sábado, 14 de marzo de 2015

CORALES MARINOS



Los CORALES MARINOS son animales coloniales, salvo excepciones, pertenecientes al filo Cnidaria, clase Anthozoa. Las colonias están formadas por hasta miles de individuos zooides y pueden alcanzar grandes dimensiones.

Aunque los corales pueden atrapar plancton y pequeños peces con las células urticantes en sus tentáculos, la mayoría de los corales obtienen la mayor parte de sus nutrientes de las algas unicelulares fotosintéticas denominadas zoo antela, que viven dentro del tejido del coral. Estos corales requieren de luz solar y crecen en agua clara y poco profunda, normalmente a profundidades menores de 60 metros. Los corales pueden ser los principales contribuyentes a la estructura física de los arrecifes de coral que se formaron en aguas tropicales y subtropicales, como la enorme Gran Barrera de Coral en Australia y el arrecife Mesoamericano en el mar Caribe. Otros corales, que no tienen una relación simbiótica con algas, pueden vivir en aguas mucho más profundas y en temperaturas mucha más bajas, como las especies del género Lophelia que pueden sobrevivir hasta una profundidad de 3000 metros.

El término "coral" no tiene ningún significado taxonómico y es poco preciso; suele usarse para designar a los antozoos en general, tanto a los que generan un esqueleto calcáreo duro, especialmente los que construyen colonias ramificadas, como las acroporas; pero también es común denominar coral a especies con colonias compactas "coral cerebro" como Lobophyllia e incluso con esqueleto córneo y flexible, como las gorgonias. Asimismo, se llaman corales blandos a las especies del orden Alcyonacea, que no generan esqueleto y utilizan el calcio en forma de espículas repartidas por su tejido carnoso, para proporcionarles mayor rigidez y consistencia.

Tanto en el mundo del buceo como en acuario filia, los corales se dividen en blandos y duros, según tengan esqueleto o no. Y los duros, a su vez, se subdividen en duros de pólipo corto y duros de pólipo largo, small polyp stony (SPS) y large polyp stony (LPS), en inglés. Esta clasificación se refiere al tamaño del pólipo del género, que en los SPS como Montipora, suele ser de 1 o 2 mm3 y en los LPS, como Heliofungia actiniformisde hasta 20 cm. Pero esta división es poco científica y genera no pocas excepciones bajo un análisis riguroso de las diversas especies. La comunidad científica se refiere a micro pólipos cuando los pólipos coralinos tienen entre 1 y 2 mm de diámetro, y alude a macro pólipos para aquellos pólipos entre 10 y 40 mm de diámetro. No obstante, la gran mayoría de los corales de todos los arrecifes del mundo tienen pólipos con un diámetro entre 2 y 10 mm, justo entre esas categorías.

Los corales se dividen en dos subclases en función del número de tentáculos o líneas de simetría: Hexacorallia y Octocorallia, y una serie de órdenes en función de sus exoesqueletos, tipo de nematocisto y análisis genético mitocondrial. La tipificación común de los corales cruza los límites del suborden/clase.

Los corales herma típicos, son corales pétreos que construyen arrecifes. Secretan carbonato de calcio para formar un esqueleto duro. Obtienen una parte de sus requerimientos energéticos de zoo antelas, micro algas fotosintéticas simbióticas.

Los que tienen seis o menos, o múltiplos de seis, ejes de simetría en su estructura corporal son denominados hexacorales, subclase Hexacorallia. Este grupo incluye a los corales principales protagonistas de la construcción de arrecifes, los pertenecientes al orden Scleractinia o escleractinios. Los otros géneros de corales herma típicos pertenecen a la subclase Octocorallia, como Heliopora y Tubipora, y Millepora, que pertenece a la clase Hydrozoa.

El animal conocido como coral, el pólipo, mide desde apenas unos milímetros a algunos centímetros de diámetro. Los del orden Scleractinia tienen la capacidad de fijar sobre sus tejidos el carbonato cálcico disuelto en el mar y así formar las estructuras rígidas características.

La estructura calcárea del coral es blanca, los diferentes colores que presentan se deben, tanto a los diferentes pigmentos de sus tejidos, como en otros filos animales, como a unas micro algas que viven en simbiosis con la mayoría de los pólipos coralinos tan sólo algunos géneros de corales como Tubastraea, Dendronephthya o parte de las gorgonias no son fotosintéticos y que reciben el nombre de zoo antelas. Las algas realizan la fotosíntesis produciendo oxígeno y azúcares, que son aprovechados por los pólipos, y se alimentan de los cata bolitos del coral, especialmente fósforo y nitrógeno. Esto, en el caso de los corales fotosintéticos, les proporciona del 70 al 95% de sus necesidades alimenticias. El resto lo obtienen atrapando plancton. Por esta razón el coral necesita aguas transparentes para desarrollarse, para que las zoo antelas realicen así la fotosíntesis.

Los corales no fotosintéticos son animales omnívoros, y se alimentan tanto de zooplancton como de fitoplancton o materia orgánica disuelta en el agua.

En el siglo IX, el erudito musulmán Al-Biruni clasificó esponjas y corales como animales, argumentando que responden al tacto. Sin embargo, por lo general se creía que los corales eran plantas, hasta que, en el siglo XVIII, William Herschel utilizó un microscopio para determinar que los corales tenían las membranas celulares delgadas características de un animal.

En cuanto a la reproducción, existen especies de reproducción sexual y reproducción asexual, y en muchas especies donde se dan ambas formas. Las células sexuales son expulsadas al mar todo a la vez, siguiendo señales como las fases lunares o las mareas. La fecundación suele ser externa, no obstante, algunas especies mantienen el óvulo en su interior cavidad gastrovascular y es allí donde son fecundados; y las puestas son tan numerosas que llegan a teñir las aguas.

Muchos huevos son devorados por los peces y otras especies marinas, pero son tantos que, aunque el porcentaje de supervivencia oscila entre el 18 y el 25 %, según estudios de biología marina, los supervivientes garantizan la continuidad de las especies.

Los huevos una vez en el exterior, permanecen a la deriva arrastrados por las corrientes varios días, más tarde se forma una larva plánula que, tras deambular por la columna de agua marina, se adhiere al sustrato o rocas y comienza su metamorfosis hasta convertirse en pólipo y nuevo coral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario