El CANIBALISMO es el acto o la práctica de
alimentarse con miembros de la propia especie.
El canibalismo puede producirse entre miembros de muchas especies, aunque
vulgarmente se asocia más con antropofagia,
o con los seres humanos que consumen congéneres.
El término proviene de la deformación
de la palabra Caribe encaniba o cariba del idioma taíno,
parcialidad de la etnia arawak.
Para los caribes,
significaba «osado», «audaz»; para los arawak, «enemigo»; y para los europeos,
«comedores de carne humana». Nativos de América que Cristóbal Colón encontró en la isla de La Española en su primer viaje y que practicaban
la antropofagia, los caribes atacaban a los arawak para conseguir botines y de
paso capturaban a los niños a los cuales castraban y criaban para comérselos.
Se trata de una práctica socialmente
rechazada y legalmente sancionada, los casos particulares en sociedades
occidentales, actualmente se relacionan con situaciones extremas de hambre,
criminales o personas con profundos problemas psicológicos.
No se sabe
a ciencia cierta cuándo los humanos adquirieron el hábito de la antropofagia.
En Europa, en concreto en Francia y Alemania, entre otros, y en los yacimientos arqueológicos de Atapuerca, en España, mediante el estudio de las marcas en los huesos encontrados
en la cueva de la Gran Dolina demuestran
que se practicó un canibalismo que, con toda seguridad, no fue producto de una
hambruna y carecía de cualquier intención ritual, sino que se efectuó por lo
que se ha denominado como canibalismo gastronómico ancestral. Se ha demostrado
que el Homo antecesor lo
practicaba hace ya unos 800 000 años de antigüedad, siendo esta la referencia
sobre canibalismo más antigua de Europa. Recientes estudios aportan pistas para creer que los seres humanos
actuales tienen genes neandertales y el cruce entre especies podría haber
ocurrido, además de aportar el rasgo cultural o hábito de la Antropofagia que es algo probado en diferentes yacimientos
neandertales.
Varios arqueólogos afirman que restos
arqueológicos en Mesoamérica y Sudamérica contienen muestras de canibalismo.
Asimismo, se discute la extensión del canibalismo ritual en algunas culturas
africanas o polinésicas
Una de las sociedades que más
desarrollaron esta práctica fue la de los guaraníes,
quienes lo practicaban con fines religiosos, bajo la creencia de que era una
forma de adquirir ciertas capacidades y aptitudes de la víctima. En Norteamérica, el análisis de los
restos descubiertos en yacimientos arqueológicos habitados entre el 1150 y el 1200 d. C. por los anasazi,
confirmó la existencia de canibalismo en este pueblo. Divulgado por primera vez
en 1967, el bio arqueólogo Christy G. Turner probó más concretamente en la
década de los 90 la existencia de canibalismo, gracias a los hallazgos de
Richard Marlar de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado. Junto con sus
colaboradores afirman haber encontrado hemoglobina humana en los vasos de cerámica de la
cultura anasazi, lo que sugiere que fueron cocinados con sangre humana. Más
aún, en coprolitos humanos quemados, antiguas
deposiciones, encontrados cerca del fuego en uno de los refugios abandonados,
también se comprobó la existencia de hemoglobina humana.
Según los relatos de los conquistadores, entre los pueblos nativos
aliados y adversarios de Hernán Cortés la
práctica del canibalismo era habitual en actos religiosos y tras las
escaramuzas, para lo cual incluso se solía llevar sal a las batallas para salar a los
enemigos muertos, de forma que les durase más tiempo su carne y pudieran volver
con ella a sus poblados y repartirla entre sus familiares. Entre la
aristocracia azteca se practicaba habitualmente el
canibalismo en actos religiosos. El
canibalismo como forma habitual de sostén alimenticio no ha sido probado, y los
casos de los que se suele hablar se basan en fuentes que podríamos calificar de
parciales conquistadores, enemigos, exploradores, etc. En la psicología, el
canibalismo se describe como el resultado de impulsos agresivos-orales no
controlados, un acto antisocial originado por el deseo de dominación.
Parece probada la existencia del
canibalismo ritual como ofrenda a los dioses o como
manera de obtener la fuerza y el valor del guerrero enemigo. El principio
básico que sustentaba la antropofagia guaraní era que la persona acumula
energía a lo largo de su existencia, y que esa energía puede ser utilizada por
otra persona para expandir la conciencia. El objetivo vital de los guaraníes
era trascender los límites de la existencia cotidiana accediendo a lo que
llamaban «la tierra sin mal», un estado vital en donde una persona escapaba al
daño e incluso a la muerte como supresión del nivel físico de la existencia. En
este contexto, consumir la personalidad de una persona primero y su cuerpo
físico, después, daba al practicante un incremento de energía imposible de
conseguir por otros medios.
