LUCIFER es, en la mitología romana, el equivalente griego de Fósforo o Eósforo El portador de la Aurora que proviene
de la antigua dama oscura Luciferina.
Este concepto se mantuvo en la antigua astrología
romana en la noción de la stella
matutina, el lucero del
alba contrapuesto a la stella vespertina o el véspere, el lucero
de la tarde o véspero,
nombres éstos que remitían al planeta Venus,
que según la época del año se puede ver cerca del horizonte antes del amanecer
o después del atardecer.
En la tradición cristiana, Lucifer representa al ángel caído,
ejemplo de belleza y sabiduría a quien la soberbia condujo a los infiernos,
transformándose en Satanás.
La primera vez que se cita el
nombre de Luzbel es en un texto del profeta Isaías de la Vulgata de San Jerónimo, siglo
V, traducción que él hace de la Biblia, del
griego, Nuevo Testamento y hebreo Antiguo Testamento al latín, para designar a la
palabra Lucero. En este
texto se vislumbra el antiguo relato del ángel caído:
Español: "¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de
naciones! Tú decías en tu
corazón: "escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las
estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín
del septentrión escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al
Altísimo"
Latín: "Quomodo cecidisti de caelo, luzbel, fili aurorae? ! Deiectus es in terram, qui deiciebas gentes!, qui dicebas in corde tuo: 'In caelum conscendam, super astra Dei exaltabo solium meum, sedebo
in monte conventus in
lateribus aquilonis; ascendam
super altitudinem nubium, similis
ero Altissimo'"
No obstante, además del sentido
grecolatino del término, Lucifer ya
era identificado por la tradición vetero testamentaria con una estrella
caída, ya que en el lenguaje bíblico las estrellas representan a los ángeles.
Otro texto del profeta Ezequiel también
podría ser ilustrativo:
"Hijo
de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de
sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda
suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante,
crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban
labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu
creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en
el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su
conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti
iniquidad. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de
violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he
eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón
se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu
esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a
los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has
profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha
devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que
te miraban. Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto
de espanto, y has desaparecido para siempre."
Puede apreciarse que en un mismo
mensaje tiene doble destinatario: va dirigido a Satanás pero
también a un engreído rey humano. Aunque el mensaje va para el rey de Tiro, se
dice que era ‘querubín protector’,
que estaba en el Edén,
pero luego fue “precipitado a tierra”...
La soberbia fue lo que
caracterizó todo el proceso de rebeldía. Satanás y los suyos pretendían
asemejarse a Dios. Precisamente la soberbia es
considerada como el más grave pecado. De ella se derivaron todas las clases de
perdición. “Ciertamente la soberbia creará contienda…”
Puede resumirse que Lucifer era
un ángel muy hermoso que por
soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como
él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que
arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído.
Desde su rebelión es denominado "adversario"
Dicha caída es lo que se relata en el Génesis,
cuando Satanás es simbolizado como "la serpiente".
Durante los tiempos antiguos -Antiguo Testamento-
Satanás estaba en el ámbito terrestre había perdido su condición de querubín
celestial, pero podía retornar al
cielo. El relato de Job permite esa deducción:
“Y dijo el Señor a Satán: ¿De dónde vienes tú? Y respondió Satán: He
dado la vuelta por la tierra”
Siglos después, en tiempos de
Jesús, estaba siendo juzgado, pero aún no había ocurrido lo fundamental. Jesús
explica que el Reino de Dios tiene como fin contrarrestar "la autoridad y
poder de Satanás". Para confinarlo en tierra sin retorno al cielo era
indispensable el sacrificio de Cristo. Eso fue lo determinante.
“... la
sangre del Cordero” determinó que “no tenga más lugar en el cielo”. Apocalipsis
12 lo expresa en los versículos 11 y 8. Luego, la acción de arrojarlo por
tierra es efectuada por el arcángel Miguel con sus ángeles. Las implicancias de
ese hecho se describen en Apocalipsis 12 versículos 7 al 11.
Para el diablo, lo
trágico es que si antes podía subir al cielo desde el triunfo de Cristo ha
perdido ese privilegio, o sea, no puede volver hasta aquél nivel como
“acusador” Por eso la alegría celestial:
“alegraos, ¡oh cielos, y los que moráis en ellos! ¡Ay de los
moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros,
teniendo grande ira...” (Ap. 12:12).
El judaísmo consideraba
a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas. Igualmente el gnosticismo
considera a Satanás y a Lucifer dos personajes completamente diferentes, siendo
el primero un terrible demonio y el segundo la sombra del logos, el divino
tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para
lograr la iniciación.
En el cristianismo ambos
conceptos son identificados con el Diablo. La
diferenciación radica en que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los
demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "Satán"
o Satanás,
el que adopta después. Ya que "Lucifer" significa en latín "portador de luz", mientras que
"Satán" es "adversario"
en hebreo.
Por lo demás, Lucifer forma parte
también del panteón de deidades vuduistas,
hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter sincrético de
este culto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario