martes, 19 de enero de 2016

CIGARRILLO



El CIGARRILLO, también llamado cigarro es uno de los formatos más populares en el consumo de tabaco. Un cigarrillo es una planta seca popularmente tabaco picada envuelto por una hoja delgada de papel en forma de cilindro. Comúnmente presenta integrado un filtro para reducir los daños a la salud.
Fue definido ya por Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias como «ciertas hojas secas envueltas en otras hojas, también secas, parecidas a los petardos... Se encienden por un extremo y se chupan por el otro... para introducir en los pulmones ese humo con el que adormecen el cuerpo y así se embriagan».
Fue condenado por Jacobo I de Inglaterra por ser «repulsivo para el olfato, desagradable para la vista, peligroso para el cerebro y nocivo para los pulmones».
En la actualidad, el hábito de fumar tabaco se considera un uso legal de la droga nicotina con fines recreativos o para relajarse. Aproximadamente, el 80% de los fumadores viven en países de ingresos bajos o medios. También se ha considerado una afición masculina a lo largo de la historia. Existe evidencia científica que confirma que los hombres con altos niveles de testosterona son más propensos a fumar tabaco.
El consumo de tabaco es una de las principales causas de muerte, enfermedad y empobrecimiento en el mundo, tanto por el consumo voluntario o por respirar el humo ajeno.
Se cree que la planta de tabaco, la Nicotina tabacum, es originaria de la zona del altiplano andino y que llegó al Caribe unos 2000 ó 3000 años antes de Cristo. Cuando Colón llegó a América, la planta ya se había extendido por todo el continente y casi todas las tribus y naciones de América habían tenido contacto con el tabaco y tenían con él una relación más o menos intensa.
El 28 de octubre de 1492 fue una fecha clave en la historia del tabaco. Ese día, Colón y sus naves llegaron a la bahía de Bariay, cacicazgo de Maniabón, en la costa noreste de la isla de Cuba, al norte de la actual provincia de Holguín. «...Es aquella isla la más hermosa que ojos hayan visto...», escribiría luego Colón en su diario, impresionado por el esplendor y la variedad de colores que le ofrecía la tierra que acababa de descubrir.
Unos días más tarde Colón, como era su costumbre, mandó a dos de sus hombres, Luis de Torres y Rodrigo de Xerez, a explorar la zona circundante y, si era posible, contactar con los emisarios del Gran Kan. Colón aún creía que había llegado a las Indias Cipango y Catay, entre otras, y su principal objetivo era reunirse con dichos emisarios para llevar a cabo la misión que le habían encomendado los Reyes Católicos: firmar un tratado comercial.
Entre los días 2 y 5 de noviembre, los dos exploradores recorren la zona próxima al lugar de desembarco y se encuentran con los habitantes de la isla, los indios taínos. Una de las cosas que más les llama la atención es ver a hombres y mujeres aspirando el humo de unos tubos de hojas secas.
De regreso a Playa Blanca, en la bahía, relatan a Colón lo que han visto y éste hace la siguiente anotación en su diario el día 6 de noviembre de 1492:
...Iban siempre los hombres con un tizón en las manos cuba y ciertas hierbas para tomar sus sahumerios, que son unas hierbas secas (cojiba) metidas en una cierta hoja seca también a manera de mosquete..., y encendido por una parte del por la otra chupan o sorben, y reciben con el resuello para adentro aquel humo, con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, y así dice que no sienten el cansancio. Estos mosquetes... llaman ellos tabacos.
Hay que destacar las palabras cuaba, cojiba y tabaco que utiliza Colón en su diario. Se cree que cojiba (también cohiba, cohoba o cojoba) es la palabra taína que designaba al mosquete o rollo de hojas secas que fumaban, el primer nombre del cigarro. Cuaba hace referencia a un arbusto del Caribe que aún hoy se utiliza en el campo para transportar fuego de un lugar a otro y para encender hogueras, debido a su extremada combustibilidad. Y tabaco era el nombre del tubo en forma de «Y» con el que los indios aspiraban tabaco en polvo, aunque hoy es la palabra que se usa en Cuba y República Dominicana para decir «cigarro».
Hacia 1560 el tabaco era ya conocido en España y Portugal, y a través de este último país, llegó a Francia cuando el embajador galo en Lisboa, Jean Nicot, a su regreso a París, llevó consigo hojas de tabaco para obsequiárselas a la reina Catalina de Medici, por lo que se la llamó “hierba de la reina”, “Nicotina” o “hierba del embajador”.
En 1584, tras la fundación de Virginia, Walter Raleigh adoptó el uso de la pipa propio de las tribus indias de la región, fundó en América del Norte la colonia de Virginia y adquirió de los indígenas la costumbre de fumar en pipa, difundiendo su uso. Los médicos de la época «consideraban esta costumbre tan repugnante como dañina para la salud y para el cerebro, peligrosa para los pulmones».
Más recientemente, los primeros cigarrillos de papel manufacturados y empaquetados empiezan a llegar a España en torno a1825; en 1833 aparecen las primeras cajetillas y es cuando se le denomina «cigarrillo» o «cigarrito», que proviene de la palabra «cigarro», llamado así por su similitud con una cigarra. Introducido por mercaderes procedentes de Brasil, prosiguió su expansión por Portugal y más tarde por toda Europa.
La Guerra de Crimea sirvió para popularizar los cigarrillos entre las tropas francesas, imitando a los turcos que fumaban en pipa. En 1830 en España se extiende el consumo de cigarrillos, especialmente entre las mujeres, y el «papel español para cigarritos» es conocido y apreciado en toda Europa, aromatizado con licor y estampado con vivos colores. Aunque el auténtico despegue se produce con la máquina de vapor estadounidense Bonsack, que es capaz de liar millones de cigarrillos, invento de James Albert Bonsack cuya patente compró James Buchanan Duke en 1885. En los frentes de guerra se popularizó durante la Guerra franco-prusiana de 1870. La marca francesa Gauloises aparecerá poco antes de la Primera Guerra Mundial y Gitanes en 1927.
Los cigarrillos han sido, desde entonces, de gran valor en las guerras y en las situaciones de crisis económicas. Durante la Segunda Guerra Mundial se llegaron a pagar 400 francos por un cigarrillo y, más recientemente, durante los días siguientes a las revueltas en Rumanía que derrocaron al régimen comunista, el cigarrillo se convirtió en moneda de cambio habitual.
Se cuenta que un mendigo de Sevilla en el siglo XVI a modo de los indígenas se le ocurrió envolver el tabaco picado envuelto de papel de arroz de las colillas de los puros que tiraban, llamándose así «papelinas».
El término «cigarrillo» se usó por primera vez en algún momento indeterminado del siglo XVIII: los mendigos en Sevilla recogían del suelo las colillas que tiraban los «señoritos», y enrollaban el tabaco remanente en papel para fumarlo. La primera muestra de este hábito puede constatarse en tres pinturas de la época de Francisco de Goya: La cometa, La merienda en el Manzanares y Juego de la pelota a pala.
Las principales empresas que comercializan las grandes marcas de cigarrillos son, entre otras, Altadis, British American Tobacco, American Tobacco Company y Philip Morris, con los cigarrillos Fortuna, Delicados y Marlboro respectivamente.

Otras marcas populares de cigarrillos son Camel, Winston, Belmont, Cónsul o   Lucky Strike. Entre las marcas cubanas de mayor prestigio están Montecristo, Cohiba, Romeo y Julieta y Popular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario