Un SICARIO es una persona que mata a alguien por
encargo de otro, por lo que recibe un pago, generalmente en dinero u otros
bienes.
Asesino
asalariado y Asesino a sueldo, son sinónimos. Es una figura conocida por el Derecho
romano que reguló
especialmente su condena penal, por la particular crueldad con
que se conducían estos asesinos, mediante la lex Cornelia de sicariis et veneficis ley Cornelia sobre apuñaladores y
envenenadores del año 81 A.C.
Su nombre proviene de la sica,
puñal o daga pequeña, fácilmente ocultable en los pliegues de la toga o bajo la
capa. Literalmente sicarius significa “hombre-daga”.
Su actividad estuvo vinculada en
principio a la política, actuando en las asambleas populares, particularmente
durante el peregrinaje al templo, cuando apuñalaban a sus
enemigos contrarios políticos de sus amos o simpatizantes -cliente- de ellos lamentándose ostensiblemente
después del hecho para escapar de la detención.
Sicarius plural latino de sicarium, que usa de
daga, asesino por contrato o encargo este término se aplicó, por analogía
empleada por los invasores y ocupantes romanos, a los defensores judíos, o a
los insurrectos que procuraron expulsar a los romanos y a sus partidarios de Judea. El grupo de los sicarios era
conocido por ser el más violento de entre los judíos, pues cometían a menudo
asesinatos y ataques contra las autoridades romanas. Los sicarios formaban
parte a su vez del grupo de los zelotes, una
facción del Judaísmo de la época romana que practicaba sus
cultos de forma muy celosa de ahí proviene su nombre y que con frecuencia
criticaban duramente a otras facciones judías como los saduceos o los fariseos.
El historiador judeorromano Flavio Josefo hace referencia a los sicarios en sus
textos:
Cuando
Albinus, procuraduría: 62–64 d.C. alcanzó
la ciudad de Jerusalén, dobló cada esfuerzo y tomó la determinación de asegurar
paz en la tierra exterminando la mayor parte del Sicarii.
Las víctimas de estos
sicarii incluyeron a Jonatán, el supremo sacerdote, aunque es posible que su
asesinato haya sido orquestado por el gobernador romano Félix. Algunos asesinatos eran llevados a cabo como venganza
contra los romanos por parte de la población judía entera del país. En algunas
ocasiones, podían ser sobornados para que no mataran a sus víctimas previstas.
Si el relato acerca de Barrabás no es una invención para crear una parábola, se
comprueba que incluso sicarios condenados eran en ocasiones liberados si
prometían no matar a sus opositores, aunque no hay evidencia de esta práctica
fuera de los evangelios, que concuerdan en gran parte en este punto. Una vez,
cuenta Flavio Josefo, después de secuestrar al secretario de Eleazar,
gobernador de los recintos del templo, los sicarios llegaron a un acuerdo para
liberarlo a cambio de diez de sus camaradas capturados.
Al principio de la rebelión judía 66, sicarios, con la ayuda
de otros zelotes,
entraron en Jerusalén y cometieron una serie de atrocidades, para forzar a la
población a luchar. Según un relato del Talmud impidieron el suministro de
alimentos de la ciudad para forzar a la gente a luchar contra el sitio romano
en vez de negociar la paz. Sus líderes, incluyendo Menahem ben Jair, Eleazar
ben Jair, y Bar Giora, eran figuras importantes en la guerra, y Eleazar ben
Jair finalmente logró escapar al ataque romano. Junto a un pequeño grupo de
seguidores, se abrió camino hasta la fortaleza abandonada de Masada, donde
siguió con la resistencia contra los romanos hasta 73, año en que los romanos
tomaron la fortaleza y descubrieron que la mayoría de sus defensores habían
preferido suicidarse antes que rendirse.
En el libro La
Guerra Judía, VII de Flavio Josefo,
tras la caída del templo en el 70, a manos de los
sicarios julfines se convirtieron en el partido judío revolucionario dominante,
disperso en el exterior. Flavio los asocia particularmente con el suicidio en
masa en Masada en 73 y el subsiguiente rechazo "a
someterse al censo de impuestos cuando Cirenio fue
enviado a Judea a levantar uno" José como parte de su estrategia religiosa
y política como luchadores de la resistencia:
Algunas
de las facciones de los sicarion, no contentos con haberse salvado, volvieron a
embarcarse en una nueva intriga revolucionaria, persuadiendo a aquellos que los
recibían allí a reafirmar su libertad, a no valorar a los romanos como mejores
que ellos mismos y a considerar a Dios su único Amo y Señor"
En el nombre de Judas
Iscariote, el apóstol que habría traicionado a Jesús,
el epíteto "Iscariote" era interpretado por algunos eruditos como una
transformación helénica de sicario. El sufijo "-ote" denota membrecía
o pertenencia a - en este caso a los sicarios.
La mayor parte de los eruditos
modernos objetan dicha declaración. Apuntan
que principal problema de ubicar a Judas como miembro de los Sicarii es que
para entonces, principios de la década de los 30's no existía dicho movimiento.
El grupo de los Sicarii se formarían en la década de los 50's o 60's en
periodos de Félix y Albinus como indica Josefo.
El probable origen de la etimología
viene del hebreo, "hombre de Kerioth" que es el nombre un pueblo de
Judea Josué 15:25 y comparte el
nombre con otro pueblo de Moab.
No hay comentarios:
Publicar un comentario