De allí que los guaraníes no comieran a cualquiera, sino solo a
los mejores. El canibalismo era parte del camino de la perfección o aguyé.
Es atribuido a muchas tribus y etnias:
los nativos amazónicos, los aztecas, los pigmeos y otros nativos de la cuenca del río Congo,
las tribus Korowai y Fore de Nueva Guinea.
El 14 de febrero de 1779, en Kealakekua Bay,
en Hawái,
el comandante de la expedición marina inglesa James Cook y algunos de sus hombres fueron
muertos y consumidos aunque todavía existe controversia sobre la certeza este
hecho por la población local, tras un intento fallido de secuestrar a su rey,
en represalia por los robos de los nativos. Los restos remanentes fueron luego
recuperados y se les hizo un funeral marino.
En 1809, los 66 pasajeros y
la tripulación del barco The Boyd fueron muertos y comidos por maoríes en la península de Whangaroa, en la
isla Norte, como parte de un utu ‘venganza’
por el azotamiento con látigo de un maorí que rehusó trabajar en el barco
durante el viaje desde Australia.
El hecho permanece como la mayor matanza en la historia de Nueva Zelanda.
En casos aislados, se ha acusado de
caníbales a las poblaciones enemigas como medio de propaganda con que
desproveerlas de toda civilización o humanidad. De esta forma, la conquista,
represión o cualquier tipo de trato inhumano y vejatorio podían ser fácilmente
justificados moral y legalmente. Otro ejemplo clásico de esta tendencia sería
la acusación de canibalismo hacia los cristianos en época romana,
que facilitó su criminalización y posterior represión.
El canibalismo por hambre en tiempos de amenaza extrema sería
una práctica vinculada a situaciones donde se pone en juego la propia
existencia, por lo que tiene su causa inmediata en la desesperación y la
necesidad radical de sustento. Actualmente, ha decrecido su práctica y en las
civilizaciones actuales es socialmente rechazado y legalmente sancionado; la
extensión y aceptación social en el pasado es un tema debatido en la antropología y se enmarca en el relativismo cultural. Los casos
particulares se relacionan con situaciones extremas de hambre, criminales o
personas con profundos problemas psicológicos. Hubo un caso notable, el del
soldado polaco Charles
Domery, cuyo apetito inusual lo llevó a intentar comerse la pierna
amputada de uno de sus compañeros para satisfacer su hambre extrema.
En el Antiguo
Egipto, a fines del 3.er milenio a. C., debido a una sequía muy
larga al parecer un evento global llamado «Súper Niño»,
el hambre llevó a la gente a la insurrección y al canibalismo única ocasión
conocida de Egipto, época registrada en la historia egipcia como «los años de
los chacales». Este suceso llevó al fin del Imperio Antiguo y al inicio del Primer periodo intermedio de Egipto.
En la Biblia está escrito que los antiguos israelitas en caso de desobediencia a Dios serían
castigados con grandes calamidades incluyendo el comer carne de sus propios
hijos e hijas Levítico 26:27-29.
Durante el sitio de Samaria por parte de los sirios, se relata el
caso de una mujer que junto a otra se comieron al hijo de la primera Segundo Libro de los Reyes 6:24-33.
Durante el sitio de Jerusalén 70 d.C. el historiador Flavio Josefo relata un caso de canibalismo
perpetrado por una mujer de nombre María contra su propio hijo ante la hambruna
que asolaba a la ciudad rodeada por el ejército romano.
En estos casos suelen ingerirse los
cuerpos de los muertos por otras causas y es poco frecuente el homicidio
con fines caníbales.
Históricamente, están atestiguados,
con mayor o menor grado de verosimilitud, casos de canibalismo durante el Sitio de Maarat an-Numan en ocasión de la Primera
Cruzada, durante la Guerra de los Treinta Años 1618-1648, el asedio de Leningrado
durante la Segunda Guerra Mundial y la época del colonialismo, sobre todo como
consecuencia de los frecuentes naufragios. Más allá de circunstancias
históricas de este tipo, se conocen también casos de canibalismo vinculados a
hechos dramáticos concretos, como fue el caso de los supervivientes del
accidente aéreo producido en los Andes en 1972, que
hubieron de alimentarse de sus compañeros muertos para sobrevivir.
Quienes han probado la carne humana
afirman que ésta tiene un sabor similar a la de cerdo.
En las selvas de Nueva Guinea existen muchas comunidades nativas
aisladas, muchas de ellas aguerridas, algunas de las cuales han practicado el
canibalismo, principalmente atacando a sus vecinos, otras veces por ritual
rendido a sus recién difuntos es lo que les provocaba la enfermedad conocida
como kuru.
