La ORFEBRERÍA es el trabajo artístico realizado
sobre utensilios o adornos de metales preciosos, o aleaciones de ellos. Procede del latín auri ‘oro’ y faber ‘fabricador’.
Los metales que constituyen los objetos de orfebrería propiamente dichos son
eminentemente la plata y
el oro o
una mezcla de ambos, el electro.
Con el oro y la plata se fabricaban ya
desde la prehistoria, utensilios muy variados como vasijas, piezas
de adorno, joyas, monedas y estatuas siguiendo el estilo, la ornamentación
y el gusto propios de la época y de la nación que los elaboraba, como puede
observarse recorriendo las principales civilizaciones.
Las técnicas empleadas en el trabajo
del oro fueron muy sencillas al inicio. El martillado en frío proporcionaba láminas e hilos
que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, pero aún en una época
temprana, se utilizaron el calentado y la fusión. Los avances técnicos
supusieron una diversificación de las formas.
Fusión del material bruto
Obtenido
el metal, se prepara en bruto fundiéndolo en un crisol a
1.063 °C para eliminar impurezas, posteriormente se vierte en un recipiente y se deja
fundir.
Martillado
y batido
Separado
el metal del recipiente, se realiza el batido o martillado, para el batido se necesita
interponer un material flexible, cuero, tela, etc. entre el metal y la
herramienta para obtener láminas finas y evitar huellas o roturas. El
martillado supone golpear directamente el metal para darle forma de lámina, lingote.
Al martillar o batir las piezas, estas cambian de dureza y ductilidad debido
a las transformaciones sufridas en su micro estructura, por lo
que se hace necesario el recocido uno o varias veces para evitar que se quiebre
la lámina.
Cortado y
acabado
El
cortado se realiza a través del simple doblado, marcando la línea de corte con
una incisión. El acabado generalmente se practica por la cara externa o visible
de la pieza y consiste en una limpieza o pulido por fricción o abrasión,
valiéndose por ejemplo de arena.
Almas de
bronce u otro metal, chapados y dorados
El dorado
con panes de oro ya
era una técnica empleadas por los egipcios en el tercer milenio a. C. El
tratamiento de superficie más espectacular es el conocido como «mise en couleur»,
que consiste en eliminar la capa superficial de cobre haciendo aflorar el oro,
empleando una solución ácida del jugo de ciertas plantas y el calor, este
procedimiento era adecuando cuando el contenido de oro era alto. Si las piezas
eran de baja ley se utilizaba una solución corrosiva de origen mineral,
hablándose entonces de «refinación artificial», que permitía jugar con
diferencias acusadas de color.
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