristocracia indígena y su dominación dura hasta el 216 a. C.

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