En guerras o épocas de hambre surgen a
menudo relatos de este tipo de canibalismo. Algunos ejemplos, más o menos
debatidos, serían: en la Unión Soviética en los años 1930; durante el Sitio de Leningrado en 1941 en la Segunda Guerra Mundial, durante 900 días
de asedio murieron alrededor de 1.500.000 personas y se dieron muchos casos de
canibalismo entre sus habitantes; en China, durante la guerra
civil y durante la gran hambruna del
«Gran salto adelante».
Las tropas japonesas lo pudieron practicar ocasionalmente
en la Segunda Guerra Mundial. Muchos informes escritos y testimonios
recolectados por la Sección australiana de crímenes de guerra del Tribunal de
Tokio e investigados
por el fiscal William Webb el futuro juez en jefe, indicaban que el personal
japonés en muchas partes de Asia y el Pacífico, cometió actos de canibalismo
contra los prisioneros de guerra aliados. En muchos casos, el hecho habría
estado inspirado por los ataques siempre crecientes de los aliados a las líneas
de suministro japonesas, así como a la muerte y a la enfermedad del personal
japonés como resultado del hambre. Sin embargo, según el historiador Yuki
Tanaka: «el canibalismo era a menudo
una actividad sistemática conducida por escuadrones enteros y bajo la dirección
de oficiales».
Por ejemplo, un prisionero de guerra
de India, Havildar Changdi Ram, testificó: «el 12 de noviembre de 1944 el Kempeitai decapitó a un piloto aliado. Yo vi esta escena
desde atrás de un árbol y observé a algunos de los japoneses, cortando carne de
sus brazos, piernas, caderas, nalgas, y llevárselas hacia sus cuarteles... Las
cortaron en pequeñas piezas y las frieron». Quizás el oficial de más alto rango
condenado por canibalismo fue el lugarteniente general Yoshio Tachibana, quien
con otros once japoneses fue juzgado en relación con la ejecución de pilotos
estadounidenses y el canibalismo de, al menos, uno de ellos, en agosto de 1946,
en Chichi Jima, en las Islas
Ogasawara.
La práctica del canibalismo como
último recurso en situaciones de hambre fue la extrema situación de los
jugadores de rugby uruguayos sobrevivientes del ya nombrado accidente aéreo en los Andes en 1972, quienes lograron
mantenerse con vida alimentándose de los cuerpos de las víctimas mortales del
accidente. El canibalismo como forma de supervivencia fue realizado después de
una oración solemne. Más tarde se justificó plenamente la acción de
supervivencia.
El 11 de julio de 1981 Issei Sagawa asesinó de un disparo a Renée
Hartevelt de 25 años de edad, descuartizó el cuerpo y se lo comió. Narraría su
experiencia caníbal en un posterior libro. Actualmente, Sagawa vive en libertad
en Tokio y es una pequeña celebridad en Japón, a menudo es invitado a
participar como conferenciante y comentarista en televisión.
Entre 1978 y 1991, Jeffrey Lionel
Dahmer, apodado «El Carnicero de Milwaukee», fue un asesino en serie
responsable por la muerte de 17 hombres y chicos. Es conocido no solo por la
cantidad de personas que asesinó, sino también por practicar la necrofilia y el
canibalismo. En el año 2002 se estrenó una película llamada Dahmer basada en su historia real, con Jeremy
Renner en el papel de Jeffrey Dahmer.
En 1999 se dio en Venezuela un caso de canibalismo: Dorángel
Vargas, un indigente oriundo del Estado
Táchira asesinaba a
sus víctimas para luego consumir la carne. Se lo conoció como «El comegente del
Táchira». Sin embargo, en este caso se trataba de un cuadro de esquizofrenia aguda que padecía.
En marzo de 2001 Armin Meiwes grabó en vídeo como cortó el pene,
asesinó, descuartizó y se comió a Bernd Brandes con quien contactó por Internet
y que supuestamente le pidió que lo matara y luego lo devorara. Por ello Armin
Meiwes es conocido como el caníbal de Rotenburgo.
El 8 de octubre de 2007, miembros de
la Procuraduría General de Justicia de México D. F. fueron a la casa de José Luis Calva Zepeda y lo arrestaron bajo la sospecha de
ser responsable de la desaparición de su novia Alejandra Galeana Garabito,
quien había sido vista por última vez el día 6 del mes. Fue hallado el cuerpo
de esta mujer destazado y algunas partes fritas en un sartén. No se ha
comprobado científicamente que ingiriera carne humana, y él mismo lo negó antes
de morir, pero algunos datos apuntan a que así fue.
Trató de escapar a través de una
ventana, pero se lastimó en el intento y fue aprehendido. La policía encontró
restos del cuerpo de su novia, carne humana en el refrigerador, una sartén con
carne humana frita y huesos humanos en una caja de cereal, además de un libro
sin terminar titulado Instintos caníbales o 12 días y una foto de Anthony
Hopkins en su papel de Hannibal
Lecter.
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