viernes, 20 de noviembre de 2015

CALINA



La CALINA o CALIMA, es un fenómeno meteorológico consistente en la presencia en la atmósfera de partículas muy pequeñas de polvo, cenizas, arcilla o arena en suspensión.

Su origen está en las partículas de vapor de agua con partículas de sales procedentes de las aguas marinas y, en muchos casos, por el humo y cenizas de los incendios. También puede deberse a las tormentas de arena, fenómeno frecuente en los países del Mediterráneo, en las Islas Canarias y otras zonas.

En el caso de las tormentas de arena, las partículas tienen unas dimensiones muy heterogéneas, precipitándose las de mayor tamaño no muy lejos de la fuente y continuando las más finas a grandes distancias transportadas por el viento Siroco hasta las Islas Canarias. Ocasionalmente remanentes de estas tormentas alcanzan América del Norte, en la región del Caribe y este de los Estados Unidos, llegando con los anticiclones veraniegos y por los vientos alisios. Puerto Rico y las Antillas menores son los más afectados por estas tormentas cada verano.

En muchos casos, aunque afortunadamente en disminución, se debe a la emisión de contaminantes domésticos en las zonas urbanas, como puede inferirse de las abundantes chimeneas de una calle principal de la ciudad de Cardiff, en Gales, Reino Unido.

Como efecto inmediato y en función de su densidad, produce una disminución en mayor o menor medida de la visibilidad y la aparición de molestias en ojos, nariz y garganta. Si es persistente o abundante, al cabo de unos días suelen aparecer otros síntomas como bronco espasmos, crisis respiratorias y asma. Su desaparición está condicionada por los cambios en la presión atmosférica, que puede dar origen al viento o a la lluvia.

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